Del curso: Fundamentos de la gestión de proyectos

Aprende a gestionar el alcance del proyecto

Del curso: Fundamentos de la gestión de proyectos

Aprende a gestionar el alcance del proyecto

Puede que las partes involucradas quieran introducir más tareas en el alcance. Es normal, ya que, con el tiempo, tenemos más información sobre el proyecto. El problema es que a las partes involucradas no les entusiasma mucho ampliar el presupuesto o el calendario para incluir las tareas nuevas. Por eso tienes que gestionar el alcance. La tendencia a aumentar el alcance se llama síndrome del lavadero. Es tan incómodo como suena. Alguien te interrumpe en el pasillo y te pide «¿podrías añadir esto al proyecto?» y se va. 100 % seguro que esa persona espera que incorpores el pedido al proyecto sin siquiera ajustar el calendario ni el presupuesto. Si lo haces, ese es el síndrome del lavadero. El alcance puede cambiar por varios motivos. Por ejemplo, puede que desde el principio no esté bien definido. Suponte que el cliente asume que conoces su sector y cree que no tiene que indicarte todo lo que necesita porque ya lo vas a identificar tú. Otro motivo es que el cliente no sepa exactamente lo que quiere. La mejor forma de evitar el síndrome del lavadero es identificar bien el alcance durante la planificación. Pero, ¿qué puedes hacer si la planificación está terminada y el alcance sigue extendiéndose como las malas hierbas? Primero, reestablece las expectativas poco realistas. Si el cliente te pide funcionalidades que claramente están fuera del alcance, señálale que no se incluyen en la declaración del alcance. Puedes hablar con el cliente sobre hacer cambios en el calendario y el presupuesto para ampliar el alcance del proyecto. Segundo, asegúrate de que el cliente y el equipo saben que no se aceptan los cambios informales. Explica que, en el futuro, las solicitudes deben pasar por el proceso de gestión de los cambios. Así, controlas el alcance aunque se cambie. Tercero. Si el alcance no estaba bien definido desde el principio, colabora con el cliente para renegociarlo y que quede claro. Cuarto. Si el cliente no sabe lo que quiere, considera adoptar la metodología ágil. Así, el cliente y tú podrán ir perfilando el alcance con el tiempo. Mantener el alcance bajo control durante el transcurso del proyecto es clave para que el proyecto tenga éxito. En los ejercicios, te dejo una lista de solicitudes de cambios del alcance. Para practicar, identifica cuáles están fuera de alcance.

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