• Chris Williams es exvicepresidente de recursos humanos de Microsoft, podcaster, consultor, asesor y creador de contenidos en TikTok.
  • Desde su experiencia, Williams asegura que no deberías firmar tu despido inmediatamente, y si es injustificado, podrías oponerte.
  • En cuanto te despidan, reordena tu currículum y tu perfil de LinkedIn. Incluye tus últimos trabajos, cargos y títulos, además de grandes logros.
  • ¡Nos vemos en TikTok!

He experimentado despidos desde todas las perspectivas posibles: yo mismo fui el despedido, fui el que le dio la noticia al empleado que iba a ser despedido y fui el ejecutivo responsable de elegir quién sufriría un despido.

En mis más de 40 años en el mundo empresarial, incluido el cargo de vicepresidente de Recursos Humanos de Microsoft, ya vi toda clase de despidos.

Hoy soy asesor de ejecutivos y trabajadores que se enfrentan a los despidos, desde las dos caras de la moneda. Parte de mi trabajo consiste en ayudar a las personas afectadas.

Uno de mis recursos para ayudar a las personas que pasan por este proceso es una guía completa para realizar bien los despidos. Se trata de una recopilación de todo lo que he aprendido sobre cómo una empresa puede hacer que un despido funcione de la mejor manera para todos los implicados en la medida de lo posible.

Pero voy a ser honesto, la mayoría de las empresas no lo hacen, sino que manejan mal los despidos. En los últimos años, incluso en las últimas semanas, hemos visto un desfile de empresas que gestionan los despidos con un proceso y un calendario que roza la crueldad. (Estoy pensando en ti, Spotify).

Para ayudarte a sobrevivir a esta experiencia traumática, esto es lo que yo haría si volviera a ser despedido. Pero primero, quiero dejar claro que no soy abogado.

Puede que algunas de estas cosas no apliquen o ni siquiera sean legales en tu país. Tómate todo esto como mi opinión y mis pensamientos personales, no como un consejo legal:

1. Lee con atención

Lo primero y más importante es respirar, o al menos no precipitarte. Te dirán que te han despedido y, casi al instante, empezarás a recibir una tormenta de papeleo.

A la empresa le interesa acabar con esto lo más rápido posible; despedirte, cerrar tu expediente y seguir adelante. Eso les ahorra tiempo, dinero y dramas. Te ofrecerán un paquete ordenado con páginas y páginas. Luego te pedirán —incluso te exigirán— que lo firmes.

No lo firmes. No de inmediato. Mejor expresa: «Necesito tiempo para entender todo esto».

Llévatelo a casa y lee la información detenidamente, cada palabra. Parte de ella será jerga legal, otra será información complicada y la tercera será opcional, pero no te lo explicará claramente. Toda la información es importante, así que entiéndelo antes de firmar.

2. Considera la posibilidad de pelear por tu puesto

Cuando seas despedido, piensa, al menos por un momento, si puedes influir de algún modo en la situación.

La influencia puede adoptar muchas formas. Quizá pertenezcas a una clase protegida (edad, sexo, etc.). Tal vez tengas una enfermedad que modifique tu situación (embarazo, baja médica, etc.). Tal vez tengas una antigüedad prolongada o conocimientos especializados de los que depende la empresa.

Esta ventaja puede permitirte rechazar la indemnización que te ofrecen. Rara vez revierten la decisión de despido, pero puede cambiar las condiciones. Puedes presionar para que te ofrezcan una indemnización mayor, prestaciones más grandes o alguna otra modificación de las condiciones.

Si formas parte de un despido importante (más de una docena o así), tu influencia se diluye sustancialmente. Si se trata de un despido importante (cientos), tu influencia es muy limitada. La empresa habrá invertido mucho tiempo en recursos humanos y en asuntos jurídicos para asegurarse de que el paquete sea correcto y legal. Tendrán poco margen para cualquier cambio individual.

Pero, en mi opinión, casi siempre hay que intentarlo. No se consigue lo que no se pide. Por lo tanto, vale la pena insistir pidiendo una indemnización mayor, quizás una cobertura sanitaria más prolongada o incluso una fecha de despido más adelante.

No plantees el caso desde la simpatía, sino en términos empresariales: necesitas tiempo para organizar y documentar tu trabajo para quien te reemplace, estás en un campo especializado en el que te llevará más tiempo encontrar otro trabajo, tienes una necesidad médica pendiente que requiere cobertura durante todo el tiempo… algún caso que hable de negocios y dinero, no de sentimientos.

Lo peor que te pueden decir es que no.

3. Considera opciones legales

Si, por el contrario, perteneces a una clase protegida o tienes algún otro estatus especial en el momento de ser despedido, deberías plantearte buscar asesoramiento legal o incluso pedirle a un abogado que se limite a revisar el papeleo.

Recomiendo trabajar con un abogado que trabaje en régimen de contingencia. No cobran nada por adelantado, pero se llevan sus honorarios de cualquier acuerdo resultante. La ventaja es clara desde el punto de vista económico.

Pero la verdadera ventaja es que puede probar tu caso. Un abogado que trabaja en régimen de contingencia no aceptará un caso que no tenga sólidas posibilidades de ganar. Si no aceptan tu caso, puede que incluso sea una batalla perdida.

Recomiendo que no lo hagas tú solo ni financiarlo tú mismo. Esto suele ocurrir por ira o deseo de venganza. Si estás enojado y un abogado no quiere aceptarlo, lo entiendo.

Pero te enfrentas a una empresa con muchos recursos y tú te acabas de quedar sin trabajo. A menos que exista la posibilidad de una gran ventaja, con daños punitivos mucho más allá de la simple restitución, es poco probable que salga adelante financieramente. Y, si existiera esa posibilidad, un abogado de oficio aceptaría el caso.

Así que habla con un abogado si se lo está planteando. También en este caso, lo peor que pueden decir es «no».

4. Mantén actualizado el currículum y LinkedIn

Muy bien, ahora que ya estás despedido, es hora de mirar hacia delante.

Si aún no lo has hecho, debes reordenar tu currículum y tu perfil de LinkedIn. Incluye tus últimos trabajos, cargos y títulos, además de grandes logros.

Lo mejor es mantenerlo actualizado. Pero si no lo has hecho, ponte manos a la obra.

En las redes sociales puedes encontrar más información e ideas sobre currículums y perfiles de LinkedIn. Desde luego, revisa lo que dicen y escucha las diversas perspectivas. Pero haz lo que consideres adecuado para ti y tu carrera.

No pagues a un gurú del currículum o a un ‘mago’ de LinkedIn para que te ayude. Hay suficientes personas que ofrecen buenos consejos gratis. No gastes tu dinero, por muy desesperado que te sientas. Sus consejos saldrán de libro cliché y probablemente no te representen tan bien como puedes representarte a ti mismo.

5. Mantén privada la situación

Después de perfeccionar tu perfil, debes plantearte si debes hacer pública la situación de despido.

Hay tres opciones típicas:

  • Mantenlo privado: Esta opción consiste simplemente en cambiar la fecha de finalización de tu trabajo actual en LinkedIn.
  • Se modesto: Consiste en hacer pública la opción anterior y, además, incluir una pequeña publicación en LinkedIn. Recomiendo, como mucho, un par de frases. «Me vi afectado por el reciente despido en XX, pero disfruté de mi tiempo allí y estoy deseando emprender mi próxima aventura». O algo parecido. Los buenos amigos y contactos te tenderán la mano, que es exactamente lo que quieres, pero no estás montando una escena.
  • Ábrete de par en par: Esta última opción es un post con más detalles de los acontecimientos previos, algunos escabrosos y, francamente, información confidencial. Estos mensajes suelen estar llenos de rencor hacia la empresa y de apelaciones a la compasión.

Voy a subrayar que no te aconsejo que sigas ese último consejo. Podrías perder muchas oportunidades. La metralla de una publicación diciendo que fuiste despedido y hablando mal de la empresa dañará a personas que podrías utilizar como contactos o referencias.

Peor aún, le estás diciendo a cualquier posible futuro empleador que eres propenso al drama. No manejas bien la adversidad, y a menudo lo haces públicamente.

Así que limítate a un perfil modesto y deja el drama para las conversaciones privadas con amigos tomando una copa. ¿Deberías preocuparte por colocar en tu LinkedIn la bandera de «abierto al trabajo» en tu perfil de LinkedIn? Hay muchas cosas de las que preocuparse cuando no se tiene trabajo y probablemente ésta no sea una de ellas.

Pero si fuera yo, primero intentaría conectar con mi red. Intentaría encontrar trabajo a través de gente que conozco. Si eso falla, optaría por enfoques más amplios, como buscar en plataformas de empleo y cambiar mi perfil en LinkedIn para indicar que estoy buscando trabajo.

6. Trabaja tu red de contactos

El consejo más importante para el futuro es profundizar en tu red de contactos. Conecta con todas las personas que conozcas y que puedan tener conocimiento de un puesto vacante.

Las mejores contrataciones se hacen a través de las conexiones. Una contratación realizada a través de una conexión personal es la mejor. La empresa que te contrate tiene la ventaja de saber que eres una persona creíble. Tú tienes la ventaja de conocer a alguien que trabaja allí. Todos salen ganando.

Conecta con muchas personas, todas preferiblemente de tú a tú; pueden hacer una cita en Zoom o un café. Preocúpate por ellos, no por ti. Por supuesto, ellos saben que sólo te acercas porque no tienes trabajo. Eso no significa que tengas que centrarte exclusivamente en ti.

Pregúntales qué están haciendo. ¿Qué es interesante, qué es difícil, qué les hace felices en su trabajo? Hazles preguntas interesantes sobre su trabajo y su vida, y muéstrales que eres una persona inteligente y atenta con la que les gustaría trabajar.

Y luego expresa lo que quieres: «Oye, como sabes, hace poco fui despedido y estoy sin trabajo; me preguntaba si sabes de algún puesto vacante. ¿Hay trabajo en tu empresa o conoces a alguien que esté contratando?», pero no lo conviertas en un gran problema ni en el objetivo de la conversación.

Cuando la respuesta sea negativa

Puede que la respuesta sea «No, ahora no tengo ninguna vacante», pero has plantado una gran semilla y ampliado tu red de contactos. La persona con la que has hablado estará en alguna reunión o conferencia, o cenando con un amigo que le dice: «Nos está costando mucho encontrar a alguien para este trabajo». Tu contacto dirá: «Yo conozco a alguien».

Así que planta muchas semillas y, si tardas mucho, riégalas y vuelve a observar cómo van creciendo un mes más tarde.

Una buena red de contactos es lo que te ayudará cuando sufras un despido. Serán una fuente de apoyo y ánimo, además de una fuente de ideas y más conexiones, y bien podrían ser la conexión con tu próximo trabajo.

Sí, por supuesto, deberías plantearte solicitar trabajo a gente que no conoces, pero nunca subestimes a tus contactos. Es importante cuidar e ir incrementando la red de contactos aún cuando tienes trabajo para momentos como este. Es el activo más importante de tu carrera.

AHORA LEE: La mitad del personal administrativo de Google probablemente ‘no hace ningún trabajo real’, según un inversionista de Andreessen Horowitz

TAMBIÉN LEE: 4 consejos para tener una entrevista de trabajo exitosa y conseguir empleo

Descubre más historias en Business Insider México

Síguenos en Facebook, Instagram, LinkedIn, TikTok, Threads, Twitter y YouTube

AHORA ESCUCHA:

AHORA VE: