El papa Francisco dio un discurso en la ciudad de Trieste, situada al norte de Italia, durante su participación de la 50ma. Semana Social Católica, cerca de la frontera con Eslovenia. En sus declaraciones, el Sumo Pontífice se refirió al estado de la democracia a nivel mundial y dejó un alarmante mensaje.
Bajo el título “En el corazón de la democracia”, Jorge Bergoglio manifestó: “Como cristianos, nos interesa y nos preocupa porque está en juego el bien del hombre, y nada de lo que es humano puede sernos ajeno”, expresó el papa Francisco, en su discurso.
El papa Francisco advirtió que la crisis de la democracia es “transversal a todas las naciones”. En ese sentido, expresó que se trata de una “llamada dirigida a todos los cristianos, en todas partes del mundo”, señalando la importancia de preservarla.
En esa misma línea se supo que para el Sumo Pontífice, la crisis de la democracia es “como un corazón herido”: “Cada vez que alguien es marginado, todo el cuerpo social sufre. La cultura del descarte crea una ciudad donde no hay lugar para los pobres, los no nacidos, los frágiles, los enfermos, los niños, las mujeres y los jóvenes”, expresó.
“El poder se vuelve autorreferencial, incapaz de escuchar y servir a la gente”, agregó el papa. “La participación no se puede improvisar: se aprende desde los niños, desde los jóvenes, y hay que ‘formarla’, también en el sentido crítico respecto de las tentaciones ideológicas y populistas”, aseguró el máximo exponente de la Iglesia.
“La participación no se puede improvisar: se aprende desde los niños, desde los jóvenes, y hay que ‘formarla’, también en el sentido crítico respecto de las tentaciones ideológicas y populistas”, sentenció el papa.
Del mismo modo, el Sumo Pontífice alertó que la “indiferencia es un cáncer de la democracia” y señaló que “una democracia con el corazón sanado sigue cultivando sueños de futuro, los pone en juego, exige implicación personal y comunitaria”.
