El Papel de los Profesionales de la Nutrición en la Lucha Contra la Gordofobia

El 4 de marzo, desde el año 2022, se ha transformado de un día centrado en la «lucha contra la ob*sidad» a un día de conciencia y acción contra la gordofobia. La gordofobia es un sistema de dicriminación, violencia y opresión que vulnera y deteriora la calidad de vida de las personas gordas. Lamentablemente, los profesionales de la nutrición, muchas veces sin intención, hemos sido parte del problema y hemos contribuido a perpetuar la gordofobia a través de la cultura de las dietas y de creencias sesgadas sobre el peso y la salud.

Como profesionales de la salud, los nutriólogos jugamos un papel crucial en la forma en que las personas perciben su salud, su alimentación y sus cuerpos. Históricamente, la práctica de la nutrición ha estado intrínsecamente ligada a la promoción de dietas hipocalóricas y restrictivas, y a un enfoque centrado en la pérdida de peso como sinónimo de salud. Este enfoque no solo ha limitado nuestra comprensión de la salud sino que también ha contribuido a la estigmatización de las personas con cuerpos más grandes, perpetuando así la gordofobia.

La falsa creencia de que la delgadez es asequible para toda persona que la desee, aunada a la suposición de que las dietas podrían permitir una pérdida de peso permanente y sostenible, ha llevado a infinidad de profesionales de la nutrición a centrar sus prácticas en la prescripción de planes de alimentación restrictivos que no solo son insostenibles en el largo plazo, sino que además presentan de forma general un índice de rebote en el 95% de los casos.

Es esencial reconocer que, aunque bienintencionadas, las recomendaciones centradas en la pérdida de peso han hecho daño. Al promover la delgadez como único camino para mejorar la salud, hemos podido contruibuir a que nuestros consultantes desarrollen una mala relacion con la comida y con su cuerpo que en muchas ocasiones llega incluso a desembocar en el establecimiento de un Trastorno de la Conducta Alimentaria. Además, al centrarnos en el peso, hemos desviado la atención de otros aspectos importantes del bienestar, como la salud mental, social y emocional del individuo.

Los profesionales de la nutrición jugamos un papel fundamental en la lucha contra la gordofobia, pues somos nosotrxs quienes podemos desmitificar todas las falsas asunciones de la cultura de dietas y quienes podemos pugnar para que se le de un giro a nuestra profesión. Para combatir la gordofobia y promover una práctica nutricional inclusiva, es crucial adoptar un cambio de paradigma que ponga la salud y el bienestar de los individuos en el centro, más allá de su peso. Esto implica:

  • Educación Constante: Mantenernos informados sobre las investigaciones más recientes que respaldan un enfoque integral a la salud, que incluya la salud mental, emocional y social.
  •  Escucha Activa: Fomentar un entorno donde los pacientes se sientan escuchados y validados en sus experiencias, sin juicio ni presión para cambiar su apariencia. Centrar las voces de las personas que han pasado su vida a dieta escuchándoles con atención, validando su experiencia y aprendiendo de ella.
  • Personalización del Cuidado: Reconocer que cada individuo es único y que las estrategias de bienestar deben ser personalizadas para reflejar sus necesidades, circunstancias y objetivos personales.
  • Práctica reflexiva: Evaluar constantemente nuestras propias creencias y prejuicios para asegurarnos de que no estén influyendo en nuestra práctica profesional. Reconocer que, al habernos formado profesionalmente en entornos centrados en peso, y al haber también crecido en una sociedad que ha favorecido y perpetuado la gordofobia, es normal que tengamos nuestros propios sesgos y prejuicios hacia la gordura. Nos toca identificarlos, retarlos y trabajarlos.
  • Promover un enfoque de alimentación flexible y libre de cutura de dietas: Nos corresponde trabajar para que todas las personas tengan derecho a disfrutar de una alimentación placentera, flexible, suficiente y adecuada, que se aleje de las reglas y restricciones y que favorezca la conexión con el cuerpo, el placer, las tradiciones culinarias y los encuentros sociales a través de la comida.
  • Alianzas con otros profesionales: Colaborar con psicólogos, médicos y otros profesionales de la salud para proporcionar un cuidado integral que aborde todos los aspectos del bienestar del paciente.

 

Hacia una Práctica Nutricional Incluyente

Adoptar una práctica nutricional incluyente implica rechazar la cultura de dietas y el enfoque centrado en la pérdida de peso para abrazar una aproximación más compasiva que promueva la salud. Aquí algunas herramientas clave:

  • Salud en Todas las Tallas (HAES®): Informarnos e integrar el enfoque de HAES®, que se centra en mejorar los comportamientos de salud independientemente del peso promoviendo el trato respetuoso hacia todos los tipos de cuerpos.
  •  Alimentación Intuitiva: Guiar a los pacientes hacia una relación más saludable con la comida, donde las decisiones alimenticias estén basadas en las señales internas de hambre y saciedad, y en el placer y la satisfacción que brindan los alimentos. Tomar en cuenta el acceso diferenciado que tienen las personas de forma que se promueva una alimentación flexible e individualizada que esté libre de culpa, miedo y restricción.
  •  Movimiento Placentero: Fomentar un movimiento corporal que brinde disfrute y satisfacción y cuya intención no sea modificar el tamaño de cuerpo de las personas. Cobrar conciencia de que no todos los individuos pueden mover su cuerpo de la misma forma, entendiendo que si bien el ejercicio es una páctica que aporta salud, no debe verse como un imperativo moral.

 

Como profesionales de la nutrición, tenemos la responsabilidad y el poder de liderar el cambio hacia una práctica más inclusiva, compasiva y que busque la equidad en la salud. Al desafiar las narrativas dañinas y adoptar un enfoque que celebre la diversidad y promueva el bienestar en todas sus formas, podemos contribuir significativamente a la lucha contra la gordofobia. Este 4 de marzo, y todos los días, comprometámonos a ser voceros de un cambio positivo, no solo en la nutrición, sino en la sociedad en general.