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La sangrienta victoria de Carlo Gambino, el último gran padrino de la Mafia en EE.UU.

El capo tomó control de la debilitada Comisión hasta su muerte por un ataque cardíaco el 15 de octubre de 1976. Ganó, pero también contribuyó a la ruina de su organización

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El jefe de la Mafia Carlo Gambino, tras haber sido detenido y esposado.+ info
El jefe de la Mafia Carlo Gambino, tras haber sido detenido y esposado. - ABC
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Frank Costello se elevó en los años cincuenta como el indiscutible dueño de la Mafia en la Costa Este. Con su voz ronca, sus modales suaves y sus contactos políticos, Costello está considerado como la principal inspiración de la célebre novela de ‘El Padrino’. El denominado Primer Ministro solo tenía dos puntos flacos cuando Vito Genovese, un padrino sin familia, arribó a Nueva York dispuesto a crecer o morir. Por un lado, un poder tan absoluto parecía difícil de mantener a largo plazo y, por otro, el que Albert Anastasia, lugarteniente de Costello, había entrado en una fase homicida fuera de control. Las autoridades habían empezado a alarmarse por el nivel de brutalidad mostrada en los últimos tiempos.

Con el objetivo de derrocar a su viejo amigo, Genovese reconstruyó en torno a sí una familia con ayuda de Thomas Eboli, Gerard Catena y Mike Miranda, que se concentró en el tráfico de drogas. Esta labor de años se materializó el 2 de mayo de 1957 con un golpe de estado contra el poder de Costello. Ese día un sicario disparó de refilón en la frente al Primer Ministro cuando regresaba a su casa. Consciente de que Genovese no había movido ficha sin asegurarse antes la lealtad del resto de familias, el Primer Ministro anunció su intención de retirarse del negocio y vivir sin más el resto de su vida.

Costello se echó de forma inesperada a un lado, pero no así su lugarteniente Abert Anastasia, quien se proclamó jefe de los jefes sin consultar al resto de familias. ‘El Verdugo’, jefe de los sicarios de Costello, se colocó como la última piedra en el ascenso al trono de Genovese. Un piedra algo inestable, en tanto ninguna de las familias apreciaba al agresivo gánster. Solo seis meses después del atentado a Costello, el 25 de octubre de 1957 los «muchachos» de Carlo Gambino, mano derecha de Anastasia, irrumpieron en la barbería del Park Sheraton Hotel de Manhattan y asesinaron al aspirante a jefe de los jefes mientras se afeitaba. Otra traición fundacional...

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La muerte de Albert Anastasio dio vía libre a que las cabezas de familia reconocieran la autoridad de Genovese. El 14 de noviembre de 1957, el napolitano organizó una reunión con los jefes de la Cosa Nostra en EE.UU., la llamada Conferencia de Apalachin celebrada en la casa de Joseph Barbara, que terminó de forma cómica cuando los jefes se vieron obligados a escapar por el bosque cercano ante la presencia policial. Un desenlace humorístico que no impidió a Genovese ocupar el trono a partir de entonces.

El ascenso del último clásico

Vito Genovese siguió siendo jefe incluso después de su encarcelamiento, en 1961, condenado por tráfico de drogas. Desde la prisión en Atlanta continuó dirigiendo la operaciones de la Mafia hasta su muerte en la cárcel en 1969. Allí incluso orquestó la muerte de Frank Franse, quien había tenido una relación con su esposa. Genovese tenía ojos, oídos y pistolas por todo EE.UU.

Su testigo lo tomó su lugarteniente Gambino. Como contó Arrigo Petacco en las páginas de Blanco y negro ('La familia de los mil muchachos', 23 de diciembre de 1972), «el jefe de los jefes actualmente es Carlo Gambino, que al fin pudo llegar a la cumbre. Gambino nació en Palermo hace setenta años, y ahora es inmensamente rico. Como todos los 'padrinos' de la generación de la posguerra, invierte su dinero en negocios lícitos, además de hacerlo en el racket. Es dueño de supermercados, pizzerías y de casi todos los mataderos de Nueva York».

Asesinato del mafioso Albert Anastasia.+ info
Asesinato del mafioso Albert Anastasia. - ABC

La familia de Gambino, según el ‘New York Times’, constaba de unos mil hombres en la década de los setenta, la mitad de ellos mafiosos y la otra mitad abogados y comerciantes. Este último representante del conservadurismo italiano criticaba que los «muchachos» ya no hablaban el dialecto siciliano, llevaban trajes de 300 dólares y no respetaban las tradiciones. Para frenar el avance de las mafias de afroamericanos y puertorriqueños, que ya dominaban Harlem, el gánster incluso se trajo de Sicilia algunos reclutas locales para recuperar poder y evitar lo inevitable: la muerte de los clanes mafiosos por empacho. Todo ello en la misma década en la que había saltado a la fama la película 'El Padrino' y ya era imposible guardar el secreto de lo que significaba la Mafia.

La actividad propagandística del joven Joseph Colombo no gustaba a los «padrinos» de la Comisión

La lucha contra la realidad de los italoamericanos, cada vez mejor colocados en posiciones privilegiadas de la sociedad estadounidense, llevó a Gambino a realizar una última carga con la luz de cara. Este golpe en la mesa se tradujo el 28 de junio de 1971 en el atentado perpetrado contra Joseph Colombo, un capo que había fundado la ‘Liga italo-americana pro derechos civiles’ con el objetivo oficial de defender el prestigio y el honor de sus compatriotas, a menudo difamados por la televisión y el cine. La actividad propagandística del joven Joseph Colombo no gustaba a los «padrinos» de la Comisión, en especial a Gambino, que ordenó el asesinato de un «gángster» tan charlatán a Joe Gallo, alias el ‘Loco’, su «ahijado» preferido.

Gallo utilizó a un sicario negro para disparar tres veces a Colombo durante la manifestación por el Día de la Unidad Italiana en Columbus Circle. El líder mafioso no murió inmediatamente, pero quedó en coma durante años, los mismos que usaron los clanes italianos para terminar de desangrarse entre sí.

Funeral del jefe de la Mafia, Carlo Gambino, fallecido en su casa.
Funeral del jefe de la Mafia, Carlo Gambino, fallecido en su casa. - ABC

La primera víctima de esta guerra total, ocaso de la Mafia, fue el propio Gallo, cuyo método para matar a Joseph Colombo desencadenó la ira de Gambino: «Es vergonzoso», gritó, «que los sicilianos necesiten de un cochino negro para liquidar a un paisano». El asesino fue asesinado por otro sicario en el restaurante 'Casa delle vengóle' ('La casa de las almejas') en Little Italy, donde había ido en compañía de su mujer y de numerosos amigos para celebrar su cuarenta y dos aniversario.

Desde el atentado a Colombo, perdieron la vida varias docenas de mafiosos en lo que fue una victoria pírrica de la vieja generación sobre la nueva. Gambino tomó control de la debilitada Comisión hasta su muerte por un ataque cardíaco el 15 de octubre de 1976. Ganó su particular guerra, pero también contribuyó a la ruina de todos los suyos. «Es para todos evidente que la criminalidad organizada de los Estados Unidos está destinada a perder sus tradicionales connotaciones latinas. La raza de los ‘padrinos’ está en vías de extinción. Sus sucesores ya no hablarán siciliano y rechazarán el título de ‘don’», narraba Petacco en las páginas de Blanco y Negro. Era un final de era.

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