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“Las historias de amor hay que honrarlas, todas”

Andrés Parra

“Las historias de amor hay que honrarlas, todas”

Andrés Parra

Actor


Creando oportunidades

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Andrés Parra

“No tengo ni idea de quién soy”, se presenta el colombiano Andrés Parra. Aunque para el resto del mundo la respuesta a esa inquietud esté clara: es actor. Uno inmenso que, desde temprana edad, mostró una inclinación natural hacia las artes escénicas. Comenzó su carrera a los 11 años, involucrándose en un grupo teatral, y su versatilidad y capacidad de transformación durante más de dos décadas de trabajo actoral lo han consolidado como un ícono del cine y la televisión latinoamericanos, así como uno de los intérpretes más talentosos de su generación.

Obtuvo su primer papel significativo en la serie ‘La Lectora’, y poco después, su interpretación de Pablo Escobar en ‘Escobar, el Patrón del Mal’ lo catapultó a la fama internacional. "Sumergirse completamente en un personaje es esencial para ofrecer una actuación auténtica y convincente", asegura Parra. Su capacidad de transformación y su habilidad para abordar diferentes géneros y estilos quedaron patentes en interpretaciones tan dispares como la de Hugo Chávez en ‘El Comandante’ y la de Reynaldo "Colombia" Morán en ‘Los Protectores’.

"La actuación no es solo una profesión; es una forma de vida que requiere pasión, dedicación y un compromiso constante con la verdad del personaje", afirma Parra, reflejando su enfoque y dedicación a lo largo de su carrera. Después de haberse metido en la piel de decenas de personajes, el actor reconoce que el autoconocimiento es su objetivo vital: “Hoy en día, pienso que el gran éxito en la vida es acercarse a quien es uno”.


Transcripción

00:12
Andrés Parra. Gracias. A ustedes. Gracias. Muchas gracias por este recibimiento tan cálido. Me llamo Andrés Parra y soy un actor colombiano, reconocido, sobre todo, después de haber hecho de Pablo Escobar. Después vinieron otros personajes: Chávez, Jadue… Bueno, hemos hecho otras cosas, Anestesia… Por ahí la gente se acuerda. Y eso hizo que me ganara como una especie de fama de que yo tenía una capacidad muy bacana de crear personajes. Y hace un par de años me pillé que, lastimosamente, había puesto esa capacidad o ese talento en mi contra, y que había construido un gran personaje que me estaba trayendo muchísimo sufrimiento. Entonces, es difícil presentarme porque no tengo todavía muy claro quién es el que se esconde debajo de ese personaje que me construí. Tengo más claridad sobre quién era cuando estaba metido en el personaje, del que me queda todavía un montón: un personaje que me tenía permanentemente angustiado, ansioso, insatisfecho, aburrido, todo el tiempo al borde de la depresión.

02:00

Un personaje para el que era muy importante el éxito y los premios y protagonizar películas y tener muchos seguidores en Twitter y en Instagram y acumular mucha plata. Estaba muy obsesionado con no gastarme ni un peso. Sí, al que le importaba mucho el estatus y ser importante y ser reconocido y ser valorado, para el que era muy difícil poner límites, decir que no, para el que era demasiado importante el qué dirán y que había, eso, construido su vida para agradar, para ser querido, para ser amado, aprovechado, abrazado… con demasiado miedo al abandono y al rechazo. Sí, era un man muy doloroso de llevarlo. Y hace dos años me di cuenta de que estaba en manos de ese man y de que lo había tenido que construir para poder sobrevivir y para poder adaptarme al mundo. Y llevo dos años tratando de ver quién es el que está debajo de ahí, quién soy yo de verdad. Entonces, he tomado la decisión de poner toda esa experiencia también ya para… Marica, para lograr saber quién es que soy yo. Y eso me tiene ya mucho más tranquilo, aunque no se note. Yo creo que esa es mi presentación, marica. O sea, conclusión: no, no tengo ni idea de quién soy yo. Sé que me llamo Andrés y que soy de Colombia y que soy actor, de los buenos. Y me parece muy importante advertirles que yo hago un trabajo por no ser tan grosero, pero no lo he logrado. Pero es pura confianza y amistad. Si yo no pudiera hablar así, quiere decir que la cosa está muy de mentiras. Lamento mucho si les perturba, si les hiero sin querer, pero es con mucho amor. Cada grosería es un acto de amor y de sinceridad. No sé si tienen alguna pregunta, alguna duda.

04:00
Felipe. Andrés, mucho gusto. Mi nombre es Felipe Posada, un placer estar aquí escuchándote. A mí me encantaría saber por qué tomaste la decisión de ser actor.

04:48
Andrés Parra. Amo esa pregunta. Marica, es una pregunta muy chimba porque, además… Chimba de buena, chévere. Porque yo me vine a dar cuenta no hace mucho y creo que es por lo que mi relación con la profesión es tan distinta, y es porque yo tengo un trauma de infancia de rechazo y de abandono clarísimo, una cosa que a veces llaman «el síndrome del niño invisible». Yo llegué muy tarde a mi casa, después de mucho tiempo, y nadie se metía conmigo. Mis hermanos estaban en otra cosa. Y yo empecé a volverme un niño muy solitario. Y ahí empezó la ansiedad por comer. Me sentía muy vacío también. Y me engordo… Y, cuando usted se engorda en esta sociedad, sin querer queriendo se empieza a volver también un ‘outsider’, un marginal, el gordo tampoco está bienvenido en todas partes. Para el gordo no hay ropa, mejor que el gordito no venga a la fiesta, ninguna chica quiere ser la novia del gordo. Entonces, yo vivía eso. Y eso me empezó a generar a mí mucha angustia y un deseo muy grande de ser otra persona. No quería ser gordo. Y el teatro se presentó como una opción para desaparecerme. Cuando yo veo una obra de teatro por primera vez, digo: «Mierda, o sea, uno se puede maquillar, uno se puede disfrazar… Puta, yo podría ser otra persona un ratico». Para mí era muy importante ser otro un ratico. Ser yo era muy hijueputa.

06:41

Era una carga demasiado… No me gustaba. Lo que yo veía en el espejo no me gustaba, y lo que oía y lo que me decían y lo que… Y, por otro lado, sin darme cuenta, la atención que venía buscando de mi familia, que me vieran, que se dieran cuenta de que yo estaba ahí, también me la daba el escenario. Pues mire. Entonces, el teatro vino a eso. Yo me hago actor para desaparecer y para ser visto. Y en eso la profesión ha sido muy generosa. Yo creo que a mí me salvó el arte. Me salvó la vida porque encontré mi sitio por fin. En ese momento había demasiado caos. Ay, y el teatro fue como: «Marica, aquí sí es». Ahí nadie juzgaba, nadie criticaba, nadie se burlaba, y era chimba. Y me miraban y me aplaudían, huevón. Pero tuve una suerte que no mucha gente tiene y es que sí di con una familia… Yo creo que, claro, como les importaba un culo, pues, marica, cuando dije que quería ser actor, nadie se escandalizó, ¿me entiendes? Entonces, yo hubiera podido decir que iba a ser asesino, actor, lo que quisiera, y me iban a apoyar. Y, en un momento, cuando ya se estaba acercando la realidad, o sea, cuando ya me iba a graduar del colegio y ahora sí era verdad que tocaba tomar la decisión, yo me asusté mucho, porque, además, lo que yo quería era ser actor de teatro y yo sabía que ahí… Pues, marica, un actor de teatro, en Colombia por lo menos, no es una profesión que… Y me arrepentí.

08:31

Y lo segundo que me gustaba mucho era la aviación. Dije: «Marica, voy a ser piloto». Y un día me fui, averigüé todo, el curso y tal, y le entregué eso a mi papá y me acuerdo de que mi papá dijo: «¿Y esto qué es?». Y yo: «No, es que lo que voy a ser es piloto». Y él me dijo: «¿Por qué?». Y yo le dije: «No, pues porque me parece una chimba ser piloto». «¿Qué chimba va a ser piloto de avión? ¿Qué putas va a ser piloto?». Y el man me dijo: «No, marica, usted no quiere ser actor por miedo a la pobreza, que es distinto. Usted no tiene miedo a ser actor, usted tiene miedo a ser pobre». «Y ese no es el hijo que yo quería», me dijo. Y me acuerdo de que me dijo: «Vamos a su cuarto y muéstreme un solo afiche de un avión, de una cabina, cualquier maricada que tenga que ver con aviación». No había un culo, todo eran teatros y mierdas. Entonces, siempre me apoyaron, marica. Yo no tuve que pelear con la familia, afortunadamente. Por lo que les digo: como yo… como no me veían, «¡Haga lo que quiera!». Y yo creo que, sí, la actuación también me ha regalado una cosa que me gusta mucho, que es como la… Puta, es que es muy loco, marica. Fueron como treinta o treinta y cinco años tratando de estudiar al ser humano y la complejidad que es el ser humano, que es lo que les digo: ahora la estoy tratando de poner a mi servicio. Pero también por eso me han llamado más la atención los personajes jodidos, marica.

10:09

Porque yo creo que la miseria humana está bueno reconocerla. Está bueno reconocer que tenemos una vida miserable, que no somos felices así tengamos todo. Hijueputa, que me arrepentí, que tomé una mala decisión, que estoy deprimido, que estoy triste, que estoy… Yo creo que por eso me gustan tanto estos personajes: los alcoholizados, solitarios, deprimidos, vueltos mierda. Me parece muy importante que la gente se pille que la mayoría de nosotros estamos viviendo mal. Lo que pasa es que hay que estar… Entonces, sí, yo he tratado también de que mis personajes hablen un poco de ese tío que uno esconde, ese primo que uno no invita a Navidad porque está como muy… Yo siento que la miseria hay que exponerla, marica. ¿Cuál es el problema? Pero no gusta. Es mejor esconderla. Mire, suspiraron por allá. Ya sabemos que hay uno vuelto mierda aquí, por lo menos uno. Ahí los vamos detectando.

“Las historias de amor hay que honrarlas, todas” - Andrés Parra, actor
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“A mí me salvó el arte”

Andrés Parra

11:27
Estefanía. Hola, Andrés. ¿Qué tal? Soy Estefanía y quería preguntarte si, quizás, en tu vida hayas tenido una faceta no tan conocida de actor y cómo la comedia te ha ayudado a ti en las diferentes etapas de tu vida.

11:44
Andrés Parra. ¡Uf! No, yo soy actor. Yo he sido actor siempre. Somos, yo creo, actores siempre. No, no he tenido ninguna otra faceta. No he hecho nada. Creo que no. He hecho huevonadas, pero no, he sido actor siempre. La comedia ha estado ahí siempre también, porque he tenido como cosas que han tenido que ver con comedia, pero yo creo que la comedia… Yo creo que la comedia es un muy buen termómetro para uno pillarse que hay una herida que ya sanó. Yo creo que la comedia es un muy buen termómetro para eso. Si yo ya me puedo burlar de mi tragedia, de mis estrías, de mis tetas, de toda la mierda que me pasó… Si ya me puedo reír y burlar y aceptar, eso ya habla de una herida que ha sanado. Mientras la comedia a mí me… Otro suspiro. Uy, aquí hay alguien jodido jodido. O reaburrido. Yo creo que la comedia es muy sanadora, parce. ¡Uf! Yo creo que por eso dicen que los países más felices del mundo son los que más se burlan de sí mismos. Esos son los países más felices. Si a mí esto lo que me hace es que me altera y me irrita y me frustra, ahí hay algo que todavía no he logrado entender o no he logrado aceptar. No, el humor es todo. Uy, el humor es… Uy, el humor, marica.

13:28

El humor sana mucho. Pero eso que le digo sobre todo: el humor le dice a usted dónde está. Si es algo de lo que todavía me da vergüenza hablar, hay algo ahí que todavía no está muy claro. El ‘stand up’, por ejemplo, hablando de eso, es como un experimento. Yo creo que es un ejercicio de catarsis, de mi tránsito por el sufrimiento. Cuando por fin pude hablar del sufrimiento y de la depresión y de haber estado medicado y de todo lo que me sucedió en algún momento y de las pérdidas y de los… apareció el ‘stand up’. Pero es como una necesidad de compartir que sí hay una salida, que sí se puede, que sí hay otra forma de vivir o de… No sé, es que yo no he logrado saber muy bien el ‘stand up’ de qué es de lo que se trata, huevón. Un poco eso, compartir como mi tránsito a través del dolor, de los traumas, de la gordura, de todo lo que me hizo empezar a armar ese personaje del que le hablaba al principio, para defenderme, para encajar, para… Sin perder un poco mi humor, ¿no? Yo soy bien groserito y mal hablado y basto y un espectáculo guarro también. Hay una parte guarra importante. Pero, sí, es una invitación a reflexionar, yo creo. A sacudirse. Yo creo que ese es el objetivo del ‘show’, realmente.

15:15

«¿Estás viviendo la vida que quieres vivir de verdad o estás viviendo la vida de tus tíos, de tus papás, de tu pareja? ¿Estás viviendo una vida prestada?». Entonces, es como coger al público y hacerle así… «¿Hasta cuándo, amigo? ¿Cuánto tiempo más va a pasar?». «Voy a mandar esto a la mierda y ser yo». Esa es la idea del ‘show’, huevón, porque es que yo duré muchos años actuando y muy deprimido por culpa de eso. Por tanto miedo que tenía a renunciar a un montón de cosas que, supuestamente, eran para mí. Porque hay que alejarse de gente, porque hay que… Es muy duro. Dejar de actuar es muy hijueputa. Porque es que yo creo que significa un poco renunciar a… Marica, usted tiene una vida montada de cuarenta y cinco años, ¿y usted acepta que eso es una farsa? «Rompa eso». Es duro, marica. Pero si uno puede medio animar a la gente, como: «Marica, hágale». Sí, hijueputa, va a levantarse mucho polvo. Es duro. Y después toca recoger cadáveres. Eso es una mierda, hijueputa. Pero, cuando pasa, uy, marica, eso, eso. Claro, es eso. Por eso se llama una invitación a despertar. Es como: «¡Marica, ya!». «No, pero es que mi prestigio, mi familia, mi esposo, mis hijos, un montón de cosas». Válgale verga, salga de ahí. Sí, yo siempre he dicho eso, uno cumplir ochenta años y decir: «Hijueputa, yo debí haber hecho esto hace sesenta años, marica. Y no lo hice, porque ¿qué va a pensar mi familia, qué van a pensar mis amigos?». Sí, el ‘show’ es esto, es… Entonces, vamos a llevarlo a muchas partes, a ver si reclutamos gente y que se sacudan.

17:36
Lorena. Hola, Andrés, mi nombre es Lorena. Te sigo en redes sociales y he visto que hablas mucho de las relaciones personales. ¿Qué piensas del amor y el desamor?

17:46
Andrés Parra. ¡Uf, marica! Se prendió la fiesta, huevón. Marica, tengo la autoridad moral para hablar del amor porque, si había alguien tóxico, dañino y que arrastró a sus parejas a las más altas cúspides de la mierda, soy yo, de lo cual no me siento orgulloso, pero es verdad. Creo que fue a lo que vine a esta vida. Es el gran karma, digamos. La ‘fucking’ pareja. Yo no he tenido, marica, gracias a Dios, problemas de salud. Tengo un ojo picho, pero va a pasar en nada. No he tenido problemas de plata, lo tengo que decir. No, marica, a mí me ha ido bien. No tengo una familia disfuncional. No odio a mis padres, ni a mis hermanos, ni un culo de eso. Tengo una carrera profesional bacana. ¿Sí me entiende? ¿Pero el amor, marica? La peste, huevón. Y después de mucho analizarlo y de comer mucha mierda, porque ha sido lo más doloroso… La vida a usted le da donde más le va a doler para que aprenda. Entonces, si el tema es de pareja, por ahí se van a ir, y por ahí se vinieron conmigo. Entonces, hijueputa, hicieron una conspiración, huevón, allá y dijeron: «Vamos a acabar a este malparido». Y me acabaron, marica. Y yo me había convencido de que pasar por un divorcio significaba el fin de la vida, porque mis relaciones, todas, habían sido muy tóxicas. Don Toxicidad. ¿Se acuerdan de que ya les dije? Terminar una relación era una cosa de un drama… Era muy duro, muy muy duro.

19:38

Y siempre pensé que, el día que me pasara eso a mí, yo me iba a morir. Y yo creo que el universo sabía y, entonces, lo hizo posible. El universo fue como: «¿Ah, sí, marica? ¿Se va a morir? Bueno, vamos a mirar». Y llega el divorcio, huevón. Es un tema del que me gusta mucho hablar, pero voy a resumir así como lo que yo me he pillado: yo creo que hay un punto de partida importante y es el enorme desprecio que sentimos por nosotros mismos. No podemos estar solos. No nos gusta. Y estamos en un sistema que nos convenció de que necesitamos de otro para estar completos. De ahí nace la tal media naranja. Usted solo no está completo. Entonces, parte de una… Parte de sentirnos deformes, incompletos. «Yo necesito que alguien venga y me complete y me valore, porque yo soy incapaz de hacer eso conmigo. Yo no puedo estar conmigo solo, yo no me resisto». Y nos vendieron una idea de que, solo hasta que otro me valore, yo tengo valor. Hay una obsesión con tener pareja. Y, si alguien no tiene pareja, lo miran como «Este hijueputa algo tiene». «Uy, este hijueputa no tiene pareja. Algo tiene». Sí, es una vaina como… Y, cuando usted encuentra a una persona que le da valor, pues usted se encacorra, se enamora. Pero, para mí, usted no se enamora del otro, usted se enamora de lo que el otro le hace sentir a usted. A mí me importa un culo quién es usted, no sé ni su nombre. A mí lo que me gusta es que me llama, me cuida, me atiende, está pendiente de mí. Entonces, hemos hecho del amor un ejercicio que es: «Mi felicidad, a partir de este momento en que somos pareja, es tu responsabilidad. Yo ya no me voy a hacer cargo de nada. Dale».

21:28

Y, entonces, yo agarro toda mi tula de traumas, de mierda, toda la mierda que yo cargo, y se la tiro al otro, porque para eso nos ennoviamos. Si no, ¿para qué? «Ah, o sea, ¿no me vas a hacer feliz? ¿No me vas a llamar, no vas a estar pendiente, no me vas a buscar, no vas a cambiar hasta que te conviertas en lo que yo necesito que seas? Entonces, ¿para qué nos ennoviamos?». Entonces, yo creo que hemos hecho del amor una tiranía muy sutil, donde yo lo que hago es joder al otro y no dejarlo ser quien es. Porque acuérdese de que usted no se enamoró del otro, usted se enamoró de lo que el otro le hacía sentir. Usted por ahí oyó que el hijueputa era deportista, pero se le olvidó. A usted eso no le importa. Cuando se le quita eso y se da cuenta de que sí, que madruga y que tal, entonces ya usted empieza con que ya no le gusta tanto el deporte. Entonces, creo que mientras nosotros no entendamos, marica, que nadie tiene ninguna obligación con nosotros y que yo no tengo derecho a pedir nada… Cuando entendamos eso, yo creo que vamos a tener unas relaciones más sanas. De resto, a eso le pusieron «responsabilidad afectiva», es decir, «hazte cargo de mí y vamos a estar bien y esta relación va a funcionar en la medida en que me hagas caso y hagas lo que yo necesito que hagas para yo sentirme bien, y te conviertas en la persona que yo necesito para mí, porque, evidentemente, tú no eres, pero yo te voy a ir ahí manipulando poco a poco». Y entramos en ese ejercicio. Y, cuando usted se da cuenta, está metido en una vaina de una infelicidad… Porque es que yo creo que el ser humano no nació para ser sometido.

23:18

El ser humano yo creo que es de raza libre, indomable. Yo llevo dos años tratando de entender eso, que mi pareja no tiene ninguna obligación conmigo de nada. Y que de mi felicidad me tengo que hacer cargo yo, marica. Pero es lo que le digo: tan pronto entramos en una relación, toda mi parte emocional ahora depende de usted. Yo ya no me hago más cargo. Entonces, creo que tenemos… Y en eso hemos sido cómplices todos, marica, la música, el arte, la literatura… Nos vendieron esa idea del amor. Un amor romántico que lo que hace es un daño muy hijueputa. Usted lo único que ha hecho en la vida es dañar gente, en nombre del amor. «Es que tú, es que tú, es que tú, es que tú hiciste esto». «¿Ves cómo me pones?», dice uno, marica. «¿Ves cómo me pones?». Si te pones, eres tú, huevón. ¿Yo qué tengo que ver? Nunca hacemos «Es que yo». «Marica, es que yo tengo un trauma hijueputa y a mí me afecta mucho que no me llamen, pero lo estoy trabajando, marica». Ya. No es: «Es que tú no me llamas, es que tú no me quieres». Imagínese, los celos son una muestra de amor. Porque, si no me cela, entonces es que no le gusto. Tenemos una muy retorcida, creo yo, visión del amor. Muy… Pero yo creo que está cambiando y cada vez la gente se está… Yo, por lo menos, agradezco mucho haber salido de esa mierda. Ya, yo no me lo permito más. ¿Volver a coger a una persona y pretender cambiarla para yo sentirme bien? No, prefiero irme. No somos honestos. Yo creo que ese es otro problema. Las relaciones no arrancan con transparencia.

25:17

Usted sale con una vieja y a la vieja le gusta bailar salsa y a usted no. Y usted le dice: «No, a mí me encanta». ¡Marica, así es! Y, al año, a usted ya le sabe a mierda bailar salsa, huevón. «Y, ahora, no solo no voy a bailar, sino que usted tampoco baila». Y ahí se queda la gente, huevón. Las relaciones tienden… Es como una carcelcita y eso va chupando y solo lo va a usted a… Pero es que es muy duro hacerse cargo, marica. El otro problema que tenemos es el cultural, que no puede doler, que las cosas no deben doler. Marico, en el dolor es donde usted se transforma. Las transformaciones duelen. No, el dolor es inevitable, huevón. Usted a las cosas del espíritu no le puede poner anestesia. Tienen un costo y hay que asumirlo. Usted tiene que pagar un peaje que es muy doloroso. Y a mí me lo cobraron por ahí. Y después de esa hijueputa revolcada y de esa mierda tan dura que fue, viene, tin, marica: «Ah, hijueputa, el del problema era yo. Todos estos años, el de la culpa he sido yo. Sí, soy un tirano, soy un malparido, soy una mala persona, soy un manipulador de mierda. Hago mucho daño y al que más daño le hago es al que más quiero supuestamente». A un amigo, nunca, huevón. Manipular a un amigo, nunca. A la pareja.

27:12

Entonces, son muchas cosas, pero también es esa, entender que… Yo en estos días hice la pregunta, que es una manera de saber dónde está parado: si hoy le dijera a usted que el defecto que tanto le molesta a usted de su pareja, ese que lo perturba, no solo no va a cambiar, sino que va a empeorar, ¿se va o se queda? Pero se lo estoy diciendo como un hecho. Es que yo ya fui al futuro y volví y le estoy diciendo: «Va a empeorar. ¿Se queda o se va?». «No, mi amor hará que él cambie». «No, el amor es aguantar»… Marica, empieza la gente a opinar y de verdad es este concepto, primero, de que el amor es sufrir y el amor es aguantar y el amor es estar como el culo, pero seguir ahí. ¿Sí o no? Y dos, que mi amor te va a hacer cambiar. No, marica, no va a pasar. El único que cambia es uno, marica. Y es más hijueputa porque es cuando le dé la gana a usted, ¿no? No es que yo le diga a usted: «Marica, fumar es malo. Deja de fumar». Y el huevón: «Ay, sí, gracias». El proceso entre entender la mierda y hacerla consciente, huevón, a usted se le puede ir la vida ahí. Yo sí creo que llegó la hora de replantear la convivencia. Hay un grupito que lo logró, bacano por ellos. Yo, lastimosamente, no pude. No, marica, no sirvo para eso. Sé que se me va… Yo ahora valoro mucho el estar en compañía, pero lo importante que es el aire, dejar de verse también. Qué mal invitado. Se mató una persona allá, se desmayó alguien.

“Las historias de amor hay que honrarlas, todas” - Andrés Parra, actor
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“Me subo a un escenario para desaparecer y para ser visto”

Andrés Parra

29:09
Karina. Hola, Andrés.

29:10
Andrés Parra. Hola, mi vida.

29:11
Karina. ¿Cómo estás?

29:12
Andrés Parra. Bien.

29:12
Karina. Mi nombre es Karina.

29:13
Andrés Parra. Qué rico.

29:16
Karina. Mi pregunta es: ¿ha valido la pena levantarse un día y tomar la decisión que tomaste dos años atrás?

29:24
Andrés Parra. Amiga, ¿que si qué? Ha valido totalmente la pena y no solamente eso, le voy a decir algo más bacano: y honro cada segundo. O sea, después entendí el galón de mierda que me tenía que comer para estar hoy aquí. Porque lo que le digo: no es gratuito. Y no queremos sufrir, pero tampoco queremos que tome tiempo ni que implique trabajo. Queremos todo ya, ya, ya, ya, ya. Cada lágrima, marica, cada angustia, cada trasnocho, cada ataque de pánico, cada ataque de ansiedad… Todo valió la pena. Yo no tengo sino agradecimiento por todo lo malo que me pasó, por las noches en que sentía que me estaba volviendo loco, huevón. Que me cogía la cabeza y decía: «¡Pero, hijueputa! Soy famoso, hijueputa, tengo todo… ¿Por qué me sigo sintiendo así, como el culo? ¿Qué pasa?». Lo agradezco, lo honro, lo bendigo. No cambiaría nada, huevón. Honro mi matrimonio como un hijueputa. Las historias de amor hay que honrarlas todas. Donde hubo amor, esa mierda hay que honrarla. Porque yo creo que, al final, es la gran búsqueda: seguir conectados en el amor. Entonces, así haya habido, marica, diez minutos de amor del corazón, eso hay que honrarlo, huevón. Así todo lo demás haya sido una mierda en su caso. En el mío no fue así. Yo honro la historia y la agradezco.

31:19

Yo no me siento a decir: «Yo no debí haber hecho esto». No, marica, todo es perfecto. Todo es perfecto. Es demasiada quejadera, mucha quejadera. Nos quejamos y nos quejamos y víctimas y señalando y criticando y culpando y tal y tal y no hemos logrado pillarnos que todo es perfecto como está. Es su cabeza lo que está loco. Yo honro y agradezco cada gota de sufrimiento, marica. Que todavía, ¿no? Estoy sonando como que yo ya no sufro. Yo sufro como un hijueputa. Yo soy un adicto al sufrimiento. A la bicicleta y al sufrimiento y a la comida. Esos son mis tres vicios. Pero me reconcilié con el dolor. O sea, entendí la misión que tiene el dolor. Y la próxima vez que usted sienta, hijueputa, que se viene algo doloroso, en vez de… entréguese, marica, y rómpase. Ahí puede que, pum, llegue la claridad, que no es más que la conciencia de que aquí el único responsable es usted, usted y sus reacciones de mierda cada que algo no sale como usted quería que saliera. Ya, resumiéndolo, es así.

32:48
Daniel. Hola, Andrés. Yo soy Daniel.

32:49
Andrés Parra. Hola, Dani.

32:50
Daniel. Ahora que hablabas, estoy felizmente casado. De hecho, mi mujer me trajo aquí.

32:53
Andrés Parra. ¡Beso, beso!

32:58
Daniel. Yo no sabía a qué venía, era solo por eso.

33:01
Andrés Parra. Era una trampa.

33:02
Daniel. Vine a ver a mi maestro, porque te admiro. Entonces, pues nada, agradecerte de verdad por todo lo que estás haciendo.

33:09
Andrés Parra. Tan bello.

33:10
Daniel. Porquería. Y la pregunta es: has interpretado personajes muy conocidos como Chávez, Escobar… y quisiera que nos contaras cómo estos personajes te han impactado, te han marcado, y, por otra parte, alguna anécdota curiosa que a lo mejor hayas vivido gracias a estos personajes.

33:33
Andrés Parra. Es una pregunta muy chévere, marica. Lo que pasa es que, claro, es muy difícil de responder, por lo que le digo, porque a mí la profesión… La profesión dejó de ser importante y eso es una cagada. Los premios dejaron de ser importantes. El reconocimiento dejó de ser importante. Estoy muy agradecido con todos mis personajes. De verdad, estoy muy agradecido con la profesión, con lo que me dio, pero no es lo importante. No es por ahí. Entonces, me cuesta mucho responderle porque… Sí, marica. Me enseñaron, obviamente, muchas cosas. Me enseñaron muchas muchas muchas cosas. Sí, pero no. Es una cagada eso porque, además, me paso muy joven, huevón. Y, a veces, me preocupa. Por lo que le digo, porque antes: «Ah, hijueputa, el premio. Hay que ganarse el premio y ser el actor más putas y el Escobar más la verga y el Chávez…». Y hoy yo miro hacia atrás y digo: «Marica, no era tan importante, huevón». Me preocupa. No, su pregunta me dejó más preocupado que un hijo de puta, hermano. Porque, entonces, ¿yo ahora qué voy a hacer? Y es que me estoy dando cuenta en este momento de otra cosa y es que tal vez ya no necesito ni ser visto, ni desaparecerme tampoco. Y es como si la profesión hubiera cumplido su misión. Uy, no, sí, hijueputa. Eso está muy hijueputa. ¿Será que, entonces, ya se acabó? Uy, no, pasemos a otra cosa. ¡Uy, qué gonorrea, marica! ¿Qué tal que yo ya no quiera actuar más? Que yo diga: «Sí, ¿pero y para qué?». Eso sí es grave, marica. Pues puede ser que estemos entrando en ese momento, en el que la profesión cumplió su misión. ¡Uy, no, no, no digamos eso! No, no, eso está muy deprimente.

35:15
Equipo de Aprendemos Juntos. Sí, sí, lo quitamos, pero…

36:54
Andrés Parra. O déjelo, lo que quiera. Como quiera. Pero es que el tema es ese. Es como… Sí, marica, no es lo importante. No, eso no era lo importante. ¿Sabe qué es lo importante? Haberse dado cuenta de que eso no era lo importante. Eso sí es importante.

37:22
Equipo de Aprendemos Juntos. Y, aunque no sea importante importante importante, ¿alguna anécdota, alguna cosita?

37:28
Andrés Parra. No, marica, es que no me acuerdo de nada, huevón. No, lo que pasa es que, lo que le digo, yo tengo un talento peligrosísimo… Marica, la que le voy a soltar. ¡Póngala esta! Yo tengo un talento muy peligroso que es el de poder construir personajes. Se me da con cierta facilidad por ese deseo compulsivo de desaparecer. ¿Sí pilla? Entonces, tengo que tener mucho cuidado porque, en pareja, antes, y todavía yo creo que puedo caer en eso, sin darme cuenta también tengo una habilidad muy hijueputa de transformarme en quien usted quiere que yo me vuelva. Y yo ni me entero. «Ah, te gusta… A mí también». Y, marica, me empieza a gustar de verdad y me vuelvo eso. ¿Sí entiende el problema tan berraco en el que yo estoy? Con tal de que no me abandones y con tal de que no te vayas y con tal de que no me critiques y con tal de que no me rechaces, yo me convierto en quien tú quieras. «Dime, ¿qué necesitas?». «Es que a mí me gustan los médicos». Médico. Sí, estoy dando ejemplos. No, lo que le digo, yo me preparo haciendo un estudio muy profundo de quién es esta gente, de cuál es su lado oscuro, cuál es su lado como luminoso, cuál es su… Es muy difícil hablar de eso ahora. Qué cagada. Es muy difícil hablar de eso ahora. Es como si hubiera perdido totalmente el interés. Por eso. No, no es… No, es interesante. Es muy raro, marica. Esto no me había pasado nunca. ¿Cómo preparo un personaje? ¿Para qué?

39:39
Laura. Ahorita, tú has hecho mucho énfasis en el yo. Primero, yo; segundo, yo; tercero, yo. Pero, en ese momento, cuando estabas creando estos personajes, ¿dónde estaba ese yo, dónde estaba Andrés?

39:55
Andrés Parra. Es que no sabemos dónde está.

39:57
Laura. Okay. ¿Y ahorita?

40:00
Andrés Parra. No sé dónde está. Está mucho más cerca.

40:10
Laura. Y, ahorita, en esa creación de personaje, hoy, mañana, ¿dónde está Andrés? ¿Tampoco…?

40:20
Andrés Parra. Por eso le digo que se volvió todo muy raro. Porque estoy obsesionado con saber quién soy yo.

40:32
Laura. ¿Y necesitas saber quién eres?

40:35
Andrés Parra. Sí, porque la versión falsa me hizo mucho daño. Mi falso yo me hizo mucho daño. Fue muy doloroso. Tuve que disimular y aguantar muchas cosas creyendo que eso era yo y que eso estaba bien y que eso… Entonces, yo sí creo que es muy importante uno… Creo que ese es el gran éxito en la vida. Hoy en día, pienso que ese sí es el gran éxito en la vida: acercarse a quien es uno. Porque vivimos en permanente falsedad y sabemos que hay cosas que no queremos hacer y las hacemos. Y sabemos que no queremos y lo hacemos. Para eso que le digo, para agradar, para caer bien, para encajar, porque es que la familia, el marido… Y hay un sacrificio interno permanente permanente y yo creo que esa es la depresión en la que estamos, huevón. Vivimos una falsedad. Entonces, digamos que… Uf, esto está muy duro porque me estoy dando cuenta en este momento de eso. Claro, marica. Y es como que la profesión se pulveriza, ahí se pulveriza. Porque llevo demasiado tiempo dedicándole toda mi energía y toda mi imaginación y toda mi mente a saber cómo es Escobar, Chávez, Jadue… Marica, ¿y yo? ¿Y yo cuándo? Es ya. Es: «Parce, ¿dónde hay falsedad? ¿Dónde estamos actuando? ¿Dónde estamos diciéndonos mentiras? ¿Dónde estamos sacrificando nuestra propia felicidad para que el otro esté tranquilo?». Todo lo que le he dicho. Es muy jodido. No, marica, esto es una cagada. Esto fue una cagada. No, qué desastre. ¿Qué vamos a hacer? Abrir OnlyFans. Voy a abrir un OnlyFans. Ahí sí me van a ver: «¡Yo!». Uy, no, qué rollo. Uy, no, qué momento tan loco esto.

43:00
Ofelia. Hola, Andrés, mucho gusto. Me llamo Ofelia. Un placer, de verdad, conocerte.

43:04
Andrés Parra. Te amo.

43:05
Ofelia. Superfán. Andrés, te he escuchado hablar mucho sobre tus miedos. ¿Crees que tienes ya vencida esa parte o hay alguno que todavía está ahí escondido?

43:16
Andrés Parra. No, hay mucho miedo todavía, obviamente. Hay mucho mucho mucho miedo. Todavía confundo mucho el amor con el miedo. No, yo… Creo que la diferencia es que ahora hay miedo, pero ahora me doy cuenta de que hay miedo. Antes no me daba ni cuenta. «Ah, me dio miedo». Entonces, miro, pillo, trato de pillarme de dónde viene el miedo, qué es. «¿De qué estaremos hablando aquí? ¿Qué estará pasando acá?». Creo que esa ha sido de las cosas más difíciles: dejar de amar desde el miedo, por ejemplo. Miedo a que te vayas, miedo a que me dejes, miedo a que me dejes de hablar, a que me contestes feo, a que te molestes, miedo a perderte. Miedo. Miedo. Miedo. Miedo. Miedo. Miedo. Miedo. Miedo a hacer algo que no te guste. Miedo a tu rechazo. Miedo. Miedo. Miedo. Miedo. Hay mucho miedo. Pero ahí voy. Se supone que uno no puede mezclar las dos. Se supone que, cuando usted está en amor, no puede entrar el miedo. Yo no he llegado a ese estado.

44:24
Ofelia. Entonces, el miedo te está ayudando a conocerte.

44:26
Andrés Parra. El miedo, el dolor, la frustración, el éxito. El miedo es un aliado ahí. Si uno logra como pillarse para qué es que es el miedo, qué me está mostrando… Yo creo que es más bien por ahí: todo le viene a uno a mostrar huevonadas. «Ojo, mire, falta… Ojo aquí. Ojo con esto. Ojo con esto». Sí, no sé. Qué risa, marica. Qué miedo.

45:07
Jon. Hola, Andrés, soy Jon.

45:08
Andrés Parra. Hola, Jon.

45:09
Jon. De antemano, mi admiración y respeto por tu carrera.

45:12
Andrés Parra. Gracias, amigo.

45:13
Jon. Te he seguido desde hace muchos años y, a título personal, me gustas mucho más cuando has hecho caracterizaciones cómicas en algún momento. Son las que más me encantan. La de ‘Los protectores’ me parece top.

45:30
Andrés Parra. Bella.

45:31
Jon. Top. Tiene que ver con fútbol y me encanta. Y mi pregunta iba: en algún momento, dijiste que vivíamos en una sociedad que necesitaba vernos deprimidos porque, contentos, éramos peligrosos. ¿Por qué piensas eso?

45:53
Andrés Parra. Yo pienso que una persona libre y feliz consume mucho menos. Entonces, felicidad es estrenar carro, felicidad es el ascenso, felicidad es el premio, felicidad es el viaje, felicidad es el ahorro, felicidad es la casa nueva, felicidad es la pareja, los hijos… Y somos como un hámster, ¿ve? Porque usted lo compra, al mes se le vuelve paisaje, y vuelve y está como el culo. «Claro, marica, es que no era la moto, lo que yo necesitaba era una bicicleta». Entonces, nos metimos en un sistema en el que es muy difícil estar tranquilo. Porque todo es… Todo se nos volvió desear algo y aferrarme a eso cuando por fin lo consigo. «Necesito una pareja para ser alguien. Necesito una pareja para sentirme bien, para sentirme completo. La conseguí. Hijueputa, ¿y si se va? ¿Y si se va? ¿Y si se va? ¿Y si se va?». Y esa es la vida. Una sociedad…. No estoy diciendo que yo lo sea. Yo, ni libre ni feliz. Todavía no. Ahí voy. Pero, marica, si usted fuera de verdad feliz con nada… Que se lo vienen diciendo a uno hace mucho, ¿no? Nos vendieron una idea del éxito que es un fraude contundente. Se lo puedo decir porque ya estuve ahí. Yo pensé que el éxito me iba a quitar la angustia y la vida de mierda que tenía.

47:27
Jon. ¿Y eras feliz ahí?

47:29
Andrés Parra. Absolutamente infeliz. Por eso le digo, era lo peor de todo. Era, hijueputa… Se siente uno hasta malagradecido, ¿me entiende? «¿Pero usted cómo se puede quejar, huevón? ¿Cómo me va a decir que no es suficiente?». «No, no, no, no. Sigo mal». Entonces… Y nos lo repiten y usted lo ve en la Biblia y lo ve en Osho, en la corriente que use, no importa. Si es ateo… Eso vale verga, porque esto no es un tema religioso, esto es un tema del ser. Se lo han dicho, pero uno no lo entiende, marica. Ese cuento de que la felicidad es por dentro y no es por fuera. Y no entendemos, huevón, y nos da como rabia que nos digan eso, ¿no? Parce, pero cuando usted logra el éxito y se da cuenta de que tampoco, ahí es donde uno tiene que, tin: «Marica, entonces sí es por otro lado». Esa es la trampa en que caímos. Porque hay que ser alguien, como si usted ya no fuera alguien. No, no, hay que ser alguien. Y el prestigio y el qué dirán… Porque ¿cómo usted va a meter a un hijo suyo a un colegio no sé qué? «¿Cómo me van a ver llegar a la oficina con este carro? No, yo tengo…». Y usted se monta en una vuelta, huevón, que es todo aparentar. «Yo tengo que, yo tengo que…». Personaje. Usted está actuando un personaje así no sepa. Eso es lo que quiero que hoy entienda. Así no sepa, sí lo está haciendo. ¡No, no, no, mentira!

49:28
Catalina. Hola, Andrés.

49:28
Andrés Parra. Hola, amor.

“Las historias de amor hay que honrarlas, todas” - Andrés Parra, actor
Quote

“El humor sana mucho”

Andrés Parra

49:30
Catalina. Entiendo lo que estás diciendo y entiendo tu punto. O sea, uno puede ser feliz con menos cosas. Pero también hoy en día a los jóvenes les estamos vendiendo esa idea de «Sé feliz con nada». Entonces, también, ¿hasta qué punto hay esa línea delgadita…? Entonces, ahora los jóvenes, los niños: «Ma, yo quiero ser feliz, yo no quiero trabajar, yo no quiero estudiar, yo no quiero nada en la vida». Entonces, también es un punto que hay que verlo.

49:58
Andrés Parra. Sí, yo creo que no hay que irse a ningún extremo tampoco. Sí, yo creo mucho en la tibieza, en el equilibrio, en el… En el justo de las cosas. Pero creo que sí viene una generación mucho más rebelde y mucho más anárquica. Esa sumisión de nosotros esta gente ya no la trajo. El problema no es de ellos, es de nosotros. Viene una generación que va a hacer lo que le dé la gana y eso está muy bien. Eso está perfecto. Lo que pasa es que, como lo que a él le dé la gana hacer no me satisface a mí, porque yo quiero que tú hagas lo que para mí está bien, pues yo sufro. Usted sufre no por la decisión de él, sino porque no concuerda con la suya. Ahí está la molestia. Porque yo quiero que él sea como yo quiero que él sea. Que lo hacemos todos. No estoy diciendo: «Tú, mala madre». Y lo otro es que yo creo, marica… No nos estresemos tanto por eso, porque al final va a pasar lo que va a pasar. ¿Sí me entiende? Y, si tú necesitabas un hijo X o Y para entender algo tuyo, él ya está aquí y eso es inevitable y no vas a poder hacer nada. Nada. Si necesitabas un hijo que viniera a decepcionarte terriblemente en la vida, lo necesitabas tú, no él. Él está feliz siendo nadie. No, no, mentira, mentira. No, no, esto no va a salir, afortunadamente. Nos ven muy mal en esta mierda.

52:09
Carlos. Andrés, primero que todo, muchas gracias por compartir tu experiencia supremamente enriquecedora. Y yo quería preguntarte cuál y cómo fue ese punto de inflexión en el que tú te diste cuenta de que tenía que haber un cambio.

52:25
Andrés Parra. El 13 de abril del 2022. Esto a mí me da mucha vergüenza decirlo, porque suena muy raro, pero es la verdad. Es el día que yo colapso. Yo colapso en llanto. Me acuesto en una cama y empiezo a llorar. Mucho mucho mucho mucho mucho mucho mucho mucho mucho mucho. Imágenes de la vida y de lo que había pasado… Un momento de llanto muy particular, huevón. Y quedé muy cansado, como si me hubiera pasado una aplanadora por encima. Y me quedé dormido. Y entré en un sueño así… Y oigo una voz que me pregunta quién me dijo a mí que yo no podía ser feliz sin tal cosa o tal cosa. Y eso fue muy raro, huevón. Y literal, marica, eso fue como que yo hice… Haga de cuenta como que yo estaba aquí y yo hice… Y, pum, entendí. Entendí todo. Es el día en que yo hago conciencia, que era lo que no tenía antes, conciencia. Me cuesta mucho hablar de eso, porque es una cosa que está muy de moda y tal, que es la maricada esta del despertar espiritual y el despertar y… Pero, marica, eso fue lo que me pasó. Es así. Usted se despierta de una pesadilla muy hijueputa en la que ha estado toda su vida. Usted hace como… «¡Uy, hijueputa!». Y todo cambió. Y ahí fue cuando dije: «Yo me voy a dedicar a averiguar qué me pasó, qué fue lo que me pasó. ¿Qué es esto?». Una felicidad, huevón. Una felicidad, un estado de paz, un estado de amor. Yo entré en un estado muy muy raro. Y fue muy duro para mí, porque, lo que le digo, yo no creía en nada de estas huevonadas. Y la forma en que yo pasé del estado de tristeza más profundo que yo he vivido, marica, al estallido de dicha más hijueputa al que nunca más he vuelto… Yo creo que trabajo ahora en esta huevonada para ver si logro rozar ese momento otra vez. Creo que fue un momento… Es la única vez que yo he experimentado el fenómeno de la felicidad de adentro, no la que depende de algo de afuera. Ese día, marica, la felicidad se manifestó dentro de mí. Hubo un… Y yo dije: «¿Qué me acaba de pasar? Hijueputa, ¿y quién me habló, huevón? Pero, un momento, si yo soy mis pensamientos…».

56:08

Ahí empiezan un montón de… «Marica, ¿será que es que aquí no hay uno, sino que es que aquí hay dos? ¿Será que es que aquí hay un hijueputa que piensa y otro que ve lo que yo pienso? Ah, marica, hay un personaje y estoy yo». El gran descubrimiento de ese día fue eso. Sí, marica, yo tengo un personaje y está también el ser, que ni siquiera se llama Andrés. Andrés hace parte del personaje. Hay un ser debajo de toda esta mierda que por fin se manifestó, que me está diciendo: «Andrés, acá estoy, huevón, y aquí he estado siempre y yo soy el que tiene todas las respuestas y no estás solo. Y eres sabio, huevón. Pero estás muy distraído, marica. Estás muy distraído. Te fuiste afuera. Ven a la casa. Ven a casa. Ven aquí. Aquí estoy. Estaba aquí, huevón. Ven, ven, ven». Entonces, llevo dos años y medio intentando volver a la casa. Porque en la casa es donde está todo. Por eso digo que la profesión hizo… ¿Qué es la profesión? Distracción, huevón. ¿Cómo logro yo volver a entrar en contacto con eso que pasó ese día? Fue muy loco, huevón. Y, lo que le digo, llevo dos años tratando de entender qué fue lo que me pasó la tarde del 13 de abril del 2022. Implicó, huevón, cuestionar toda mi vida, todas mis creencias, todo por lo que yo me hacía matar. Ha sido un trabajo muy bacano, huevón, de viaje hacia lo profundo de mi ser. ¿Quién soy yo? ¿Dónde estoy yo en serio y dónde está, lo que le digo, la información prestada, las creencias heredadas, lo que dijo una tía, lo que dice el abuelo, lo que pide la sociedad, lo que exige el vecino? No, no, no, no, no. Yo, yo, yo, yo, yo, ¿dónde estoy? Esa experiencia fue muy malparida. Pero, marico, le estoy diciendo, eso pasó así. Yo no lo saqué ni de un libro… No, no, me pasó que una voz me habló y yo entré en un estado de dicha y, después, «Ah, hijueputa, mi voz. O sea, que, claro, es aquí todo, huevón». Ese fue el hecho contundente después de una llorada muy hijueputa. Es muy difícil. A mí me da mucha pena hablar de eso, huevón. Pero eso fue lo que cambió todo.

59:19
Luisa. Bueno, son tres cosas. La primera: ¿ahora eres religioso? La segunda: después de que… Digamos, los que te seguimos hemos visto que lees libros, vas a terapia, cada vez montas más en bici… Para ti, ¿cuál sería la estrategia para esa búsqueda del yo? Y la otra parte sería: cuando hablas de las inmundicias, siempre pensé que había una connotación negativa, pero ahora que te escucho un poco más, siento que es como una positivización de todas las cosas negativas que hay en las personas. Para ti, exactamente, ¿qué es ser una inmundicia?

59:53
Andrés Parra. No, yo les digo «inmundicias de amor» a las cochinadas, a las inmundicias, a la ñeramenta. Tenía un tío, que se murió, que me decía ‘ñerito’ a mí. «Ñerito, vamos al parque. Ñerito…». Entonces, yo siempre he tenido una relación con la palabra ‘ñerito’ de mucho cariño. Y ‘cochinada’ e ‘inmundicia’ para mí es lo mismo. Es amor, no tiene ninguna… No soy religioso y nunca fui religioso, no. Y, después, me dijo que cuál era la estrategia…

1:00:22
Luisa. Para los que te seguimos, has tenido como varios procesos. Por ejemplo, empezar a leer libros y aportar cosas que te enseñan o que pretendes que te enseñen. Y digamos que siento que estás en una búsqueda. Para ti, ¿cuáles son las cosas más importantes que realmente te han servido o que consideras que te llevan a ese descubrir el Andrés que no has todavía logrado encontrar?

1:00:49

Bien. La meditación se volvió importante. Nunca había meditado, nunca. Empecé a meditar. Pero yo creo que lo que a mí más me ha servido en este proceso es… Me obsesioné con el tema de la autobservación. Trato de estar todo el día mirando al personaje. Trato todo el día de mirarme como desde acá. Trato todo el día de estar atento a mis reacciones cada que algo no sale como yo quería que saliera. A mis creencias, a mi genio… Todo el día me miro, sin cambiar nada. No cambió nada, solo observo. Para mí, el trabajo se convirtió en ser cada día más consciente. En la medida en que usted cada día sea más consciente, menos daño puede hacer. Nadie hace daño siendo consciente de que está haciendo daño, no se puede. Yo puedo saber, tener la información. Pero, si no soy consciente, hago daño. Nadie le hace a usted daño siendo consciente. Entonces, ha sido un trabajo de mirarme, mirarme, todo el día me miro. Trato de estarme mirando. Qué me molesta, qué… Y he empezado a tratar de cultivar el poder estar alegremente con mi propia compañía en silencio y en quietud. Hay una frase muy bonita de mi guía, o de la persona que me ayuda a mí, y es: «En el silencio, habla Dios».

1:02:49

Ahora trato de hacer harto silencio, de encontrar momentos de: «Bueno, marica, ¿quién es que soy yo?». Y es un trabajo de usted ir quitando las mentiras. «¿Yo soy mi plata? No. Okay. ¿Soy mi familia? No. ¿Soy mi profesión? No». Es más bien un trabajo de… Hay que limpiar mierda, hay que barrer… Hay mucha mierda y hay que barrerla. Hasta que usted conecte, pum. «Ah, este sí soy yo». En ese yo se supone que no hay necesidad nada, está todo perfecto. Eso también estoy haciendo. Y entrenar y hacer ejercicio y tratar de comer un poquito mejor. Pero no perder de vista eso, marica, cómo estoy reaccionando. ¿Cómo reacciono? ¿Por qué me dio esto tanta rabia? ¿Esto por qué me emputa tanto? ¿Por qué, marica? Porque no es ella. Es mi reacción a lo que ella me está diciendo. Eso es lo que tengo que revisar. ¿Por qué esto que me dijo me puso así? Entonces, en la medida en que usted lo va comprendiendo y lo va entendiendo, eso va sanando. Yo pensaría que el despertar es eso, que no te puedes quejar más. Ya no puedes echarle la culpa a nadie. Ahora es tu problema.

1:04:21
Luisa. ¿Esa constante revisión de cosas no te genera el mismo agobio que antes tenías?

1:04:25
Andrés Parra. ¿El qué?

1:04:26
Luisa. ¿Estar constantemente analizándote y mirándote desde fuera no te genera un agobio igual al que tenías antes de toda la crisis?

1:04:35
Andrés Parra. ¿Agobio? No, no. No, porque es lo que le digo… Me agobiaría si yo quisiera cambiar eso que estoy mirando. Mírese. Ya. Observe. Al revés, me ha permitido distanciarme de la emoción ¿ve? Entender que ese no soy yo realmente, que eso no soy yo. Uy, no, me ha quitado un peso de encima. Porque la pone a usted en una situación en la que usted no dice: «Soy rabia». Cuando usted no se observa, usted es rabia. Usted es rabia. Cuando usted se observa, usted: «Ah, estoy pasando por una rabia». Y usted se mira así de infantil. Usted se ve lo niñito que es, lo bobo. «Este hijueputa, emputado porque un avión se va a demorar en salir. Mírelo». Y, entonces, yo me veo: «¡Puta mierda! Mi tiempo…». Cuando usted empieza a mirarse lo ridículo que es, eso no agobia. Eso es muy chévere, huevón. Y usted dice: «Y sí es un huevón, ¿no? O sea, ¿yo estoy sufriendo así por esta maricada?». Pero usted solo se da cuenta de eso cuando pone distancia. Mientras está entre el mierdero, hijueputa, entonces usted tiene huevo y «Es que es su culpa y yo no merezco este trato. A mí no me tratan así, porque es que yo soy la chimba». Cuando usted se sale y se ve hablando así, usted dice: «Marica, soy muy patético. ¿Yo qué acabo de decir? ¿Que a mí no me habla nadie así? ¿Como si yo fuera quién o qué?». ¿Sí me entiende? No agobia, no agobia. A mí no me ha agobiado pues.

1:06:26

Y a veces se me olvida también. A veces estoy en piloto automático, marica, y reacciono como un culo. Y por ahí a la media hora me doy cuenta: «Marica, ¿yo cómo fui a decir eso, huevón? Parezco loco». Ya uno se pilla que los estados de tristeza pasan. Antes, uno dice: «Soy esta tristeza, hijueputa, estoy vuelto mierda, estoy…». Ahora usted dice: «Uy, mira a este hijueputa cómo está de mal, pobrecito. Va a pasarle». Y sí, usted se pilla y pasa. Eso es lo que yo trato de hacer. Hago mi ejercicio, medito… Y me miro mucho. Me miro cómo estoy sentado. Por ejemplo, marica, mire, ahora me pasa que uno tiene… Hay una vaina de matar el tiempo, ¿no? ¿Cómo mato el tiempo? Yo he descubierto, en los tiempos muertos del tiempo, una superoportunidad para estar conmigo. Entonces, yo ahora, digamos, si voy al banco, trato de, en vez de estar ahí mirando el turno como hijueputa así, digo: «Marica, tengo un chance de estar conmigo, huevón. Qué rico. Voy a aprovecharlo». Me siento, marica, me relajo. A ver qué me va a decir hoy. O en un avión. Yo antes… Hijueputa, la lista de películas, necesito ver siete películas. Yo, ahora, se lo juro: yo subo a los aviones y… Y ahí me quedo, marica, callado. Nos vendieron una idea del silencio como de que el silencio es lo peor. Somos una… Somos puro ruido, fíjese, y distracción. Shhh, quédese quieto, cállese. Quédese ahí.

1:08:25

Trato de que no se me olvide y reconciliarme con el silencio, con la soledad, con el no querer nada, con el no ser nadie. Parce, que su máxima pretensión en la vida sea ser nadie, ¿sabe esa felicidad? Que usted un día de verdad se levante y diga: «¿Sabe qué? Yo quiero ser nadie». Se quita usted todo este hijueputa lastre de encima, de agradar, de la ropa, de la maquillada, la pose, la sentada… El personaje, huevón, todo esto es actuación. Todo esto es actuación, actuación, actuación. Usted… Renunciar al deseo de ser alguien, de tener algo. Ese es mi gran sueño en la vida, llegar a ese punto. Hoy, ese es mi sueño. El día en que yo me levante y pueda decir «Sí, es verdad, no quiero ser nadie y no quiero nada. Esto es suficiente» y sentarme así, con la misma camiseta, vuelto mierda… «Qué rico, hijueputa». Ahí, parchado, huevón. Ahí, viendo árboles. Ya. Ese es el estado más bello. Prefiero eso mil veces ya que… El tiempo, la ropa y las botas y las cosas, y qué horas son, y el vuelo y cumplirle a este y comprar y hacer… Esto es un manicomio, huevón. Estamos en un manicomio y lo normalizamos. Trabajo, trabajo, trabajo, comprar, comprar, comprar, gastar, gastar, gastar, gastar, ¿cómo me veo?, ¿cómo me ven?, vestirme, apuntarme, la flacura, meter barriga, la foto… Y usted no tiene puñeta idea de quién es. ¿Cómo no va a estar triste y angustiado? Por eso a mí me… A veces me llaman: «Queremos que des una charla en una empresa para motivarlos a ganar mucho más…». Y dices: «Oiga, creo que soy el peor invitado. No me lleven a mí. No soy». «Tenemos una crisis en el área de ventas y necesitamos que estos manes se pongan la camiseta por la empresa y que logremos llegar…». Y yo como: «Usted se va a arrepentir. Yo lo que quisiera es que todos le renuncien hoy y se vayan a vender manillas en La Guajira». Sí, marica, yo, de ‘speaker’, poco futuro.

1:11:26
Carlos. Hola, Andrés.

1:11:27
Andrés Parra. Hola, baby.

1:11:28
Carlos. Tengo una pregunta: ya hemos estado hablando un poco de espiritualidad, bastante como profundo. Entonces, ¿cómo fue su experiencia con el Mesías, pero con el del fútbol? Lionel Messi, en la serie ‘Los protectores’.

1:11:40
Andrés Parra. ¡Uy, Messi! Lo de Messi es muy chévere porque… Uy, marica, cuando yo estaba pasando por la etapa más dura fue cuando se hizo esa escena. A mí me gusta verla, sobre todo, por acordarme de cómo estaba yo en verdad. Y lo de Messi fue muy chévere porque no hay nada más bacano que conocer a alguien que no es consciente de lo famoso que es. Y yo creo que a ese man le pasa eso. Él no… Entonces, fue muy chévere conocerlo. ¡Esa es una andresada! Claro, huevón, esa era con Messi, marica. Listo, listo. Y llegamos allá y Messi, Messi, Messi. «Que va a venir Messi». Yo no soy futbolero, ¿listo? Pero, obviamente, sé quién es Messi, huevón, lógico. Y, entonces, llega Messi, la vaina y tal… Lo saludamos y se hace la escena y le… Para mí, era muy importante que él entendiera que mi personaje iba a ser muy abusivo y muy conchudo con él porque mi personaje en esa serie es un tipo que no tiene filtro. Se lo comenté, lo ensayamos, le gustó, no sé qué, bien. Repetimos la escena tres veces. Bien, el man, bien. Muy bien, el man, de verdad. Marica, y claro, se terminó el día, ¿sí o no? Ya, bueno, ya, quedó. Y yo empiezo a ver que todo el mundo, huevón, trae camisetas, obvio, de fútbol, lógico. ¿Adivinen el único marica al que no se le ocurrió, huevón, llevar una camiseta para que el man se la firmara? Yo. Eso es una andresada.
Y yo los miraba y yo decía: «Hijueputa, ¿y yo cómo no traje? Yo sí seré huevón». Ahí no se habían ganado el Mundial. Obviamente, todos, con la camiseta de Argentina, de todos los equipos en que había jugado, y yo… Marica, y a mí me terminó firmando una servilleta o alguna mierda así. Esa es una andresada clásica, huevón. A mí esas mierdas no se me ocurren, huevón. ¿Cómo no llevo yo una camiseta, marica? Pero fue muy chévere. Es un man muy sencillo, muy humilde, muy tranquilo, muy… Sí, muy bacano. Yo me divertí mucho, me sirvió, me distrajo. Uy, me distrajo porque yo en ese momento estaba muy paila, huevón. Estaba muy triste. Entonces, fue bonito… Es chévere ver a alguien bien cuando uno está tan mal. El Messi, marica. Bacano.

1:14:51
Eugenia. Andrés, después de haber hablado de todas estas cosas de sanación, tengo dos preguntas. La primera es qué tan importante crees que es pedir que a ti mismo perdón, y a los demás, por, digamos, algunas equivocaciones que hayas podido tener en el pasado. Y la segunda sería qué le dirías a ese niño del que comentabas que comía y comía por sentirse vacío.

1:14:57
Andrés Parra. Mi vida… No, a ese niño yo no tengo mucho para decirle. Yo creo que ese niño está ya… Te voy a dar una gran noticia: ese niño está muy bien ahora, él está muy bien. Él está muy bien y él está muy agradecido. Y él está aquí y agradece tu pregunta. Con el tema del perdón, yo creo que no hay nada que perdonar, ni hay nadie a quien perdonar, porque todo lo necesitaba, vuelvo y le digo, y porque las cagadas que uno hace en la vida, normalmente, tienen que ver con un estado de ignorancia, de sueño. Yo no puedo pedir perdón por algo que hice dormido, ¿me entiende?, en la ignorancia. Porque yo lo que soy es un ignorante. «No sabía lo que hacía». ¿Ha oído ese dicho? Y, cuando usted sale de la ignorancia, tampoco la caga, en teoría. La conciencia no la deja… Entonces, yo creo que no, yo creo que hay que dar gracias, marica. Yo no creo que haya que perdonar a nadie. Yo no reniego de mi pasado. Yo agradezco mucho. Trato de estar en ese sentimiento, todo el tiempo, de gratitud por este viaje. Pero, sí, Andy está bien. Andy está muy bien. Andy está muy tranquilo. Andy simplemente interpretó una serie de cosas que pasaron, en su momento y, afortunadamente, las comprendió. Entonces, no hay un resentimiento con la mamá o con el papá… nada de eso. Hay un profundo agradecimiento. La herida de infancia es muy importante. Y no se salva nadie. No vas a ser un papá que no cause una herida en tus hijos. Es imposible. A menos que no tengas. Entonces, yo agradezco la herida, todos los días, porque es lo que le digo… Esto es una chimba. Me miro hace dos años y digo: «¡Uf! Uy, qué sufrimiento, marica, qué dolor, qué estado de locura tan…». No había salida, no había ninguna salida. Ese era yo y punto. No, muy agradecido. Andy, bien. Andy, bien. Andy, bien.

1:18:21
Ana. Hola, Andrés, muchas gracias por compartir hoy tu experiencia y, sobre todo, por invitarnos también a reflexionar a nosotros. Entonces, tengo una pregunta sobre si pudieses hablar con tu yo de hace treinta años: ¿qué le dirías sobre la importancia de vivir desde el yo auténtico?

1:18:41
Andrés Parra. No, pues es que… Me preocupa que en la siguiente vida se le vuelva a olvidar. Yo creo que le diría: «No se nos puede olvidar, no se nos puede olvidar. No se nos puede olvidar lo importante que es ponernos por delante siempre. No se nos puede olvidar lo importante que es estar en nuestra compañía, en nuestra presencia, en nuestro silencio, en nuestro estado de…». Que ojalá no se nos olvide es lo único que yo pido. Que si uno ya vio un pedacito ahí, que eso se mantenga. Eso me parecería muy frustrante: volver y estar en el mismo sitio. Pero yo creo que no, ¿cierto? O sea, no tendría mucha lógica. De pronto uno vuelve y ya se la pilló y tiene más tiempo de trabajar. No, no sé. Yo a veces caigo en eso, en decir: «Si yo hubiera sabido esto antes de tal cosa… Si yo me hubiera pillado esto antes de tal otra…». Muy peligroso, ese terreno, que es la culpa, y la culpa no sirve para nada. Entonces, cuando mi cerebro… Cuando el personaje arranca para irse para allá… Porque, como necesita que yo sufra, porque soy adicto… Yo ya soy como: «No, no, no, marica. Eso no. ¿Para qué?». No, era ese día. Yo iba a entender lo que tenía que entender ese día, no iba a ser antes ni iba a ser después. Era ese día.

1:20:19

Y el siguiente evento traumático que me esté esperando, porque yo tampoco sé qué viene, va a ser el día que es. Porque yo no es que ya esté listo, ya, levitando. No. Somos muy tercos, seguimos siendo muy tercos y seguimos creyendo que tenemos el control de todo y que es cuando nosotros digamos y cuando nosotros queramos. Y no funciona así. Entonces, no. Era ahí. Y lo que venga, bueno o malo, es así. Va a depender de cómo yo lo interprete, cómo reaccione, cómo lo resuelva. El hecho está ahí y es uno el que… Creo que ahora tengo herramientas que no me van a dejar volver a naufragar. Puede que entre agua y se rompan velas y por ahí se caiga alguno y eso, ¿pero hundirnos otra vez? Yo no creo ya. Que yo creo que eso es de lo que se trata, marica: de enfrentar la vida con herramientas que no permitan que uno se hunda. Porque hundirse, uf, hijueputa. Sí, yo creo que, lo que le digo, se nos fue la vida complaciendo a los demás. Se nos fue la vida acumulando cosas. Y nos olvidamos de nosotros mismos. Estamos embolatados, estamos desconectados, estamos perdidos. Y es muy difícil saber yo qué quiero sin saber quién soy. Pero, bueno, eso son procesos y todos estamos cargando lo que toca cargar, pero vamos al mismo sitio, que yo creo que es, finalmente, aprender a amar. Yo creo que a eso es a lo que vinimos. El día que usted logre amar todo y a todos. Imagine lo que falta para eso. Bueno, no siendo más, quería darles las gracias por haber venido, por escucharme y deseo de todo corazón, de verdad, que logren darse cuenta, marica, del banquete que tenemos y de la forma en que nos estamos muriendo de hambre: en la mitad de un banquete, huevón. Y la única invitación es: traten de pillarse la cantidad de condiciones que le ponen a su felicidad, cómo nos negamos a ser felices hasta no tener esto, esto, esto y esto. Y, cuando lo tengo, sigo negándome a ser feliz porque no lo quiero perder ni que se vaya ni que… Eso sería, marica. Hay un banquete así, hijueputa, hay mucha pizza, mucha hamburguesa… Está eso así, lleno, y nosotros, no, tomando agua de mar. Y los amo, cochinadas inmundas. Dios los bendiga. Y disculpen. Muchas gracias.