EUROLIGA

Madrid, Estambul, Atenas

La lucha por la próxima Euroliga apunta a feroz. El mercado de verano hierve y los dos grandes clásicos de Atenas pisan muy fuerte.

El escolta Kendrick Nunn, una de las grandes estrellas del Panathinaikos que se llevó la última Euroliga, en partido de la pasada temporada contra el Barcelona.
GEORGIA PANAGOPOULOUEFE

El Real Madrid ha participado en diez Final Four de la Euroliga desde 2011. El dato es tremendo ya que se han celebrado, incluida aquella, trece en total (en 2020 se suspendió por la pandemia). El equipo blanco solo ha faltado en 2012, 2016 y 2021. Ahora enlaza tres seguidas y en las tres, además, ha superado las semifinales y ha jugado la final: una ganada (contra Olympiacos), dos perdidas (Efes y Panathinaikos).

Además, el equipo de Chus Mateo acabó líder de la fase regular la pasada temporada: 27-7, cuatro derrotas menos que el segundo, el PAO (23-11) que acabó levantando el título. Y mantiene el eje que lo convirtió en temible en Europa, el que forman Facundo Campazzo y el renovado Edy Tavares, muy bien rodeado por un núcleo duro en el que siguen Dzanan Musa, Mario Hezonja y Gabriel Deck, y que va a mantener pese a algunas salidas muy emocionales (Rudy Fernández, Sergio Rodríguez…) a un veterano como Sergio Llull, que seguirá siendo la gran conexión entre épocas del equipo blanco. El escolta menorquín también renovará su contrato en un equipo que, además, ha hecho los deberes y se ha reforzado por fuera (Andrés Feliz, Xavier Rathan-Mayes) y por dentro (Serge Ibaka, pendiente también de Usman Garuba), donde tiene que cubrir la significativa salida, con la que su planificación inicial no contaba, de Vincent Poirier.

Asegurada también la continuidad de Chus Mateo al frente del banquillo, nada hace pensar que el Real Madrid no será uno de los favoritos, un año más, para llevarse la Euroliga cuando se vuelva a poner en marcha la principal competición continental. Pero, claro, la rivalidad será, una vez más, brutal. No puede ser de otra manera. Y eso a pesar de que seguirán apartados los equipos rusos, con el histórico CSKA (un candidato perenne) a la cabeza. Pero hay dos focos que están llamando mucho la atención en este mercado veraniego, dos poderes que vuelve a pujar con la máxima fuerza: los equipos de Estambul y, sobre todo, Atenas.

El Fenerbahçe y el Efes apuestan fuerte

El Efes fue dos veces campeón en 2021 y 2022. Para lograrlo, superó en las finales a Barcelona y Real Madrid. Después, ha tenido dos temporadas horribles en las que ni siquiera ha jugado los cuartos de final (viene de quedar fuera en el primer play in, contra la Virtus). El Fenerbahçe se quedó a las puertas de la Final Four en 2023 (perdió en cinco partidos en el playoff contra el Olympiacos) pero volvió este año, convertido en uno de los equipos más duros de Europa con la llegada al banquillo de Sarunas Jasikevicius.

El Efes se renueva para dejar de vivir en el limbo del curso pasado, en plena resaca emocional tras la salida de Ergin Ataman, que se fue al Panathinaikos para construir el nuevo campeón de Europa. Sigue Shane Larkin, que pese a muchos rumores de salida ha firmado un nuevo y monumental contrato (hasta el verano de 2028) y seguirá siendo el referente del equipo que continuará entrenando Tomislav Mijatovic. Se ha confirmado la salida de más baluartes del equipo que fue campeón: Will Clyburn y Tibor Pleiss. Y tampoco siguen, en una renovación clara del juego interior, Dan Oturu y Tyrique Jones.

Pero las altas están siendo de primer nivel: Roland Smits (letón, ex del Barcelona) llega desde el Zalgiris para aportar estabilidad en el puesto de ala-pívot, y como nuevo cinco y referencia interior se ha fichado a Vincent Poirier con una potente oferta económica que le llevó a dejar un Real Madrid en el que, era su idea inicial. Además, el Efes se ha hecho con el alero Stanley Johnson, un antiguo número 8 del draft de la NBA que no llegó a triunfar nunca en la liga estadounidense. Está por ver cómo se remata la rotación en la que en principio seguirán los Derek Willis, Elijah Bryant o Rodrigue Beaubois. Y se espera algún otro fichaje de primer nivel. En ese sentido, hay que ver qué pasa con el escolta Furkan Korkmaz, que sería muy determinante si decide poner punto y final a una carrera NBA de siete años. Varios equipos de Euroliga han preguntado por él, pero los turcos están obviamente mejor posicionados por el factor local y porque además les ayudaría con sus cupos nacionales. Y de los dos, el Efes parece mejor colocado.

El Fenerbahçe fue uno de los mejores equipos de la segunda mitad de la temporada pasada. Llegó a la Final Four y perdió en semifinales contra el campeón, Panathinaikos, después de convertirse en el primer equipo de la historia que ganaba un quinto partido de cuartos a domicilio (solo minutos después lo logró también el Olympiacos, en el Palau). Sarunas Jasikevicius sigue al frente de un equipo que realmente vuelve a ir a por todas aunque hay muchas e ilustres salidas (Nick Calathes, Jonathan Motley, Tyler Dorsey, Yam Madar, Melih Mahmutoglu…).

Pero ya están atados Nicolo Melli, Devon Hall, Bonzie Colson, se ha asegurado la continuidad Nigel Hayes-Davis, uno de los mejores aleros de la competición la pasada temporada (entró en el Mejor Quinteto) y se cuenta con los Scottie Wilbekin, Marko Guduric, Sertac Sanli y compañía a la espera de algún fichaje potente más (ha sonado de forma recurrente Wade Baldwin IV) y de resolver el puzle en el puesto de base, donde podrían estar con el equipo, después de los problemas de lesiones y el encaje de piezas de la pasada temporada, Arturs Zagars y Raul Neto.

Atenas vuelve a ser temible

Los equipos turcos (una Fenerbahçe, dos Efes) ganaron tres Euroligas en cinco años (2017-22, sin contar la suspendida por la pandemia) y han sido una de las notas constantes en el primer nivel europeo de los últimos años, en los despachos y en pista. Pero ahora mismo parece, desde luego en este punto y con mucha tela que cortar en el mercado y mucho margen hasta que empiece la competición, que la gran amenaza para el resto de la competición va a estar, una vez más, en Grecia. Porque ahí está el campeón, el Panathinaikos, y porque el Olympiacos está reforzándose para subir ese último escalón después de perder dos años con el Real Madrid, uno en la final (in extremis) y otro en semifinales.

Del Olympiacos sale un Luke Sikma que no ha funcionado como ala-pívot multiusos y un jugador que ya era un clásico de nuevo cuño en su backcourt, Iasiah Canaan. En principio tampoco continuará el lituano Ignas Brazdeikis. Llegan, para dar el impulso definitivo hacia el título, Luca Vildoza, que cambia de bando en Atenas tras una experiencia complicada en el PAO, y Tyler Dorsey, que regresa al equipo en el que brilló antes de pasar por la NBA y volver a Europa para jugar en el Fenerbahçe. Además, parece que está apalabrado el regreso de Sasha Vezenkov, que no ha tenido suerte en la NBA y que está a punto de cerrar el camino de vuelta al equipo de El Pireo, donde automáticamente volvería a ser uno de los jugadores más determinantes de la Euroliga.

En busca de una garantía de puntos y generación exterior de juego, el Olympiacos ha cerrado a Keenan Evans, una operación que estuvo hecha pero corrió el peligro de no concretarse por la grave lesión de rodilla que sufrió el escolta con el Zalgiris. Además, ha habido rumores que colocaban en El Pireo a un nombre más potente: Evan Fournier. El escolta/alero francés quiere seguir en la NBA, donde lleva doce años (tiene 31), pero si no encuentra el destino y el contrato adecuados volverá a Europa. Y, desde luego, sería un fichaje de muchísima significancia para un equipo en el que siguen Walkup, Papanikolaou, Fall, Peters…. Si añade a Dorsey (ya fichado), Vezenkov y Fournier sería desde luego un aspirante de primerísima categoría al título.

Pero el campeón no va a tener miedo a nadie, y menos al gran rival de Atenas al que ha derrotado en la final de la Liga griega. El Panathinaikos de Ataman ha cerrado ya oficialmente a Lorenzo Brown. El base español de origen estadounidense deja el Maccabi y se une, si Kendrick Nunn no se va a la NBA (una opción que todavía está en el aire), a un backcourt que será uno de los mejores de la historia reciente (como mínimo) de la Euroliga: Sloukas, Lorenzo, Nunn, Jerain Grant, Marius Grigonis... Ataman quiere más fichajes, como mínimo un pívot de primera categoría. Para cubrir esa necesidad, suena insistentemente Daniel Theis. El alemán analiza sus opciones NBA y emprenderá si estas no le convencen el camino de regreso a Europa. Y si no, el PAO mirará para otra opción siempre de primer nivel: otro nombre que se acaba de vincular con los verdes es el de Dario Saric, el interior croata que tampoco tiene nada claro su futuro en la NBA.

El Panathinaikos tiene en nómina en la rotación de aleros y pívots a Ioannis Papapetrou, Juancho Hernangómez, Konstantinos Mitoglou, el esencial Mathias Lessort... y vuelve a estar este verano a la que salta, pendiente de cualquier opción que haya en el mercado y sin mirar demasiado al billetero. Todo para repetir título y seguir dejando atrás los años oscuros: antes de ganar en Berín, llevaba sin pisar una Final Four doce años (desde 2012). El Olympiacos ha sido más regular en los últimos años, pero no levanta el título desde 2013. Y parece que ha decidido que ya va siendo hora.

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