Del curso: Cómo y por qué desarrollar una mentalidad de aprendizaje continuo

Trucos para aprender

Hay dos trucos muy poderosos a la hora de aprender y que retengamos en nuestra memoria: el intercalado y el espaciado. En resumido, el intercalado o "interleaving" de materias o libros consiste en leer primero un capítulo o un par de capítulos de un libro, después leer otro u otro par de capítulos de un libro diferente, para, seguidamente, volver al primer libro y, tras eso, al segundo, y así sucesivamente. Es decir, lo he intercalado 1-2-1-2-1... La otra técnica es el espaciado o "spacing", que consiste en separar la repetición de la materia estudiada. Por ejemplo, leo un capítulo, en unos 30 segundos resumo la idea principal y me pongo con otra cosa diferente. después de hacer esa otra cosa, regreso al capítulo e intento recordarlo. Pero vamos a entenderlos un poco más en profundidad y despacio. Estudiar materias o conceptos en paralelo es una manera sorprendentemente eficaz de entrenar nuestro cerebro. Al aprendizaje tradicional se le conoce como "aprendizaje en bloque" y considera que la manera más eficaz de aprender una materia o varios conceptos consiste en concentrarse profundamente en una única actividad y practicarla durante un buen rato antes de pasar a otra cosa. Por ejemplo, practicas A y... antes de pasar a practicar B, y el patrón sería A- B- C-D. Con la técnica del intercalado, el patrón sería A-B-C-A-B-C-B-C-D-B-C-D-C-D-E... Es decir, lo que hace es mezclar o intercalar varias materias o habilidades a la vez. En lugar de leer un único libro de seguido, lo que nos aconsejan es que leamos varios a la vez haciendo, por ejemplo, algo del tipo negocios-filosofía-historia-negocios-filosofía-historia. O si queremos aprender una nueva destreza en particular, como tocar la guitarra, pues lo suyo es que alternemos entre escalas, acordes y arpegios, variando entre uno y otro constantemente, y no que te tires dos horas solamente arpegiando. Podríamos denominarlo también "picotear", pero picotear sensatamente, con una estrategia detrás y con unos motivos perfectamente claros. Sabemos que funciona mejor que el método tradicional en bloque. Este truco funciona por la manera en la que funciona nuestro propio cerebro, especialmente reforzando ideas entre materias aparentemente no relacionadas. ¿Y la razón? Pues los expertos argumentan dos posibles motivos. Por un lado, explican que el intercalado de materias hace que recordemos más y mejor lo que estudiamos porque mejora la capacidad de nuestro cerebro para apuntalar diferencias y similitudes entre conceptos. Por el otro, también nos dicen que el intercalado refuerza nuestras asociaciones mentales. Y esto es así porque, al obligar a nuestro cerebro a estar atento y a usar la memoria a corto plazo una y otra vez, estamos entrenando a nuestro cerebro reforzando conexiones neuronales entre diferentes tareas y respuestas, lo que aumenta la capacidad de aprendizaje y relación de ideas. En nuestra sociedad actual, donde ponemos un énfasis considerable en el conocimiento, en las aplicaciones para aumentar nuestra destreza mental y nuestra memoria, el intercalado cuenta con la ventaja de la evidencia científica y la desventaja del poco conocimiento de la técnica. Pero yo, por ejemplo, aquí estoy hablando de ella. Lo mejor de todo es que esta técnica no requiere ni de habilidades especiales ni de tiempo extra ni de heramientas superespecíficas que te prometen el oro y el moro, solamente con estar nosotros mismos y algo de organización podemos conseguir efectos buenísimos. Las ventajas sobre el sistema tradicional de aprendizaje por bloques es que se recuerda mejor y durante más tiempo. Si estás aprendiendo algo como un nuevo deporte o a tocar un instrumento o a usar un software que desconocías, lo más seguro es que estés siguiendo los consejos habituales de ponerte con un concepto exclusivamente y machacarlo, repitiéndolo una y otra y otra y otra vez hasta que te lo sepas de memoria. Pues, bueno, ahora sabes que tienes otra opción, la de mezclar los conceptos en tu práctica. Y, como te acabo de comentar, lo más probable es que tu cerebro se encuentre muchísimo más cómodo con esta segunda opción. Además, punto extra, la mezcla es la base de la creatividad. Frente al pensamiento monolítico, la asociación de ideas. Al otro truco se le conoce con el nombre de "espaciado", el "spacing" del que hablábamos al principio, y consiste en, precisamente, espaciar en el tiempo los momentos que dedicamos a estudiar algo. La base son los innumerables estudios científicos que indican que tanto nuestra memoria como nuestra productividad pueden verse muy reforzadas simplemente descansando, dejando que nuestro cerebro descanse. De este modo, el hipocampo puede transferir memoria a nuestra corteza cerebral para almacenarla ahí. Si no descansamos, nuestro cerebro no es capaz de hacer esto con eficiencia. Así que no más de 90 minutos de ejercicio mental continuado, después descanso, después seguir. Y por último vamos a hablar del mejor modo de recordar lo que leemos o lo que vemos en estos cursos. Muchos de nosotros tenemos la costumbre de subrayar lo que leemos. Esto da cierta satisfacción porque, en verdad, estamos engañando a nuestro cerebro haciéndole creer que está aprendiendo o aferrándose a lo que subrayamos, pero no es verdad. Y simplemente volver a releer lo que hemos subrayado tampoco ayuda mucho. El acto de subrayar ha de ser un apoyo para una relectura posterior a más velocidad en la que identifiquemos las ideas clave. Pero –y aquí está el truco– es esencial que seamos nosotros quienes tratemos de resumir lo que dice el capítulo recordando la idea principal, es decir, tratando de recordar qué es lo que dice de manera consciente. Simplemente releer no nos ayuda a aprender. En realidad, nos confunde porque induce a creer que sabemos algo, pero no es verdad. Lo más adecuado es tratar de recordar qué es lo que hemos leído y sintetizarlo escribiéndolo. Después releemos otra vez el capítulo y comprobamos nuestro aprendizaje, qué es lo que hemos escrito, como un test. Y podemos repetir otra vez el proceso de sintetizar lo que acabamos de leer y hacer de nuevo un segundo testeo. Yo mismo, para facilitarme esta tarea, junto con muchas otras personas, utilizamos una estructura más o menos predefinida que aplicamos cada vez que acabamos un capítulo de uno de los cursos o de algún libro. En mi caso son tres preguntas: ¿de qué va este capítulo?, ¿qué pregunta podría estar respondiendo?, y ¿de qué modo puede servirme esta información? Nunca se me olvidará cómo mi profesor de Historia de primaria, Serafín, me dejó con la boca abierta cuando sacó su colección de tarjetitas en las que tenía resumidos todos los libros que se había leído en su vida. Era una extensión analógica de su cerebro a la que iba y volvía cuando lo necesitaba, si es que lo necesitaba. Y yo tengo la costumbre de hacerme esas preguntas y anotar las respuestas de todos y cada uno de los libros que me leo y de los cursos que me hago. Antes, con las libretas o las tarjetitas, pues sí, quizá podría ser algo más engorroso, pero hoy en día, con la cantidad de herramientas digitales que nos permiten acceder a la información como y donde queramos, poder contar con un artilugio así es de un valor incalculable.

Contenido