Editorial: 7 de enero

09/01/2015 - 13h40

Diciendo haber vengado al profeta Mahoma, asesinos encapuchados entraron en un auto negro y aceleraron con rumbo desconocido.

En el video, que fue difundido tiempo despu�s, es posible ver c�mo fusilan a un polic�a, ca�do en la vereda, antes de huir.

As� terminaba el atentado que mat� a 12 personas, entre periodistas, dibujantes y polic�as, en la sede del semanario sat�rico "Charlie Hebdo", en la ma�ana de este mi�rcoles 7 de enero de 2015, en Par�s.

La publicaci�n estaba amenazada desde hac�a tiempo por el islamismo extremo. En 2011, un incendio intencional fue provocado en la sede de la revista, buscando castigar a los autores de algunas caricaturas del profeta.

Nadie en la redacci�n se intimid�. Al contrario, las ediciones siguientes se dedicaron a condenar, por medio del sarcasmo, la mente limitada y la violencia de los fundamentalistas.

Su director, St�phane Charbonnier, aparecia en una "lista de buscados" de Al-Qaeda; hoy est� muerto, al igual que uno de los m�s famosos dibujantes de todo el mundo, Georges Wolinski, fusilado a los 80 a�os.

Los responsables por el atentado, sin dudas, habr�n visto cu�nto el humor es importante para la defensa de la libertad y de la raz�n.

El terrorismo es muchas veces una respuesta de pura venganza, como queda ejemplificado en el ataque a una escuela en Paquist�n, en donde estudiaban los hijos de los militares comprometidos en la represi�n contra los extremistas.

En la masacre de Par�s, se agregaron objetivos diversos. Se quer�a silenciar una publicaci�n que actuaba como fuente incansable de desmoralizaci�n de aquello que las religiones pueden tener de m�s triste, de m�s irracional, de m�s homicida.

Fue por medio de la ridiculizaci�n, por cierto, que el Iluminismo consigui� varias de sus brillantes victorias contra la intolerancia dogm�tica de la Iglesia Cat�lica en el siglo XVIII.

Los panfletos de Voltaire, la relativizaci�n de las tradiciones a cargo de la pluma de Montesquieu, el urbano escepticismo de Hume, todo contribuy� para terminar con la intolerancia de la Iglesia-por tonta, in�til, ciega, rid�cula- y con la obediencia literal a un sistema de creencias de una �poca de miedo e ignorancia.

La limitaci�n cat�lica fue vencida; se recuper�, de la religi�n cristiana, lo que siempre tuvo de pacificador, caritativo y generoso. Hoy, lo que pueda haber de pac�fico, abierto y bueno en el islamismo se ve, en cada momento, amenazado por ese ej�rcito de b�rbaros.

En un ambiente en el que algunos j�venes occidentales se sienten fascinados por el islamismo extremo, el esfuerzo y el coraje exigidos para desarmar el oscurantismo pasan, una vez m�s y como siempre, por la libertad de expresi�n y-m�s que nunca- por el talento de hacer bromas y de re�r.

En este atentado que, de acuerdo con lo que dicen algunos comentaristas, fue el "11 de Septiembre" de la prensa mundial, es ilustrativo que la v�ctima haya sido una publicaci�n sat�rica.

La indignaci�n, la bronca, el luto y las l�grimas se imponen. Pero que no se pierda la sonrisa. Tristes son los asesinos. Lo nuestro es la sonrisa de la libertad, de la esperanza y de la raz�n.

Traducido por NATALIA FABENI

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