Silvina Moschini

Silvina Moschini

Crypto Insider

Hace muchos años alguien me comentó que las mujeres se dividen en dos grandes grupos a la hora de enfrentar las dificultades que les impiden alcanzar su total independencia financiera; las que están sobre “pisos pegajosos” y las que se encuentran frente a “escaleras rotas”. 

Mientras el principal obstáculo de las primeras, las de “la base de la pirámide”, suele ser la falta de oportunidades y por esa razón no logran despegar, el desafío de las segundas consiste en hacer crecer su dinero. Pero ese propósito suele estar frenado de antemano porque la falta de confianza hace que pisen cada peldaño con inseguridad e incertidumbre. 

Se sabe que el “síndrome del impostor”, como se conoce a esa distorsión que nos hace sentir ajenas a los méritos propios, afecta mucho más a las mujeres que a los hombres. Sus consecuencias son completamente visibles: persistencia de salarios más bajos; incapacidad para tomar decisiones y resignación frente al ascenso de colegas masculinos que tienen las mismas habilidades y competencias.

Afortunadamente, este síndrome empieza a diluirse a medida que la narrativa cultural de las mujeres se fortalece. Como les contaba en la columna anterior, entre Shakira y Miley Cirus las canciones que abrieron el 2023 hablan sobre mujeres cada vez más autónomas y el dinero dejó de ser mala palabra (“las mujeres no lloran, las mujeres facturan”).

Libres de “FOMO” y con agenda propia

En paralelo a esa nueva y poderosa narrativa, las mujeres se están adueñando de su futuro tomando ventaja de las cualidades de las criptomonedas y proyectando sus finanzas a largo plazo. Según reportes recientes más de la mitad de las mujeres que invierten en cripto se consideran “holders”, palabra que designa a quiénes proyectan sus inversiones en períodos largos. En el caso de los hombres, este porcentaje desciende hasta 38%. 

Simultáneamente, un sondeo de KuCoin revela que tomamos las decisiones de manera más autónoma y guiadas por nuestras propias investigaciones. Casi 6 de cada 10 (58%) revela que hace su propio “research” en relación a sus inversiones y apenas 24% admite estar influenciada por las tendencias que informan los medios de comunicación.

La relevancia de estos datos es clave porque nos aleja del síndrome del impostor y potencia la sensación de confianza en cada paso que damos. En un ámbito como el de las criptodivisas, dónde la sensación de FOMO (“no quedarse afuera”) suele empujar a los inversores novatos a tomar decisiones impulsivas, hacer la investigación propia (el “DYOR”, do your own research) confirma que las mujeres no estamos entrando al mundo cripto por la ventana sino con propósitos firmes acordes a nuestras expectativas.

En este escenario, el desafío es que más mujeres vean que aquellas “escaleras rotas” del síndrome del impostor hoy encuentran una alternativa viable en las criptomonedas. Ya pasó el tiempo en el que las divisas digitales eran una rareza reservada a los jóvenes hiperconectados y extremadamente arriesgados. Hoy el mercado de las criptomonedas muestra una consistencia y una resiliencia mayores y muchas mujeres están descubriendo que pueden moldear su futuro financiero mucho más allá del corto plazo. 

mirando “más allá” - Silvina

Las opiniones publicadas en esta columna son responsabilidad del autor y no representan ninguna posición por parte de Business Insider México.

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