10 de julio 2024 - 00:00

Diálogos de Wall Street

Pasó Powell por el Congreso. Otro récord en la Bolsa. ¿Qué les dijo a los senadores que no supiéramos nosotros, Gekko?

Bajo el seudónimo de Gordon Gekko, el analista da su mirada del mercado.
Bajo el seudónimo de Gordon Gekko, el analista da su mirada del mercado.

Periodista: Antaño se las conocía como las sesiones Humprhey–Hawkins. Hoy no tienen nombre, pero la faena es la misma. El titular de la FED presta testimonio ante el Congreso, visita ambas cámaras dos veces al año, en febrero y en julio. ¿Qué conclusiones extraer de su presentación? ¿Y de las respuestas a las preguntas de los legisladores? ¿Alguno lo puso en aprietos?

Gordon Gekko: No. Jerome Powell fue muy claro en el sentido de que no pretendía arrojar pistas sobre los próximos pasos de la FED. Sin embargo, mi impresión es que confirmó la voluntad del banco central de pivotear y encarar pronto la baja de tasas.

P.: ¿En septiembre? ¿O puede ser antes, en el mitin a fin de mes?

G.G.: No habló de fechas, no nos quiso preparar para nada en concreto, ni tampoco sufrió ningún acoso de los senadores. La data del primer trimestre fue un sobresalto. Inesperado. Lo que la FED necesita es más números como los de abril y mayo. No precisa que la inflación se arrime a 2%. Reducirá las tasas antes, porque los riesgos están balanceados ya, después de dos años de ajuste.

P.: Señaló que la inflación elevada no es el único peligro que enfrenta la política monetaria.

G.G.: Es una frase repetida, un latiguillo, en sus últimas apariciones. Hace un año ya que la FED dejó de subir las tasas de interés. Hace un año, pues, que piensa que las tasas están en un pedestal adecuado para que la inflación aterrice. La novedad en mayo fue la FED tampoco instiga el aumento de las tasas largas. Lo comunicó indirectamente cuando tamizó el ritmo de la reducción de su hoja de balance. Y ahora que puede mostrar dos lecturas buenas de inflación – una aceptable, la de abril, pero otra excelente, la de mayo – Powell nos dice, y les dice a los legisladores (en un año electoral) – que solo hace falta un poco más de lo mismo para empezar a arriar las tasas.

P.: Pero si la economía real se debilita también la FED puede resolver tomar ese camino.

G.G.: Powell fue explícito. Si se deteriora el mercado laboral, si vemos un debilitamiento inesperado, dijo, también “vamos a responder”. Y la razón es que la FED considera que su política es restrictiva, y que no relajarla a tiempo, o hacerlo en forma insuficiente, puede dañar la actividad y el empleo sin que haya necesidad.

P.: Uno diría que Powell ya decidió qué debe hacer, pero todavía no encuentra el momento justo para fijar el punto de partida.

G.G.: La FED tiene esta película en la cabeza desde diciembre, cuando incorporó la baja de tasas en el mapa de puntos. Marzo, con el rebote de la inflación, no era el momento. Junio era muy arriesgado, aunque con el diario del lunes, nadie diría hoy que hubiera sido un error.

P.: Todavía no vimos la inflación de junio.

G.G.: La inflación cero de mayo, la desaceleración de la creación de empleo y de la variación salarial de junio, y la tasa de desocupación en alza, todo eso, la hubieran hecho aparecer a esta altura como una decisión acertada, muy perspicaz.

P.: Si es así, la primera baja podría venir antes de lo esperado. Quizás el próximo 31. ¿O no?

G.G.: Mañana (por hoy) tendremos la primera lectura, la variación de precios al consumidor, de junio. Si se repite la calma chicha de mayo, julio sonará como una posibilidad. Pero lo que no sabemos, porque Powell no nos dio pistas, es con qué margen de seguridad quiere moverse la FED.

P.: Los funcionarios dicen que necesitan muchas lecturas como las recientes para estar convencidos de iniciar la baja de tasas. ¿Cuántas más?

G.G.: No lo sabemos. Un mal dato de empleo, en cambio, bastará para que se decidan. Y la información laboral de julio la tendremos recién después del cónclave de la FED. Mi impresión es que preferirán esperar. Las palabras de Powell, y la data en que se fundan, son alentadoras para los mercados, alcanzan para que se relajen de antemano. Así, el banco central puede tomarse más tiempo. La tasa de desocupación sube lentamente, pero la tasa de empleo se mantiene estable. No existe un deterioro del mercado de trabajo. Sí se enfrió sustancialmente, Powell dixit, pero todavía es un mercado muy robusto.

P.: Wall Street cerró con nuevos récords después de las palabras de Powell. Debemos entender que lo que dijo el chairman lo entusiasma.

G.G.: La Bolsa, últimamente, clava nuevos récords varias veces a la semana, sin importarle mucho quién habla ni cuál es la programación. En el primer trimestre, cuando la inflación se desbocó, ahí sí se apoyó en la visión calma de Powell y en su llamado a tener paciencia. Con los astros alineados es más fácil sacar pecho.

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