Le pusieron nombre de artista, pero nació para ser futbolista. “Si aparecía por el barrio un balón, fuera de lo que fuera, ya no desaparecía”, cuenta Marcos Tyrone Castro Fernández, que le puso tanto talento y empeño que un día se vio jugando en Zaragoza con el escudo del Real Madrid. Fue antes de regresar a su tierra, completar casi 13 temporadas en la Deportiva Ponferradina (conservó durante cuarenta años la marca de máximo goleador no siendo delantero) y sumar otras nueve como entrenador de las categorías inferiores de un club que lo tiene en sus altares a punto de celebrar su centenario. 

Marcos Tyrone Castro Fernández, con la camiseta de la Ponferradina

Su padre se peinaba a lo Clark Gable. Quiso ponerle a su primer hijo el nombre de su actor favorito, Tyrone Power, hasta que se topó con el cura y tuvo que anteponer Marcos para bautizar a aquel niño nacido en 1952

Su abuelo paterno, de origen portugués, fue sargento en la Primera Guerra Mundial y se fugó luego a Vigo, donde conoció a Carlos Bodelón cuando este iba a comprar un coche. El fundador de Almacenes Bodelón se lo trajo a Ponferrada para hacer de chófer y mecánico. Su hijo Manuel Castro, que se casó con la berciana Rosario Fernández, se peinaba a lo Clark Gable. Quiso ponerle a su primer vástago el nombre de su actor favorito, Tyrone Power, hasta que se topó con el cura y tuvo que anteponer Marcos para bautizar a aquel niño nacido en marzo de 1952 en la calle Los Hornos de Ponferrada. “Yo estudiaba para que no me tocaran el verano: salía de casa a las nueve y apenas paraba para comer. Todo el día jugando, sobre todo a la pelota”, dice.

El Diamante, desde el que comenzó sus andanzas con su amigo Pardo, fue su primer equipo del barrio de Navaliegos. Fichó luego por el San Ignacio. “No tenía botas. Y un compañero, Elvio, me las dejaba”, cuenta. El ya por entonces presidente del Santa Marta, José Antonio González, se lo cameló: “Se pasaba por los entrenamientos y nos invitaba a mejillones y pulpo”. En el club de la parte alta vivió hitos como la final provincial contra el Colegio de Huérfanos de Ferroviarios resuelta con tanto suyo en la tanda de penaltis. “Ya somos campeones”, dijo, convencido, cuando agarró la pelota entre el nerviosismo del presidente. Y de un día para otro pasó a juveniles con apenas 15 años y galones para tirar las penas máximas.

Mucho más allá iba el fútbol para Tyrone, que con seis años vio a la Ponferradina contra el Baracaldo en el campo de Santa Marta. “Había muchísima gente, pero no me enteré ni del resultado. Por entonces los niños entrábamos de la mano de cualquier señor. Luego ya con el carné de jugadores”, señala. El Mundial de Chile 1962 lo siguió por la radio gracias a los altavoces que puso el bar Chelín; y el de Inglaterra 1966 ya por la televisión en el bar Río Bravo. De aquellos primeros destellos de fútbol profesional destaca el impacto que le causó Alfredo di Stéfano. “Él jugaba de otra forma”, sentencia al citar un paralelismo: los 396 partidos de ‘la Saeta rubia’ con el Madrid, los mismos suyos en liga con la camiseta blanquiazul.

Fue por primera vez al campo del Santa Marta a ver un Ponferradina-Baracaldo: “Había muchísima gente, pero no me enteré ni del resultado. Por entonces los niños entrábamos de la mano de cualquier señor”

Tercero por la derecha de pie entre los futbolistas en una formación del San Ignacio con el padre Julio

Con el Santa Marta

En la primera entrevista en la prensa de la época con la firma del mítico Vallalfons en vísperas de la final provincial contra el Colegio de Huérfanos de Ferroviarios de León

Tras cerrar su etapa juvenil en el Santa Marta y militar en el filial del Valladolid, pasó una prueba con el Real Madrid y jugó un torneo con la camiseta blanca en Zaragoza antes de recalar en la Ponferradina

La etapa juvenil en el Santa Marta llegó al culmen con dos eliminatorias contra el Salmantino y el Real Madrid, esta última con el Santiago Bernabéu abarrotado durante la primera parte tras jugar el primer equipo en 1969. “Fue todo un acontecimiento”, subraya sin restar méritos a la llamada, junto a su amigo Paco Varela, para militar en la selección oeste a las órdenes del defensa madridista Paco Lesmes. Dio el paso natural con su fichaje por la Ponferradina. Pero, ante la dura competencia que le esperaba, aceptó quince días después la oferta del Europa Delicias (filial del Real Valladolid), con el que metió 45 goles en dos campañas. El Madrid volvió a colarse con una prueba satisfactoria y la recompensa de jugar un torneo en Zaragoza. Hubo que pasar antes por El Corte Inglés para comprar camisa, corbata y chaqueta de punto… Viendo luego que su destino era ser cedido a un club de la órbita blanca, en diciembre de 1972 regresó, ya para siempre, a la Ponferradina de la mano de Enrique Rodríguez.

Llegó como promesa curtida ya en algunas batallas y se fue como leyenda con 156 goles en 13 campañas en Tercera y Regional. Y eso que los meniscos condicionaron el arranque hasta formar un ataque que recita de memoria: Valladares, Tyrone, Eulate, Luso y Herreritos. “Era una delantera de niños en un equipo de hombres”, señala. Enrique le daba libertad y Jiménez Piñero le echó una regañina que acabó siendo clave. “Usted tiene una moral de porcelana”, le espetó el técnico. “Y era verdad”, asume Tyrone, que avivó entonces la “concentración” y el “conocimiento” de sus compañeros. También estudiaba a los rivales, como prueba el gol de vaselina pillando adelantado al portero del Moscardó poco antes de uno muy similar de Maradona en Belgrado.

El entrenador Jiménez Piñero le echó una regañina que fue clave. “Tiene una moral de porcelana”, le espetó. “Y era verdad”, asume Tyrone, que avivó entonces la “concentración” y el “conocimiento” de sus compañeros

Cursó Magisterio en Ponferrada. Vizoso le hacía de ‘taxista’ entre las clases y los entrenamientos. Cuando empezó a trabajar en los Paúles de Villafranca del Bierzo, tenía muchas veces que entrenar al margen del grupo con Caeiro en el banquillo. Cuando llegó Nino Cubelos, este “hacía lo posible” por integrarlo en los ensayos. Y así disfrutó de la temporada 1980-81 con eliminatoria copera ante el Sporting de Gijón y decepción a las puertas del ascenso ante el Erandio. Hubo menos ‘feeling’ con García Arroyo. “Pero he estado muy a gusto con todos los entrenadores y directivos”, afirma quien marcó el primer gol en Fuentesnuevas en 1975 y portó el brazalete de capitán en más partidos de la historia blanquiazul. “Muchos compañeros de entonces me siguen llamando capi cuando me ven”, presume al describir un intangible que no sale en las estadísticas sin ocultar la nostalgia: “Yo soy de los del fútbol de antes; había más libertad de movimientos”.

Hasta que le superó el brasileño Yuri, fue de 1980 a 2020 el máximo goleador. “Marqué tantos goles gracias a que mis compañeros me cubrían las espaldas, pero siempre me consideré un asistente. Nunca jugué de delantero, sino de medio”, puntualiza sin obviar tardes de gloria como un hat-trick ante el filial del Celta (los tres con la derecha en un partido que jugó con la zurda por una pequeña lesión de ligamentos). Había vuelto Enrique al banquillo cuando colgó las botas tras la campaña 1984-85 para sentarse en los banquillos (nueve temporadas en equipos inferiores -cuatro partidos con el primer conjunto y etapa final en juveniles con Luso-, además de Atlético Bembibre, Endesa y Garden). Su hijo, también Marcos Tyrone de nombre, sí hizo recorrido en la cantera del Madrid, rescata para agradecer el soporte de su familia con su mujer, Mari Luz, y su hija, Lara. “Yo vivía para el fútbol, las clases y la familia”, añade al citar su paso por colegios de Villafranca, Bembibre, Villablino, Ponferrada (con cursos en Compostilla y Fuentesnuevas), Páramo del Sil y Cortiguera tras desgranar una trayectoria de renombre en un club que el 7 de junio de 2022 cumplirá cien años. “Y nosotros pusimos muchos granos de arena para formar lo que hoy es la Ponferradina”, concluye una de sus leyendas. 

“Marqué tantos goles gracias a que mis compañeros me cubrían las espaldas, pero siempre me consideré un asistente. Nunca jugué de delantero, sino de medio”, dice con 156 tantos en su cuenta

Con el Santa Marta

Con sus compañeros del Santa Marta

Con el Santa Marta

Con el Santa Marta

Con el Santa Marta

Formación del Santa Marta juvenil en el Santiago Bernabéu para jugar contra el Real Madrid. Fue en 1969, “al día siguiente del concurso de Eurovisión de Salomé”, puntualiza Tyrone con buena memoria

El Santa Marta juvenil jugó en dos temporadas sucesivas eliminatorias contra el Salmantino y el Real Madrid, donde militaba en cada año, respectivamente, Vicente del Bosque

En una formación defendiendo los colores del Santa Marta

Con el Europa Delicias, filial del Real Valladolid

Con el Europa Delicias, filial del Real Valladolid

Con el Europa Delicias, filial del Real Valladolid

Con el Europa Delicias, filial del Real Valladolid

Temporada 1973-74, ya con la Ponferradina. Valladares, Tyrone, Eulate, Luso y Herreritos formaban el ataque: “Era una delantera de niños en un equipo de hombres”

Con la Ponferradina

Con la Ponferradina

Con la Ponferradina

Con la Ponferradina

Recibiendo el trofeo del Banco del Oeste como máximo goleador con 32 tantos de la temporada 1975-76. En la imagen con su hermano Rolando y su primo Raúl

Con la Ponferradina

Crónica del Marca de la victoria 1-0 en al ida de la eliminatoria copera de la temporada 1980-81 contra el Sporting de Gijón. Tyrone arrancó la jugada del gol, dejó atrás a Maceda y le cedió el balón a Serafín para marcar el tanto de la victoria en Fuentesnuevas

Con la Ponferradina, con Nino Cubelos como entrenador, y un equipo enteramente formado por jugadores de la zona

Concentración en Villafranca del Bierzo previa al partido contra el Erandio en la temporada 1980-81

Tyrone, en Fuentesnuevas

Entrada del partido homenaje a Tyrone por su retirada en junio de 1985

Con miembros de la Peña Tyrone en su homenaje

Con la formación inicial del combinado al que se enfrentó la Ponferradina en su partido homenaje con internacionales como Cardeñosa y Minguela

Como entrenador de un equipo de las categorías inferiores de la Ponferradina: “Por entonces ‘vivía’ en los campos Ramón Martínez”

Disfrutando de un éxito dirigiendo al Garden

Con veteranos de la Ponferradina

Con veteranos de fútbol sala

Fue nombrado socio de honor de la Morenica. Se sacó el carné nacional de entrenador en Madrid en el año 1991

En una reunión de antiguos compañeros del Santa Marta

En una reunión de antiguos compañeros del Santa Marta

Marcos Tyrone, en la actualidad, en las pistas de El Plantío, donde a veces entrenaba