Un pequeño departamento crece en vertical gracias a su doble altura

Utilizando la madera y los tonos blancos, este pequeño departamento está lleno de luz natural gracias a sus soluciones de distribución.
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Lise Rougé Raoult

Estamos en el distrito 14 de París, cerca del Parc Montsouris. Claudia* se ha instalado en un pequeño departamento en un edificio de inicios del siglo XX situado en una tranquila calle lateral. A pesar de haber estado acondicionado como dúplex a su llegada, el pequeño departamento carecía de calidez y carácter. La agencia parisina Fréquence, formada por tres mujeres arquitectas e ingenieras, intervino para aportar a este pequeño espacio un estilo poco marcado y aportar luz, hasta entonces mal distribuida. Con 45 metros cuadrados abajo y 12 arriba, el potencial estaba ahí, y se crearon unos buenos 70 metros cuadrados de superficie. "En este tipo de viviendas, preferimos pensar en términos de volumen más que de superficie", explica Lise Rougé Raoult, la arquitecta de Fréquence que nos recibió. En efecto, aquí se aprovecha cada centímetro cúbico, con un objetivo principal: crear el capullo soñado para Claudia, ávida lectora, para que pueda leer a la luz del día y exponer todos sus libros.

La cocina separa la sala de lectura, al fondo, de la sala, a la izquierda de la imagen.

Lise Rougé Raoult

La pared de estanterías se extiende hasta la parte superior de la entreplanta.

Lise Rougé Raoult

"No es ni un comedor ni una habitación de invitados, sino una auténtica sala de lectura", dice Lise Rougé Raoult señalando el espacio creado. Separada de la sala por la cocina, esta nueva habitación orientada al sur se beneficia de luz natural durante todo el día, que Claudia disfruta aún más desde su asiento en la ventana. "Lo más importante para nuestra clienta era poder leer a la luz del día", añade Lise Rougé Raoult. La cocina contigua se beneficia de la luz de la sala de lectura gracias a su tabique transparente, así como de la de los adoquines de cristal colocados en el piso del entresuelo y de la ventana del lado norte de la sala. Más que una cocina, sirve de separador entre dos estancias muy distintas, al tiempo que deja el conjunto abierto para permitir la entrada de luz por todas partes. En la sala, la estantería de pared de doble altura se diseñó a medida para albergar los libros de Claudia. "Imaginamos esta estantería con un espíritu geométrico, con un juego de proporciones para poder divertirnos en los nichos con las alturas de los libros y los objetos".

La escalera de caracol conduce a la zona de noche en el ático.

Lise Rougé Raoult

La primera parte de la entreplanta se diseñó como un despacho compacto.

Lise Rougé Raoult

El segundo reto para Fréquence era responder a las inspiraciones arquitectónicas de Claudia, que incluyen interiores limpios y bohemios. Por eso se optó por el blanco en las paredes, para conseguir un volumen lo más neutro posible y aportar la máxima cantidad de luz natural. "Utilizamos el blanco en todas partes, incluidos los grifos de la cocina", explica Lise Rougé Raoult. Para suavizar este blanco omnipresente, se añadió roble en las partes horizontales —el parqué y los peldaños de la escalera—, así como nogal, cuyo color combina armoniosamente con la estructura vista del pequeño departamento. Las formas redondeadas también se vieron favorecidas por este deseo de suavidad; se encuentran en los adoquines de vidrio del entresuelo, en la escalera de caracol, hasta en los interruptores de la luz y las tomas eléctricas. Por último, algunos toques de cristal en la cocina y el cuarto de baño de arriba añaden incluso más luz. "Intentamos ser lo menos recargados posible y crear un juego de luces mediante el uso de materiales", prosigue el arquitecto.

El suelo de la entreplanta, hecho de bloques de vidrio, permite que la luz circule de arriba abajo.

Lise Rougé Raoult

El dormitorio y el tocador están bañados de luz gracias a la gran ventana Velux.

Lise Rougé Raoult

El piso de la entreplanta se diseñó con bloques de vidrio para llevar la luz hacia arriba, sin perder nada de intimidad gracias al piso de vidrio ligeramente opaco. También se optó por una escalera de caracol ("un objeto escultórico de acero diseñado") para no perder ni espacio ni luz. En la planta superior, Fréquence creó una "distribución pirata", aprovechando al máximo el espacio del ático, "incluidas puertas ocultas que esconden profundos armarios". También en este caso se hizo hincapié en la luz, gracias a la adición de nuevas aberturas en el tejado. El altillo alberga un pequeño despacho, sutilmente insertado en la balaustrada "para poder trabajar desde casa mirando al techo de cristal, por encima de los paneles de cristal que dan a la cocina", y un dormitorio. Diseñado como una minisuite, cuenta con un tocador con un gran espejo para crear aún más espacio (y luz solar), y una regadera de azulejos zellige verdes. "Incluso en los espacios más grandes, siempre intentamos ampliar el espacio con el juego de espejos y reflejos", dice Lise Rougé Raoult.

Arriba, la regadera está revestida de azulejos zelliges.

Lise Rougé Raoult

Abajo, el cuarto de baño está revestido de hormigón encerado.

Lise Rougé Raoult

El recorrido por este baño de luz, literalmente iluminado de piso a techo, termina con el cuarto de baño de la planta baja revestido de hormigón encerado, "una referencia española por su aspecto matérico y envolvente, como el terciopelo". Y es al mostrarnos una foto de Claudia, leyendo al sol en su chaise longue, cuando el arquitecto parece más orgulloso del trabajo realizado en este pequeño departamento. Reto superado.

Plano del pequeño departamento reformado.

* Para efectos de este artículo, se ha cambiado su nombre.

Fréquence Architecture: frequence-architecture.com / Instagram : @frequencearchitecture

Artículo publicado originalmente en AD Francia.