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Los drones son el arma de guerra del futuro pero tienen un problema: se pueden derribar con un arma de hace 300.000 años

Los drones con lanzas son la solución para evitar los aparatos del enemigo: se acercan a ellos y caerán en picado con un pequeño golpe en una de las hélices en cuestión de segundos.

Los drones son el arma de guerra del futuro pero tienen un problema: se pueden derribar con un arma de hace 300.000 años

Getty Images

Foto del redactor Claudia Pacheco

Los drones se utilizan desde hace unos años en las retransmisiones deportivas o para rodar escenas en películas y series, aunque el uso militar ha terminado imponiéndose. Algunos países como Estados Unidos y China están invirtiendo millones en esta tecnología.

La llegada de la inteligencia artificial también ha revolucionado el mundo de los drones de guerra con sistemas de detección de los objetivos mucho más precisos. El conflicto en Ucrania está cambiando la forma de luchar en las guerras y estos aparatos tienen un peso cada vez mayor.

La última tendencia en drones de guerra mezcla la modernidad con la antigüedad. Algunos fabricantes han empezado a instalar lanzas para enfrentarse a otros drones al estilo de las justas de caballeros de la Edad Media. Este instrumento se empezó a utilizar hace 300.000 años y ahora ha vuelto a la vida.

Los dispositivos son tan sensibles a los golpes que un pequeño roce en sus hélices les puede desestabilizar. ¿El resultado? Pueden caer al vacío en cuestión de segundos y quedan prácticamente inutilizables. 

Los drones de guerra pueden lanzar bombas, disparar contra objetivos con la precisión de un francotirador profesional o detectar puntos de calor en edificios, pero tienen un largo camino por delante en materia de seguridad. Estos instrumentos son tan frágiles que incluso una piedra podría derribarlos

Los drones de guerra puestos a prueba

Un usuario de X (antiguo Twitter) conocido como @TheRealBuni ha realizado un experimento en Ucrania en el que ha utilizado un dron convencional y otro con una lanza. El resultado es previsible.

Estos drones están pensados para producirse en masa, así que la seguridad en vuelo es un aspecto poco importante para los fabricantes. Si un dron es derribado, los ejércitos podrán comprar otro a un precio relativamente bajo.

Estos aparatos son el infierno de la infantería y vehículos ligeros gracias a la facilidad para volar a baja altura. Los drones de guerra con lanzas podrían ser una solución para acabar con los equipos del ejército contrario de la forma más tradicional.

China ha preferido seguir una tendencia diferente y está trabajando en un dron que se carga en el aire indefinidamente y otro invisible. Este último opera como un enjambre distribuyendo otros drones más pequeños en el campo de batalla.

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Etiquetas: seguridad, drones,