China envía soldados a Bielorrusia

Militares chinos aterrizaron en Bielorrusia durante el sábado 6 de julio, con el fin de participar en una serie de maniobras “antiterroristas” junto con soldados bielorrusos que se llevarán a cabo entre el lunes 8 y el viernes 19 de julio.

Según defendió en un comunicado el Ministerio de Defensa de Bielorrusia, estos ejercicios ayudarán a “intercambiar experiencias y mejorar la cooperación” entre ambos países. A su vez, Minsk y Pekín aspiran con dichas maniobras a mejorar los niveles de entrenamiento de los ejércitos. El anuncio llega apenas dos días después del encuentro bilateral entre el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, y su homólogo en el gigante asiático, Xi Jinping.

Además, las maniobras en territorio bielorruso también se producen en un momento de tensión en la frontera con Ucrania, donde las Fuerzas Armadas bielorrusas iniciaron hace dos semanas maniobras en las regiones de Gómel y Brest, en las que participaron tanto unidades de misiles y artillería, como unidades de la defensa antiaérea.

Por el momento, se desconoce cuantos soldados chinos fueron destinados a Bielorrusia, ni tampoco se han ofrecido más detalles sobre en qué consistirán los ejercicios. El contexto también está condicionado a la tensión entre Bielorrusia y Occidente. El propio Lukashenko llegó a acusar a las potencias occidentales de “arrastrar” a su país a la guerra en Ucrania.

“Creo que ustedes están al tanto y ven lo que está pasando en Bielorrusia. No pueden esperar para involucrarnos en conflictos. No debemos relajarnos bajo ninguna circunstancia”, dijo días atrás el mandatario bielorruso. A pesar de ello, se mostró dispuesto a entablar un diálogo “constructivo” con Occidente siempre que se “respete la soberanía” del país.

Críticas a Víktor Orbán por su reunión con Putin

Otro episodio reciente en lo relativo a Ucrania fueron las críticas recibidas por el primer ministro húngaro, Víktor Orbán, tras su reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, teniendo en cuenta el papel de Hungría, que ostenta en este semestre la presidencia del Consejo de la Unión Europea. “No se puede hacer las paces desde un cómodo sillón en Bruselas”, defendió el húngaro.

Desde Estados Unidos consideraron “contraproducente” el encuentro. “Ni promoverá la soberanía, ni la integridad territorial, ni la independencia de Ucrania”, mencionaron en la Casa Blanca. Mientras, la Unión Europea optó por desmarcarse de la reunión. “Tuvo lugar en el marco de las relaciones bilaterales entre Hungría y Rusia”, pronunció Josep Borrell.

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