¿Y si relajamos un poco las rutinas?

Los niños necesitan unas rutinas, unos hábitos e incluso unos límites para su regulación física y emocional. Eso incluye poder respetar algunos horarios o periodos para comer, descansar, dormir, asear, jugar…Siendo así, es importante que en nuestro afán de querer mantener esto, no nos impongamos a nosotras mismas y a otras personas cuidadoras una extrema rigidez. Cierto margen de flexibilidad puede tener cabida. No se trata de crear una inestabilidad a las niñas, no se trata de eliminar una estructura básica o no se trata de hacer cambios o rupturas súper bruscas. Se trata de seguir manteniendo una estructura incluyendo cierta flexibilidad si es necesario en algún momento.

Esto es especialmente significativo en algunas épocas como las vacaciones en las que el ritmo cotidiano cambia, podemos hacer viajes, permanecer en otros lugares, la meteorología y el calor nos condiciona y/o pueden aparecer más personas cuidadoras a escena. En este último sentido, el agradecimiento y la confianza en las personas que van a compartir cuidados va a ser muy importante. Quizás no hagan los cuidados exactamente como a nosotras nos gustaría (porque tienen un enfoque un poco diferente, sus condiciones físicas les limitan o priorizan ciertos elementos afectivos o de otro tipo) Pero podrán cuidar bien o suficientemente bien. De hecho, seguramente, aportarán cuestiones muy valiosas a nuestras hijas. En cualquier caso, siempre podremos buscar consensos y acuerdos en las cuatro o cinco cuestiones principales y aceptar que algunas cosillas harán diferente.

Los pequeños cambios que pueda haber en los rituales y hábitos durante algunas épocas o al compartir cuidados podremos ir “recuperándolos” con la vuelta a lo cotidiano o al contexto habitual de referencia. Esto será más fácil, eso sí, en la medida en que no haya cambios súper diferentes o muy bruscos y/o se explicite que “ahora” o “aquí” habrá algunas diferencias pero luego o en nuestro lugar las cosas volverán a ser más habituales o de otra manera. Mantener estabilidad, de todas formas, es más relevante en el caso de bebés, niñas más pequeñas o de determinado perfil. Como siempre, la búsqueda de cierto equilibrio es la respuesta y la meta difícil a alcanzar.

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