Carles Ramió, experto en Administración pública: "No se puede canalizar la atención ciudadana única y exclusivamente por la vía digital"

Madrid

Carles Ramió es catedrático de Ciencia Política y de la Administración en la Universitat Pompeu Fabra y autor de El colapso de la Administración en España (Catarata), un ensayo pensado para, y así lo ha subtitulado, "evitar que la Administración pública encalle frente a nosotros".

"No se puede canalizar la atención ciudadana única y exclusivamente por la administración digital", critica Carles Ramió de un sistema que observa que ha empeorado desde 2020. La que él denomina "resiliencia reaccionaria" permitió que los trámites se amoldasen a las restricciones sanitarias por la pandemia de coronavirus, pero ha dejado un modelo de atención menos accesible y eficiente que el anterior. "El 40% de los ciudadanos no tiene las competencias necesarias para interaccionar digitalmente con la administración pública", explica Ramió sobre el contexto que es necesario tener en cuenta, al que suma la dificultad que supone para tantos ciudadanos comprender el lenguaje administrativo.

Son muchas las diferentes vertientes que analiza en su nuevo ensayo para estudiar el problema, pero, para Ramió, la cantidad de funcionarios —debate muy presente en la calle— no es lo más relevante. "Si no hacemos una reforma importante en España en los próximos años, de forma muy inmediata, en tres, cuatro o cinco años la administración española puede llegar al colapso", señala el catedrático. Ramió enfatiza la necesidad de asegurar el relevo generacional, pues la mitad del funcionarado público se jubilará en los próximos diez años, como alerta el experto. Todo esto, con un panorama que no sólo está envejecido, sino que es lento en lo que a la contratación se refiere: "Desde que detectas que te hace falta un nuevo empleado público hasta que lo tienes como funcionario tomando posesión tardas entre dos y cuatro años".

Para Ramió, los procesos de selección de funcionarios son poco atractivos para una juventud que define como "más inteligente" y que no cree dispuesta a asumir los costes que suponen dedicar cuatro años, la media de tiempo necesaria para aprobar unas oposiciones de uno de los grandes cuerpos del Estado, a memorizar y cantar temas. "El talento no va a querer acceder a la función pública si permanecen estos sistemas de selección", dice el experto. La falta de flexibilidad en un sistema tan "proteccionista, garantista y rígido" como el español dificultan todavía más un pronóstico positivo del futuro de la Administración pública, cuestión que el autor vio evidente durante la pandemia: "Había servicios públicos muy tensionados, que atendían los funcionarios que estaban totalmente colapsados; pero, en cambio, había otros ámbitos, como el de Cultura, Deporte... que no tuvieron ninguna tarea que hacer", critica.