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Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIV, núm. 331 (47), 1 de agosto de 2010
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

TRANSFORMACIONES SOCIO-TERRITORIALES EN LA PERIFERIA METROPOLITANA: LA CIUDAD PERIURBANA, ESTRATEGIAS LOCALES Y GOBERNANZA EN SANTIAGO DE CHILE

Alejandro Salazar Burrows
Instituto de Geograf�a. Pontificia Universidad Cat�lica de Chile
asalazab@uc.cl

Transformaciones socio- territoriales en la periferia metropolitana: la ciudad periurbana, estrategias locales y la gobernanza en Santiago de Chile (Resumen)

En las �reas rurales periurbanas de la Regi�n Metropolitana de Santiago de Chile, los procesos de transformaci�n socio-territoriales no tienen una expresi�n espacial homog�nea. En esto, las estrategias de los actores locales en los procesos de gesti�n territorial ser�n progresivamente m�s relevantes, producto de la experiencia social acumulada. En esta l�nea, algunos estudios de casos muestran que nuevas estrategias locales y proyectos de valoraci�n territorial son posibles. Las transformaciones de la ciudad metropolitana imponen en la actualidad la necesidad de reformular las formas de gesti�n urbana, generadoras de conflictos, y de avanzar hacia la construcci�n de una gobernabilidad participativa que asegure la viabilidad del crecimiento urbano metropolitano.

Palabras clave: periurbano, periurbanizaci�n, gobernanza, transformaci�n socio-territorial.

Socio-territorial transformations in the peri-urban metropolitan: the peri-urban city, local strategies and governance in Santiago of Chile (Abstract)

In the rural periurban areas of the Metropolitan Region of Santiago de Chile, the processes of socio-territorial transformations do not present a homogeneous spatial expression. Therefore, the strategies applied in the processes of territorial management will be progressively more relevant, insofar they carry the accumulated social experience of local agents. Some case studies show that new local strategies and territorial assessment projects are possible. The transformations of the metropolitan city call for a reformulation of the forms of urban management, presently a source of conflicts, so as to advance towards participatory governance and in that way ensure the viability of urban growth metropolitan.

Key words: peri-urban, urban sprawl, governance, socio-territorial transformation.

Las recomposiciones de los espacios periurbanos metropolitanos, bien que han sido estudiadas desde hace d�cadas, siguen estando en el centro de las discusiones sobre el futuro de las aglomeraciones urbanas (Pahl, 1965; Berry, 1970; Monclus, 1998; Ascher, 2001; Arroyo, 2001; Donzelot, 2004; Bailly, 2009). Estos espacios se han caracterizado por ser sensibles a las transformaciones sociales, econ�micas y espaciales a lo largo de la evoluci�n de las ciudades y en particular en un nuevo contexto de globalizaci�n y de renovaci�n de las relaciones urbano-rurales, que en la interfaz urbano-rural se expresan con mayor nitidez (Allen, 2003b). [1]

En este contexto surgen interrogantes relacionadas con los efectos de la periurbanizaci�n sobre las formas de gesti�n de las ciudades y aglomeraciones urbanas en el futuro �C�mo se transforman las estructuras sociales, espaciales y las funciones de los espacios rurales dentro del �rea de influencia de ciudades cada vez m�s dispersas? �Cu�les son las estrategias de adaptaci�n y los proyectos de territorio de los actores locales e institucionales para articular sus relaciones y conflictos en estos espacios de nueva urbanidad y de nueva ruralidad? En este sentido los conceptos asociados a lo rururbano (rurbain) (Bauer y Roux, 1976) y su necesidad de sustentabilidad (Bailly, 2009), no s�lo en contextos metropolitanos, mantienen su relevancia debido a su persistencia en el tiempo y en el espacio, constituy�ndose en el caso chileno en un fen�meno creciente y de importancia mayor en diferentes niveles de asentamientos poblados en diversas regiones de Chile.

En la Regi�n Metropolitana de Santiago (RMS), las transformaciones de los espacios periurbanos y rurales, producto tanto de la dispersi�n demogr�fica-residencial (Hidalgo, Salazar, Lazcano et al., 2005), como de la recomposici�n sociopol�tica y de las actividades econ�micas de la poblaci�n en el medio rural (Salazar, 2007; 2008) hacen emerger inc�gnitas sobre el futuro de la ciudad-regi�n en las d�cadas siguientes.

En este contexto de transformaciones territoriales metropolitanas, los objetivos del trabajo se centran en comprender y analizar los principales cambios en las caracter�sticas socio-territoriales del periurbano metropolitano. Con esto se intenta entender, a trav�s del an�lisis de la estructura social de la poblaci�n, si esta reconfiguraci�n social, no homog�nea y fragmentada, corresponde a una nueva ciudad periurbana o a nuevos espacios rurales metropolitanos. Junto con lo anterior, y de manera complementaria se desea conocer las principales estrategias institucionales locales, a partir de la comparaci�n de tres casos de estudio al nivel de comunas rurales periurbanas.

Transformaciones periurbanas y gobernanza metropolitana extendida

El crecimiento disperso de las ciudades ha generado transformaciones, tanto sobre la configuraci�n f�sica o morfol�gica de lo rural, las condiciones econ�micas y ambientales, como sobre la composici�n social, las relaciones sociales y de poder en el periurbano rural. As� lo expresan los diferentes enfoques que intentan definir y categorizar el periurbano y sus din�micos procesos. Un primer enfoque cl�sico es el de car�cter morfol�gico y funcional, que se centra en las caracter�sticas y cambios en la estructura f�sica del periurbano (densidad, morfolog�a, uso del suelo, etc.). Por otra parte se encuentra el enfoque social desarrollado por Palh (1965) el que se interesa por el surgimiento de nuevas modalidades residenciales urbano-rurales y las clases sociales que las componen, analizando la influencia urbana sobre los cambios sociales, en un intento de definir lo periurbano como una categor�a social. Finalmente, los enfoques orientados a explicar el periurbano en la din�mica de las interacciones funcionales urbana-rurales propias de un nivel regional, siendo estos espacios en donde las recomposiciones, conflictos y v�nculos urbano-rurales, se expresan con mayor intensidad (Allen. 2003b; Douglass. 1998).

Por la naturaleza diversa tanto de los procesos de cambio social y productivo, como de las formas en que las ciudades siguen expandiendo sus manchas urbanas, los espacios rurales periurbanos se constituyen actualmente como territorios estrat�gicos, competitivos y sobre todo necesarios para el futuro de las aglomeraciones urbanas y regiones urbanas extendidas. Estos, poseen evidentes funciones, actividades, recursos y atractivos (amenidades) que los potencian como tales, aunque su inadecuada gesti�n ha ido reproduciendo los indeseables efectos de las aglomeraciones urbanas (segregaci�n, contaminaci�n, entre otros), a lo que se suma un uso y degradaci�n indiscriminada de recursos naturales.

Este contexto ha impuesto a nivel mundial el desaf�o de evitar los efectos no deseados de la dispersi�n y expansi�n urbana, y la interrogante sobre c�mo incorporar estrat�gicamente estos espacios en los procesos de planificaci�n urbana, regional y en las acciones de sustentabilidad metropolitana. Es decir, c�mo aprovechar las oportunidades de desarrollo que la urbanizaci�n y el periurbano poseen, para beneficio mutuo (Salazar, 2008).

Los desaf�os a los que se enfrentan los espacios periurbanos desde la perspectiva de UNFPA (2007) tienen relaci�n con que la gobernabilidad metropolitana se enfrenta al reto de:

El conjunto de dificultades expuestas permite el cambio de uso del suelo y una recomposici�n constante del periurbano rural sin un sentido de conjunto regional, lo que causa una compleja modificaci�n o reajuste de diversos umbrales en los sistemas sociales y ecol�gicos periurbanos, a medida que son absorbidos por la econom�a urbana.

En este sentido, el informe del Fondo de Poblaci�n de las Naciones Unidas (UNFPA, 2007), plantea el desarrollo de una buena y mejor gobernabilidad urbana, como factor indispensable para un futuro urbano sustentable. Esto tambi�n puede ser planteado como la necesidad de una gobernabilidad �territorial� persistente (Navez-Bouchanine, 2005), en la medida que comprendamos la urbanizaci�n y sus nuevas y diversas formas de expresi�n, como un proceso de �transformaci�n continua de los modos de vida y de las relaciones entre formas sociales y formas espaciales, mediatizadas por la movilidad�[2].

Asimismo y apuntando en la misma direcci�n Bailly (2009, p.236), plantea la necesidad de una nueva gobernanza global o territorial, la cual supone aproximaciones transversales entre las diversas pol�ticas, junto con el an�lisis a diferentes escalas geogr�ficas y temporales, y una movilizaci�n de todos los actores territoriales para definir prioridades de planificaci�n. En donde, actores y territorios est�n ligados al momento de poner en marcha los proyectos de ordenamiento, y que no conciernen solamente a lo urbano, sino al conjunto del territorio urbanizado, hasta lo rururbano.

Una nueva gobernanza territorial, que debiera estar fundada en una s�lida teor�a del cambio, de modo que el territorio no surga m�s como el conjunto de factores de localizaci�n y de instituciones dadas, sino que sea observado comoun recurso especifico en donde su construcci�n se transforma en un elemento esencial del proceso de cambio, como lo expresa Camagni y Maillat (2006)[3].

Aproximaci�n metodol�gica y materiales

El trabajo intenta comprender a trav�s del an�lisis de la estructura ocupacional y socio-profesional de la� poblaci�n del espacio periurbano de Santiago, la reconfiguraci�n social, no homog�nea y fragmentada en curso, y si esta corresponde a una nueva ciudad periurbana en extensi�n o a nuevos espacios rurales metropolitanos. Para el logro de los objetivos se utilizaron diversos caminos metodol�gicos debido a la falta homogeneidad temporal y espacial de los datos disponibles. En este sentido se trabaj� con los datos el Censo de Poblaci�n y Vivienda, 2002 (INE, 2002) los planos censales para los sectores censales de detalle, junto con la encuesta de caracterizaci�n socioecon�mica de hogares (CASEN) para la serie de a�os 1992-2006 (MIDEPLAN, 1990-2006), en lo que respecta a comprender y caracterizar la evoluci�n de los Empleos rurales no agr�colas (ERNA) y Empleos rurales agr�colas (ERA), como tambi�n para la caracterizaci�n de la evoluci�n en la participaci�n de los diferentes �oficios� para el conjunto de mundo rural de la RMS, con el objeto de caracterizar los cambios en la estructura social de la poblaci�n.

La estructura socio-profesional de la poblaci�n y las formas de ocupaci�n funcional dentro del periurbano despu�s de 20 a�os de cambios en la movilidad de la poblaci�n, se trabajaron a partir de la informaci�n recopilada y desarrollada por el Proyecto Fondecyt N� 11060310, dirigido por el autor, titulado �Los nuevos espacios rurales metropolitanos: redimensionamiento, periurbanizaci�n y efectos sobre el desarrollo territorial rural de la Regi�n Metropolitana de Santiago, 1992�2002�, dentro del cual estos resultados se enmarcan. Otros resultados y metodolog�as que sirven de base para el presente trabajo, en lo que dice relaci�n con la determinaci�n de tiempos de viajes en la RMS y la distribuci�n de los grupos socio-profesionales, se pueden revisar en Salazar y Osses (2008).

En lo que respecta al an�lisis de las estrategias institucionales locales, se realizaron entrevistas semi-estructuradas a los responsables de los gobiernos locales y organizaciones locales. Las comunas rurales fueron elegidas tanto por sus diferentes vocaciones territoriales, como por sus condiciones sociales y demogr�ficas relativamente diferenciadas dentro del contexto de la periferia metropolitana de Santiago. Tambi�n fueron consideradas sus localizaciones, en tres ejes diferentes de expansi�n y a los tiempos de viaje a la aglomeraci�n central, lo que se debiera expresar en una periurbanizaci�n diferenciada en intensidad y modalidades de asentamiento (Salazar, 2005; 2008).

Transformaci�n socio- territorial en la periferia rural metropolitana de Santiago

En el espacio periurbano de la Regi�n Metropolitana de Santiago (RMS), el conjunto de las comunas periurbanas que participan del �rea metropolitana, junto con las comunas periurbanas rurales, representan aproximadamente el 38% de la poblaci�n regional. Sin embargo, los territorios rurales periurbanos, que representan s�lo el 11% de la poblaci�n regional, abarcan cerca del 70% de la �superficie de la RMS (ver Figura 6). Este territorio rural, posiciona a la RMS como la segunda regi�n en Chile que m�s aporta al PIB silvoagropecuario del pa�s, con una participaci�n del 14,6% para el a�o 2003 (Riffo, 2007), con un proceso de desconcentraci�n genuino y manteniendo su condici�n de emigraci�n neta (Rodr�guez, 2008).

El resultado de las transformaciones socio-territoriales en el periurbano rural de la RMS, es una recomposici�n espacial no homog�nea. La periurbanizaci�n, ha sido un proceso espacialmente discontinuo sobre el territorio de la RMS, y se ha presentado inicialmente con mayor fuerza en sectores caracterizados por el fraccionamiento del espacio rural y donde existe o ha existido un fuerte componente de peque�os empresarios agr�colas y de subsistencia, con bajas capacidades sociales de resistencia (Eche�ique y Rolando, 1991) y con una fuerte conexi�n con la econom�a urbana. Sin embargo, y de manera simult�nea este proceso tambi�n ha seguido en su desarrollo las principales infraestructuras viales existentes y posteriores inversiones en accesibilidad regional, las cuales permiten los menores tiempos de viaje a la aglomeraci�n central, generando nuevas oportunidades de crecimiento inmobiliario y por ende metropolitano, bajo diferentes tipolog�as residenciales.

Los territorios que resultan de estas recomposiciones se caracterizan por ser espacios en archipi�lagos con una composici�n social heterog�nea creciente y una atrayente accesibilidad para los grupos socioecon�micos de mayores ingresos (Hidalgo, Salazar, Lazcano, et al., 2005; Alonso, 1964 en Blanco, 2004). As�, la din�mica actual deja prever en los espacios rurales periurbanos el desarrollo de un continuo urbano-rural, inducido por los instrumentos de planificaci�n urbana y las principales v�as de comunicaci�n.

Por otra parte, la singularidad del proceso de periurbanizaci�n en el medio rural metropolitano se encuentra en la intensidad y velocidad de la din�mica de constituci�n de nuevas tipolog�as de espacios de vida y productivos. Desde una aproximaci�n espacial, se observa un mosaico de situaciones, de transformaciones espaciales y sociales al interior de las comunas periurbanas. En este sentido, la creciente pluri-funcionalidad de estos espacios es tanto un riesgo como una alternativa de desarrollo para el mundo rural, en particular para los peque�os productores, que constituyen el grupo m�s expuesto a las dificultades productivas de la globalizaci�n y a las presiones urbanas locales (Salazar, 2008).

El aumento progresivo del Empleo rural No agr�cola (ERNA) en zona periurbana y rural de la RMS 1992-2006

El an�lisis temporal de los datos obtenidos por la CASEN para la serie de a�os 1992-2006, en un primera aproximaci�n nos muestran el n�mero de personas empleadas en ERNA y ERA, como tambi�n, el empleo urbano agr�cola (EUA) para un an�lisis de referencia en el �mbito urbano, es decir, la poblaci�n empleada en el mundo agr�cola pero que reside en zonas urbanas, seg�n la nomenclatura oficial.

En la Figura 1 se observa, como una primera constataci�n de los cambios ocurridos en las actividades agr�colas periurbanas entre los a�os 1992 y 2006, el aumento fluctuante pero sostenido del n�mero de empleos urbanos agr�colas (EUA), es decir, poblaci�n que cada vez m�s reside en zonas urbanas por diversas motivaciones, pero que encuentra o sigue trabajando en actividades agr�colas. Como contraparte, se observa en este mismo periodo una disminuci�n constante de los empleos rurales agr�colas (ERA), pudi�ndose pensar en un posible desplazamiento de parte del ERA al medio urbano, como tambi�n en la consolidaci�n de asentamientos que han tomado un mayor car�cter urbano (ver Cuadro1).

Por otra parte, tambi�n es destacable y concomitante con los procesos de sub-urbanizaci�n y periurbanizaci�n en el medio rural metropolitano, que los empleos rurales no agr�colas (ERNA) muestran un crecimiento constante desde el inicio de los a�os 1990, lo cual tambi�n se encuentra asociado a un incremento de los ingresos que ha experimentado este sector y que actualmente es significativamente mayor que los ingresos rurales agr�colas (ver Cuadro 2).

 

Figura 1. Evolución de los empleos agrícolas y No agrícolas (ERA, ERNA, EUA) según zona rural-urbana en la RMS 1990-2006.
Fuente: elaboración propia en base a serie de años CASEN 1990-2006. Proyecto Fondecyt Nº 11060310.

 

En este sentido es evidente el impacto de los procesos de expansi�n y expulsi�n demogr�fica de grupos socioecon�micos de mayores ingresos hacia la periferia rural (Hidalgo, Salazar, et al., 2005), al diversificar el perfil socio-profesional del medio rural metropolitano. A lo anterior, se debe sumar el impacto del proceso de centr�fugo de la pobreza urbana a trav�s de la vivienda social en periferia metropolitana. Esto podr�a explicar el crecimiento del sector urbano agr�cola no calificado y terciario, como tambi�n los cambios producidos en el medio rural en los procesos de re-asentamiento de los trabajadores agr�colas, en busca de mejores servicios.

 

Cuadro 1.
Evoluci�n del empleo rural seg�n zona rural � urbana en la RMS 1992-2006

Empleo

1992
(hab.)

2003(hab.)

2006(hab.)

Variaci�nTotal (%)

EUA �(Empleo urbano agr�cola)*

51.244

69.172

69.070

34.8

ERA� (Empleo rural agr�cola)*

38.948

36.060

33.890

-13.0

ERNA� (Empleo rural NO agr�cola)

25.452

41.864

47.056

84.9

(*) Se consideraron a las personas que habitan en zonas rurales o urbanas con empleos agr�colas.

Fuente: elaboraci�n propia en base a CASEN 1992, 2003, 2006. Proyecto Fondecyt N� 11060310.

 

Sin embargo, las soluciones residenciales para grupos de ingresos medios y medios bajos, que presentan una diversidad de tipolog�as de empleos (servicios, comercio y manufactura) tambi�n se encuentran presentes dentro de las explicaciones del crecimiento del ERNA. Todo lo anterior puede explicar el crecimiento del sector de empleos rurales no agr�colas, el que pas� de ser el tercero en cantidad de personas empleadas en el a�o 1992, a ser el segundo, superando al empleo rural agr�cola tanto en 2003, como el a�o 2006 (ver Figura 1).

 

Cuadro 2.
Ingresos rurales y urbanos seg�n actividad Agr�cola, No-Agr�cola 1992-2006, RM de Santiago
 

Variaci�n (%) 1992-2006

Tasa

Ingreso Rural Total

149.0%

6.1%

Ingreso rural agr�cola (IRA)

15.1%

0.9%

Ingreso rural no agr�cola (IRNA)

286.6%

9.0%

Participaci�n empleo RA en total rural

-30.7%

-2.4%

Participaci�n empleo RNA en total rural

46.9%

2.6%

Ingreso urbano agrícola (UA)

154.3%
6.2%
Fuente: elaboraci�n propia en base a CASEN 1992 y 2006. Proyecto Fondecyt N� 11060310.

 

Otra entrada para observar los cambios ocurridos en t�rminos de estructura de empleos, es a trav�s de la escala de las comunas que componen el periurbano rural de la RMS. Desde esta perspectiva, los datos extra�dos de Casen nos indican que para los tres a�os observados (1992-2003 y 2006) el ERA es decreciente en gran parte de las comunas con la excepci�n marcada de las comunas de Paine, Curacavi, San pedro y Lampa, ligado esto posiblemente a las actividades de agro-exportaci�n que se desarrollan en estas comunas (ver Figura 2).

 

Figura 2. Evolución porcentual del ERA en comunas del periurbano rural de la RMS. 1992-2003-2006.
Fuente: elaboración propia en base a CASEN 1992, 2003, 2006. Proyecto Fondecyt Nº 11060310.

 

Por el contrario, en la Figura 3, se puede observar el comportamiento complementario del ERNA, respecto del ERA, creciendo el primero de manera acusada principalmente en comunas que cuentan con un n�cleo urbano consolidado y/o que tiene una posici�n jer�rquica de relevancia al nivel del sistema de asentamientos urbanos de la regi�n. Sin embargo, y en concomitancia con el an�lisis anterior, en comunas que tambi�n� presentan una actividad agro-exportadora, la cual debe ser asistida por otros servicios complementarios (comunas de Paine e Isla de Maipo). Este crecimiento es particularmente visible en la primera mitad del per�odo de estudio, 1992-2003, en comunas como Colina, Lampa, Calera de Tango, Melipilla y Talagante).

Evoluci�n socio-profesional en el periurbano metropolitano de Santiago 1992-2006 (Casen)

Las transformaciones socio-profesionales (ocupacionales en Casen) en el periurbano metropolitano de Santiago y espec�ficamente en el mundo rural metropolitano en los �ltimos casi 20 a�os, se encuentran contenidas en t�rminos generales en los cambios observados en los empleos ERNA y ERA (CASEN). En la Figura 4 se puede observar en el contexto rural de la regi�n, la preponderancia relativa de trabajadores no calificados. Estos, superan a cualquier otro grupo de oficio y se encuentran precedidos por el grupo de agricultores y trabajadores calificados, pero que para el periodo 2003-2006 vio disminuido su n�mero absoluto. El resto de los oficios han aumentado su participaci�n absoluta en forma general en el periodo (a excepci�n del grupo de las FF.AA.) y de manera importante particularmente entre los a�os 1992-2003. En este mismo periodo, se presenta con especial relevancia para comprender los cambios socio-profesionales y de funcionalidad en el mundo urbano rural de la regi�n, los crecimientos absolutos observados por el grupo de Profesionales, cient�ficos e intelectuales, como tambi�n el grupo de Miembros del poder ejecutivo. En este mismo sentido, el grupo de Empleados de oficina y los T�cnicos y profesionales de nivel medio, aumentan su participaci�n relativa de manera constante en el periodo, pero es el grupo de trabajadores de los servicios el que presenta el mayor aumento absoluto de efectivos.

 

Figura 3. Evolución del ERNA en comunas del periurbano rural de la RMS. 1992-2003-2006.
Fuente: elaboración propia en base a CASEN 1992, 2003, 2006. Proyecto Fondecyt Nº 11060310.

 

Figura 4. Evolución en número de trabajadores según oficio y área rural en la RMS 1992-2003-2006.
Fuente: elaboración propia en base a CASEN 1992, 2003, 2006. Proyecto Fondecyt Nº 11060310.

 

Los grupos socio-profesionales y su localizaci�n en el periurbano seg�n tiempo de viaje

El an�lisis comparado de las curvas de acumulaci�n de poblaci�n seg�n grupos socio-profesionales[4] a partir de los sectores censales digitales (Censo, 2002) e informaci�n raster sobre tiempo de viaje para cada sector (Salazar y Osses, 2008)[5], nos muestran que cerca del 70% de la poblaci�n de cada grupo socio-profesional, se localizan entre 30 y 35 minutos de la aglomeraci�n central en las comunas periurbanas (ver Figura 5), a excepci�n del GSP 4 (Agricultores y trabajadores agr�colas). En general se producen cortes relativamente similares para cuatro de los cinco grupos analizados (la excepci�n es el grupo de los agricultores y trabajadores agr�colas).

 

Figura 5. Distribución de población acumulada según grupos socio-profesionales (GSP).
Fuente: elaboración propia. Proyecto Fondecyt (2006) Nº 11060310.

 

Al generar la expresi�n espacial de estos tiempos de viaje relativamente homog�neos podemos conformar de manera exploratoria diferentes l�mites y �reas funcionales del �rea metropolitana de Santiago a partir de la estructura socio-profesional del periurbano como se observa preliminarmente en la Figura 6. Al respecto podemos se�alar que los resultados nos muestran un nuevo espacio funcional te�rico-emp�rico que abarca lo que podr�a ser la real �rea metropolitana de Santiago, desde una perspectiva funcional, superando ampliamente los l�mites administrativos y conceptuales impuestos por los planificadores para el desarrollo de sus planes. Se observan m�ltiples situaciones de comunas con sus territorios en diferentes situaciones funcionales respecto a la aglomeraci�n de Santiago. Esto sugiere la necesidad de innovar en diferentes formar de enfrentar el desarrollo y planificaci�n territorial al interior de una misma comuna o territorio administrativo.

�Una gobernanza metropolitana para los territorios periurbanos de Santiago de Chile?

A partir de la comparaci�n de las tres comunas rurales con diversas vocaciones dentro de la regi�n de Santiago (Lampa, San Jos� de Maipo y Mar�a Pinto) y la aproximaci�n a los actores implicados en las definiciones estrategias territoriales, podemos mencionar algunas consideraciones en relaci�n a las diferentes dimensiones del proceso de periurbanizaci�n y sus implicancias sobre la gesti�n territorial de los gobiernos locales.

Las similitudes en los procesos de transformaci�n socioterritoriales

En las comunas en estudio los resultados platean que las similitudes en los procesos de transformaci�n socioterritoriales son significativas frente a la posibilidad de anticipaci�n de los efectos m�s negativos del proceso de periurbanizaci�n y en consecuencia de orientarlos adecuadamente y de adaptarlos institucionalmente, a trav�s de estrategias y mecanismos de negociaci�n entre los actores y sus diferentes intereses dentro del sistema territorial metropolitano y local (Salazar, 2007).

 

Figura 6. Área metropolitana funcional dentro del periurbano rural de la Región Metropolitana de Santiago.
Fuente: elaboración propia. Proyecto Fondecyt Nº 11060310. �Los nuevos espacios rurales metropolitanos: redimensionamiento, periurbanización y efectos sobre el desarrollo territorial rural de la Región Metropolitana de Santiago 1992�2002�.

 

Encontramos entre otras convergencias, la problem�tica intr�nseca de las actividades agr�colas y rurales en el periurbano metropolitano. As� tambi�n, se encuentra la falta de cohesi�n social y particularmente los escasos v�nculos sociales entre agricultores para desarrollar estrategias de adaptaci�n y enfrentar colectivamente los riesgos y crisis de la actividad, como las distintas formas de la expansi�n urbana. Los efectos de una reducida capacidad de generar estrategias de adaptaci�n de conjunto se expresan espacialmente por la desaparici�n progresiva de las explotaciones agr�colas y con esto de la diversidad agro-ecol�gica y paisaj�stica, como cultural de la regi�n de Santiago (Salazar, 2008).

El impacto negativo de los conflictos sociales ocurridos durante la reforma agraria y la contra-reforma (1964-1978) sobre las estrategias desarrolladas, adquiere importancia para la comprensi�n las estrategias actuales del sector rural metropolitano, tanto frente a los retos y oportunidades de la globalizaci�n y la agro-exportaci�n, como frente a las iniciativas de asociaci�n y cooperativismo desde el retorno a la democracia, y a los procesos de urbanizaci�n ocurridos en la �poca (Daher, 1987) y de manera posterior, y a la fragmentaci�n su espacio rural.

En este sentido, los desaf�os territoriales son sentidos de manera dis�mil por los actores locales. Aunque, las visiones de los agricultores y otros actores locales ante el cambio y la influencia urbana sobre la agricultura son convergentes, los desaf�os de gesti�n local que imponen estas situaciones son entendidos de manera diferente y las estrategias elaboradas se derivan de las perspectivas y vivencias acumuladas de cada grupo.

Las estrategias de los actores locales

Estrategias de los actores adaptadas a las condiciones y ventajas locales y apoyadas sobre otras experiencias, pero tambi�n de la percepci�n de la estrategia institucional local y regional. De la existencia de un creciente y profundo cambio social en el periurbano y en la naturaleza de las relaciones ciudad/campo, podemos constatar, para los tres casos de estudio, que la presencia de nuevos modalidades residenciales en los espacios rurales, han significado nuevas formas de gesti�n local y de din�micas sociales innovadoras como fuentes de desarrollo. Sin embargo, estas no siempre son las m�s convenientes para los intereses de todos los actores, en la medida que el poder pol�tico sigue oscilando entre los distintos grupos de actores locales relevantes.

Se observa por ejemplo que la intensidad de la periurbanizaci�n esta fuera de la esfera de la voluntad pol�tica de los poderes locales. Las disparidades en la intensidad del proceso pueden ser explicadas por la pol�tica y mecanismos de localizaci�n y acceso a las viviendas sociales en regi�n metropolitana, as� como por la orientaci�n del mercado hacia las distintas comunas.

Las formas, la magnitud y la velocidad de la urbanizaci�n de las comunas est�n a la base de los tiempos de respuesta de integraci�n y de adaptaci�n social y de las nuevas oportunidades de desarrollo local. As� por ejemplo, aunque las diferencias espaciales en la intensidad de la periurbanizaci�n est�n condicionadas, en cierta medida por la capacidad y la voluntad de acogida demogr�fica de las comunas perif�ricas, esto tambi�n se encuentra limitado por las relaciones institucionales y pol�ticas que cada gobierno local mantiene con el poder central y las negociaciones que puedan desarrollarse.

Estrategias territoriales institucionales

En la evoluci�n de la periurbanizaci�n de Santiago, han existido numerosas intervenciones de la planificaci�n urbana que han significado no solo efectos sobre la desaparici�n de tierras agr�colas y las desventajas que se derivan, constatamos igual que otros autores que la conceptualizaci�n actual de la planificaci�n urbana y sus instrumentos, si bien necesarios, estos tienden ha acrecentar la dispersi�n urbana. La idea m�s com�n es que al creer favorecer la ciudad compacta por un periurbanizaci�n controlada, no se hace m�s que dispersarla cada vez m�s (Wiel, 2000; Millward, 2002)[6].

La incorporaci�n efectiva de la participaci�n de los actores que construyen e imaginan hoy la metr�polis de ma�ana, a trav�s de medios operativos y pr�cticos en los instrumentos de planificaci�n territorial, son una necesidad urgente para los espacios rurales de la RMS. El Cuadro 3, muestra la s�ntesis de los escenarios previsibles y deseables desarrollados por los responsables locales, dibuj�ndose un inter�s superior por el mantenimiento de ciertas condiciones propias asociadas a su condici�n rural (natural) y que gu�a sus esfuerzos muchas veces infructuosos por contener y compatibilizar la urbanizaci�n f�sica de sus territorios. Sin embargo, tambi�n se reflejan una claridad sobre la necesidad de adoptar medidas hacia la integraci�n de dos estilos de vida.

En este sentido, el desarrollo sostenible de los espacios rurales metropolitanos es un proceso pol�tico, donde la participaci�n de los diversos grupos sociales es la base para el nacimiento de nuevas formas de asociaciones estrat�gicas y negociaciones entre actores significativos y no significativos, para as� conformar territorios que sigan siendo una contribuci�n a la diversidad y la expresi�n de lo que son las relaciones urbano-rurales hist�ricas.

En este sentido la soberan�a sobre el sistema local por parte de algunos actores, es decir, el poder y la influencia relativa de los distintos grupos de actores y sus intereses espec�ficos en una escala local contribuyen claramente al establecimiento de estrategias territoriales locales con ciertas orientaciones.

 

Cuadro 3.
Elección de escenarios y estrategias territoriales institucionales enunciadas en las comunas de estudio

Elección de Escenarios previsibles y deseables

Comunas

Lampa

San José de Maipo

María Pinto

1. La comuna tiene un capital natural y cultural que es necesario preservar de la urbanización.

Estrategias territoriales institucionales enunciadas

Puesta en valor de las ventajas competitivas del medio rural y estímulo a cadenas productivas agropecuarias valorizables.

Puesta en valor y mejoramiento de las ventajas comparativas y competitivas de los recursos y patrimonio natural asociados al turismo rural y la recreación.

Apoyo al desarrollo rural asociado al turismo.

Puesta en valor de ventajas comparativas asociadas a la preservación del patrimonio cultural (identidad) y recursos productivos.

Ejecución y aplicación de proyectos desarrollo rural. Intento de control de la desagregación y de la fragmentación de la propiedad rural.

2. La comuna ha cambiado bastante y debe seguir evolucionando, tratando de mantener una identidad.

Puesta en valor y mejoramiento de ventajas competitivas de localización industrial, urbana y las amenidades rurales. Estrategias urbanas ligadas a la preservación del medio ambiente. Espacio mixto.

   

3. La comuna será parte de la periferia urbana de la ciudad; aumento de población.

     
Fuente: elaboración propia, adaptado de Salazar (2008).

 

Finalmente, una gesti�n adecuada de las recomposiciones territoriales del periurbano rural, estar� condicionada por la reconstrucci�n de la capacidad de acci�n colectiva de los actores locales y de su orientaci�n para hacer frente a las transformaciones de la sociedad. En este sentido, se puede destacar que "una estrategia para beneficiar a un grupo social es una empresa esencialmente pol�tica". En este sentido el aspecto m�s importante de una gesti�n y de una adaptaci�n estrat�gica del medio ambiente que beneficie a los m�s pobres esta vinculada a su posible participaci�n en la definici�n de prioridades y en la toma de decisiones seg�n lo plantea Allen (2003a)[7]. En efecto, los cambios progresivos y alternantes de los actores dominantes en los poderes locales constituyen una dificultad latente para un proceso de participaci�n efectiva de los habitantes originales y el resto de los actores involucrados.

Consideraciones finales

Desde este marco interpretativo, el an�lisis de los procesos socio-territoriales bajo los cuales lo rural y lo periurbano se recomponen dentro de una regi�n metropolitana, aporta criterios claves que contribuyen a formas m�s asertivas y pertinentes de prever las necesidades urbano-rurales de los espacios metropolitanos futuros. Esto en funci�n de sus transformaciones particulares y del perfil de la poblaci�n que compone esa nueva reconfiguraci�n social periurbana.

A partir de los trabajos realizados y del seguimiento temporal de los cambios socio-econ�micos del espacio periurbano, se puede mencionar que la estructura de los cambios demogr�ficos y socio profesionales condicionan un conjunto de factores en la estructura social, econ�mica y en las pr�cticas sociales de los actores. Esto en funci�n de los grupos sociales dominantes y del ciclo de vida de aquellos que se reinsertan en los territorios periurbanos. Asociado a lo anterior, podemos decir entonces que cambios en los tiempos y costos de desplazamiento el periurbano de la RMS, pueden tener efectos significativos sobre las caracter�sticas de los cambios sociales de estos espacios, partir de los grupos socio-profesionales o socioecon�micos a los cuales estas variables impactan en su disposici�n voluntaria o inducida de de-localizarse de la aglomeraci�n central.

En estos espacios se hace necesaria una nueva gesti�n del territorio, que pasa por el reequilibrio de las posiciones dominantes entorno a las decisiones territoriales en una multi-escala geogr�fica. En este sentido, las condiciones de una gesti�n adecuada pasan por una mayor descentralizaci�n y la consolidaci�n democr�tica local. Las estrategias de los actores locales involucrados en los procesos de negociaci�n y gesti�n territorial son cada vez m�s relevantes producto de la experiencia social acumulada.

Si bien, la heterogeneidad social y espacial de la ocupaci�n del periurbano puede estar al origen de nuevas formas de gesti�n territorial entre el urbano y lo rural y de esta forma promover el desarrollo de las comunidades locales por la introducci�n de nuevas ideas y pr�cticas, como tambi�n la necesidad de administrar el cambio de manera diferente. Pensamos que los riesgos de estar en presencia de la conformaci�n s�lo de una ciudad periurbana en extensi�n y no frente a nuevos espacios urbano-rurales metropolitanos (rururbano) son altos. Sin embargo, estos riegos se encontrar�an m�s bien en las formas de administrar o gobernar ese cambio, que por las formas o caracter�sticas propias de las transformaciones (Salazar, 2008).

La gobernanza metropolitana debe aspirar a trasformarse en una gobernanza territorial, esto a partir de nuevas formas de cooperaci�n y asociatividad territorial, de regulaci�n flexible, sustentables y concertadas socialmente, as� como integradoras del modo de vida urbano en la realidad del medio rural. En m�ltiples instancias se plantea la necesidad de conformar nuevos reg�menes urbanos y territoriales que permitan ampliar la participaci�n de los actores que forman parte de los territorios de urbanizaci�n difusa. Lo anterior es una tarea pendiente en vista del creciente acuerdo sobre el real aporte de los espacios rurales periurbanos a la econom�a regional y del advenimiento de las nuevas relaciones que la sociedad urbana establece con estos espacios en la medida que su movilidad incontestablemente se acrecienta.

 

Notas

[1] El trabajo expone parte de los resultados del Proyecto Fondecyt N� 11060310 (2006). �Los nuevos espacios rurales metropolitanos: redimensionamiento, periurbanizaci�n y efectos sobre el desarrollo territorial rural de la Regi�n Metropolitana de Santiago, 1992�2002�.

[2] Navez-Bouchanine, 2005, p. 10.

[3] Camagni y Maillat, 2006, p.76.

[4] Los Grupos Socio-Profesionales (GSP) utilizados corresponden a los siguientes: GSP1: Directivos y Profesionales; GSP2: Profesionales y T�cnicos Medios; GSP3: Empleados de Comercios y Servicios; GSP4: Agricultores, Trabajadores y Peones Agr�colas; GSP5: Obreros.

[5] Los resultados del an�lisis censal y espacial del Censo del 2002 corresponden al Proyecto Fondecyt (2006-2009) desarrollado por el autor.

[6] Seg�n Wiel (2000), las investigaciones sobre la periurbanizaci�n en diversas aglomeraciones francesas hacen pensar que su dispersi�n es cada vez mayor en la medida que los instrumentos de urbanismo se han esforzado en limitarle en una primera corona.

[7]Allen, 2003a, p. 146.

 

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Ficha bibliográfica:

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