Del curso: Gestión de servicios en la nube: Reducción de costes

Costes de cómputo: Otros elementos

En este capítulo, vamos a analizar algunos de los consejos que podamos aplicar al servicio de computación, pero esta vez centrándonos en los recursos de disco; verás que todos van orientados, sobre todo, a llevar un control de estos recursos, pero es que al final se trata de poder ajustarlos a lo que necesitamos sin generar gastos extras. Vamos allá. Antes de nada, un consejo básico: acostúmbrate a etiquetar los discos; las instancias es posible que ya lo hagas, pero piensa que los discos son otros recursos y como tales se facturan de manera independiente a una instancia, y las imágenes de disco, las instantáneas, todo. En algún caso y según el proveedor que utilices, una máquina equis por definición incorpora unos discos ya incluidos en el coste, pero son casos muy puntuales. Piensa que etiquetar te va a permitir utilizar los filtros para localizar posibles fugas que no tengas controladas, así que etiqueta. Otra cosa que puedes hacer es crear políticas que vayan eliminando discos antiguos o que no estén en uso. Si generas «snapshots» de tus instancias, dales un tiempo de vida o crea una política adecuada a la rotación que necesites, lo mismo para las imágenes de disco antiguas que tengas almacenadas; por ejemplo, guardas las diez últimas imágenes y que a medida que vayas generando nuevas, las más antiguas se vayan borrando. Asegúrate de que cuando elimines una instancia, su disco se elimine, si es que así lo quieres. Al destruir una instancia, puedes elegir si borrar su disco o no, es algo que tu proveedor suele permitir que lo configures cuando arrancas la máquina. Lo normal es que no lo borre por seguridad, pero asegúrate de repasar esta política de borrado y ajustarla en cada caso. Por ejemplo, en un autoescalado es normal que escojas borrar el disco cuando la máquina se destruye, pero tal vez te interese guardarlo unos días por si tienes que revisar algún log. En este caso, recuerda crear una tarea o una política que los vaya borrando pasado un tiempo prudencial. Seguro que tu proveedor tiene diferentes tipos de disco, cada uno con sus condiciones y sus precios. Analiza cada caso antes de desplegar este disco y asegúrate que escoges el que más se ajuste a tus necesidades. No escojas un SSD con entrada/salida mejorada, que te va a salir bastante más caro que un disco duro típico si no les vas a sacar el partido necesario. Y lo mismo con el dimensionamiento; si con 20 gigas vas a tener suficiente, no cojas 100, y si vas a necesitar 100 realmente, puedes empezar con menos y hacerlo crecer sobre la marcha cuando lo vayas necesitando. No vas a tardar nada en hacerlo y, mientras no lo hagas, estás pagando menos. De todas maneras recuerda que un disco lo puedes hacer crecer sin problema, pero bajarlo de tamaño ya es más complicado. También tienes que tener en cuenta que los discos que tengas definidos pero que no estén vinculados a instancias, es decir, que no estén en uso, tienen el mismo coste que si estuvieran montados y en uso. Haz controles periódicos para detectar estos fallos; puedes automatizarlos y que te lleguen repos para que no pierdas mucho tiempo, pero tenlos bajo control. Hay otro recurso que puedes tener reservado y que no estés usando, como pasa con los discos, que son las IP elásticas; lo mismo, haz controles periódicos y libéralas si no las estás utilizando. La mayoría de proveedores te facturan las IP reservadas que no están en uso y, aunque el coste no sea muy alto, para qué pagar por ellas si no las estás utilizando. Al final, la bajada de costes a nivel de discos puede reducirse a controlar que los recursos que tienes reservados son los que necesitas en cada momento, ni más ni menos. Para eso, llevar un control de lo que tenemos y un análisis de lo que es necesario es indispensable. En este audio te he contado algunos de mis trucos para poder llevar ese control y espero que te sean de ayuda.

Contenido