Se inaugura la restauración de las vidrieras y las azoteas, así como la de su nuevo archivo digital La catedral de Barcelona pasa por el quirófano y sanea parte de su patrimonio artístico

Presentación de las obras de restauración
Presentación de las obras de restauración Flama

La Catedral de Barcelona, el miércoles 10 de julio, ha inaugurado unas importantes obras de restauración de las vidrieras y las azoteas, así como el nuevo archivo digital, para continuar escribiendo su larga historia

La presentación contó con la presencia del cardenal Juan José Omella y representantes políticos, como la vicepresidenta del gobierno catalán, Laura Vilagrà, o el ministro de Transportes, Óscar Puente, que han remarcado la relevancia de los fondos culturales

(Flama).- La silueta arquitectónica de Barcelona, observada desde los edificios más altos, sigue manteniendo un valor patrimonial que ni el tiempo ni la contaminación pueden erradicar. En medio de la ciudad, uno de los ejemplos más claros de esto la Catedral de Barcelona, que este miércoles, 10 de julio, ha inaugurado unas importantes obras de restauración de las vidrieras y las azoteas, así como el nuevo archivo digital, para continuar escribiendo su larga historia.
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Iniciada en el claustro catedralicio y continuada en las azoteas, la presentación de esta restauración estructural (sumada a la digitalización del voluminoso archivo que acogen las paredes del templo) ha contado con la presencia del arzobispo de Barcelona, el cardenal Joan Josep Omella, y representantes políticos como la vicepresidenta del gobierno catalán, Laura Vilagrà, o el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, que han remarcado la relevancia de los fondos culturales, junto con los europeos, para acabar financiando el coste total de estas actuaciones: 2.562.326 euros.

Puente, flanqueado por Vilagrà y Omella, en la Catedral de Barcelona.

Mientras en el exterior del templo el termómetro turístico crecía en plena temporada alta de verano y provocaba las tradicionales colas en las puertas de la catedral, las miradas, desde el interior, se dirigían a los poco más de 200 metros cuadrados de vidrieras que desde su limpieza permiten el acceso de mayor cantidad de luz. Unos elementos decorativos convertidos en uno de los mejor conservados y voluminosos de Cataluña y que, durante todo el 2023, pudieron contemplar hasta 1,8 millones de visitantes, de los que 747.000 lo hicieron de forma orquestada a través de visitas culturales dirigidas específicamente a todos ellos.

El ministro Óscar Puente, en la azotea de la catedral

Donde todos ellos también podrán acceder con mayor seguridad y con la posibilidad de ver una panorámica más grande de la ciudad estará en la azotea de la catedral, donde la comitiva política ha tenido la opción de pasearse. Lo han hecho, eso sí, con la participación y la esmerada explicación didáctica que han hecho varios de los canónigos del Capítulo catedralicio, como su decano, Santiago Bueno, así como de Josep M. Turull, administrador de culto y fábrica.
Después, el descubrimiento de una placa conmemorativa ha puesto de relieve cómo el patrimonio, a pesar de su fragilidad, también es una de las mayores herencias del ser humano en el planeta.

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