A continuación, te explicamos cómo puedes aprovechar la autoconciencia para una presentación impactante.

Cuando nos damos la oportunidad de revisar en retrospectiva nuestras presentaciones previas y lo hacemos con toda la objetividad posible, podemos obtener una gran enseñanza. Es recomendable no hacerlo "en solitario" ya que la perspectiva de un tercero (especialmente si es tu mentor o tu coach) es muy valiosa. Revisa tus momentos de poder y tus momentos menos fuertes ¿Qué sucedió en cada uno de ellos? ¿Qué harías diferente? ¿Qué se puede mejorar o cambiar? Si te has equivocado, tal vez sólo tú te hayas dado cuenta. Sólo ten presente algo: No se trata de ser, ni de parecer perfecto, sino de ser perfectible. Si aun no tienes un mentor, apóyate con colegas de mayor experiencia para "pulir" tus talentos y minimizar tus áreas de oportunidad.

No puedes evitar sentir nervios o tensión antes de salir al escenario, es totalmente normal y es hasta conveniente. Si es mucha la ansiedad, hacer ejercicios de respiración profunda de 3 a 5 minutos antes de su presentación es sumamente benéfico; mientras lo haces, visualízate al frente de tu público teniendo éxito y sonriendo. Aprovecha la emoción para salir a dar lo mejor de ti, de manera totalmente natural. Y una recomendación que me ha sido muy útil, comienza con el fin en mente para que tu presentación fluya... usa historias breves y adecuadas que ayuden a la comprensión de tu tema. Si le das paso al agobio y a la preocupación excesiva, lo vas a transmitir de manera subconsciente y eso no es lo que quieres.

Determina los siguientes aspectos antes de iniciar (inclusive antes de preparar tu material): - ¿A quiénes les voy a habla? - ¿De qué les voy a hablar? - ¿Por qué les voy a hablar de ese tema? - ¿Qué problema o situación les estaré ayudando a resolver? El uso de historias relacionadas con tu tema y subtemas es clave para que el mensaje llegue y se quede en tu audiencia. Usa tu lenguaje corporal para comunicar, no sólo con la palabra hablada. Cuida tu léxico, tu entonación, velocidad, pausas y tu interacción con las personas. Hazlo lo más sencillo posible para ellas. Entre más natural lo hagas, mejor conexión lograrás. Transmite emoción y pasión por lo que haces y compartes.

Es fundamental, contar con retroalimentación tras cada presentación. Primero haz una autoevaluación muy objetiva y toma notas; posteriormente solicita a colegas que te den su punto de vista para mejorar lo mejorable y fortalecer lo que haces muy bien, sólo asegúrate de que quienes te den retroalimentación sean personas que conozcan tanto del tema como con experiencia en presentaciones para mantener la imparcialidad y enfoque. Si algo no salió como tu esperabas, no te preocupes, ocúpate en ello... en la siguiente oportunidad seguramente lo harás mucho mejor. Tu compromiso es siempre mejorar y no "estacionarte" con lo que sabes, ni con lo que ya dominas. El objetivo es mantener un crecimiento constante y progresivo.

Si quieres que tu presentación sea exitosa, tu compromiso personal es practicar, practicar y practicar de forma consciente. Pregúntate lo siguiente ¿Qué diría de mí mismo si yo fuera parte del público que me escucha? ¿Estaría satisfecho? Trabajar de forma consciente en tu presentación, en tu estilo, en los ejemplos e historias que usarás, en tus medidas de tiempos, etc. es de enorme valor cuando tu objetivo es agregar valor a tu audiencia. Grábate tanto en audio como en video, pide asesoría y retroalimentación antes de tu presentación (No podemos, ni debemos hacerlo solos). No siempre es cómodo, pero siempre es necesario. Deja huella en tu audiencia, dando lo mejor de ti, porque ellos son los verdaderos protagonistas.