Gran Hermano se despide batiendo récords históricos, aunque con el fantasma de la edición pasada

Cuando Telefe planificó una nueva edición de Gran Hermano para este año, el desafío que tenía por delante era sostener los buenos resultados de 2022. La fórmula 360° que ideó el canal permitió que los contenidos no se vieran solamente en la pantalla chica: una transmisión 24 horas, un canal de Twitch con reacciones en vivo, un debate caliente, piezas para la plataforma TikTok y vivos en YouTube lograron que los “hermanitos” sedujeran especialmente a una generación de entre 11 y 16 años que no ve televisión abierta.

Pero esta nueva etapa, que arrancó el 11 de diciembre del año pasado, fue completamente diferente a su antecesora. Para empezar tuvo más participantes porque se sabía que duraría más tiempo. Lo que nadie sospechaba, para ese entonces, es que Gran Hermano batiría el récord de encierro en la historia de nuestro país: cuando esta noche se conozca al ganador del reality habrán pasado siete meses desde su debut. Con una casa dominada por un único personaje, Juliana “Furia” Scaglione, cuya personalidad se volvió disruptiva desde el minuto uno, Santiago del Moro se encontró con un casting que, en un principio, no arrancaba. En las primeras galas, el conductor hizo honor a los años de remo en Infama, en donde de la nada debía llenar horas de aire, para lograr que los jugadores dijeran alguna palabra que enriqueciera la pantalla.

“Esta fue una temporada muy poderosa, en contraposición de lo que fue la pasada porque había sido un éxito, un éxito rotundo. Lo maravilloso es que no tuvo absolutamente nada que ver con la anterior. El casting proponía otra cosa, eran otros perfiles, era otro país también, otros tiempos y la gente fue eligiendo hasta llegar a esta final”, le dijo Del Moro a LA NACIÓN.

Si bien, poco a poco, los participantes se fueron soltando y mostrando sus mejores y peores costados, el reality se volvió “furiadependiente”. Scaglione, experimentada en los medios, supo aprovechar cada segundo que le dio Gran Hermano para dejar en claro que quería ganar cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Quizás la pasividad del resto hizo que este fuera el estilo de juego que se impuso dentro de la casa. A diferencia de la edición anterior, en la que a Coty Romero se la eliminó por “traicionar” a sus compañeras, este año todo valió a la hora de permanecer dentro del programa y el público lo validó con sus votos.

Las polémicas dentro y fuera de la casa

Si algo caracterizó a este GH fueron las peleas al límite, la violencia verbal motorizada principalmente por Scaglione y replicada en diferentes momentos por varios de los hermanitos. Furia se cruzó con Williams “El Paisa” López, por un toque de aliento en la cara, en medio de una prueba del líder, que los llevó a quedar nominados en la placa; Catalina Gorostidi denigró a Emmanuel Vich por su orientación sexual; Agostina Spinelli se permitió hacer un chiste de humor negro relacionado con el atentado a la AMIA, y Scaglione amenazó de muerte a su compañera policía, se peleó con Mauro D’Alessio y lo empujó varias veces, se enfrentó cara a cara con Coty y se cansó de lanzar comentarios discriminatorios a varios de los jugadores.

También quedó en el ojo de la tormenta, de manera impensada, el perro Arturo. Como en toda edición, entró una mascota para distender a los participantes, pero lejos de provocar este efecto, la estancia de perro trajo más escándalo al reality. Tras ser rescatado de una convivencia muy violenta, Arturo desde un primer momento se pegó a Martín “El Chino” Ku. Los gritos de Furia y el trato que le daban algunos participantes, llevaron a la asociación Huellitas Perdidas, encargada de su custodia, a intimar a la producción de GH para que le devolvieran al animal. Según su entender, “el nivel de tensión y hostilidad dentro de la casa, lo expuso a un ambiente potencialmente dañino”, que alarmó también a los televidentes que crearon el hashtag #FreeArturo, en la red social X, lugar en donde se debatieron todos los escándalos del programa. Como esto no sucedió, hasta el abogado Fernando Burlando tuvo que mediar para resolver el tema. Con el correr de los días, las aguas se calmaron y otra polémica copó el centro de la escena.

Los familiares de los jugadores, pieza clave

Sin lugar a dudas, el “Congelados” fue uno de los grandes aciertos de esta temporada. Cada vez que sonaba una alarma, los hermanitos debían quedarse quietos, sin hacer ningún tipo de movimiento, mientras alguna visita inesperada ingresaba. Las idas y vueltas con varios de los familiares emocionaron a todos. Parejas, amigos y madres, habiendo visto la edición anterior, supieron jugar en primera. Cuando entraron a convivir, no fueron huéspedes pasajeros, desde el primer momento hicieron lo suyo para favorecer a su ser querido. Pero fuera de la casa también tuvieron algunos desaciertos y perjudicaron a los jugadores, como la novia de Ku, que le contestó a los haters de manera soberbia, o el día que salió a la luz la mala relación entre el novio de Zoe Bogach con su madre. Ni hablar del protagonismo que tomó Coy, la hermana de Furia, que fue acusada hasta de querer quedarse con sus ganancias.

“No es un programa más, GH, te involucra, te arrastra, te mete, aunque estemos afuera de la casa, nosotros también estuvimos adentro estos siete meses porque pasan muchas cosas todo el tiempo, es un programa que nunca para. Todo eso moviliza y después está el afuera, lo que pasa con los familiares, lo que pasa con la gente, me parece que cada persona se siente un poquito dueña de este formato, por eso genera lo que genera. GH nos pone un espejo como sociedad y cada uno puede verse identificado”, reflexionó Del Moro.

El fantasma del rating de 2022

“Si no llegamos a los veinte puntos nos van a matar”, dijo el conductor, en una nota en La Once Diez/Radio de la Ciudad, unos días antes del comienzo de esta edición con referencias al rating de Gran Hermano. La edición 2022 debutó en la pantalla de Telefe el 17 de octubre, con un 65.23% de share y 21,5 puntos de rating, liderando muy ampliamente su franja horaria y así se mantuvo hasta el final. Cuando Marcos Ginocchio se convirtió en el ganador de Gran Hermano 2022, el 27 de marzo, con el 70.83% de los votos del público, la pantalla de Telefe llegó a una marca máxima de 30,9 puntos.

Esta nueva temporada debutó el lunes 11 de diciembre de 2023 y promedió 20,5 puntos -con picos de 21,7- sólo un punto menos que el estreno de su edición anterior. El rating fue fluctuando producto de la duración del ciclo y el efecto de la Copa América. En junio cosechó 16,5 puntos y 67,6% de share y si bien no son los números del año pasado, el share (porcentaje de los televisores encendidos que sintonizan determinado ciclo en una franja horaria) sigue siendo constante.

“Como parte de nuestra estrategia de programación, quisimos explorar esta posibilidad que ofrece el formato. El éxito de la anterior edición nos reafirmó que nuestra apuesta tenía que ser una temporada un poco más larga. Y sentimos el apoyo de la gente, que acompañó de forma pasional y comprometida”, le dijo Guillermo Pendino, VP de contenidos y programación de Paramount para todas sus marcas de free-to-air (Telefe & Chilevisión) a LA NACIÓN.

Las redes sociales: una de las claves del éxito

A diferencia del año pasado, las redes tuvieron un protagonismo fundamental, ya que simpatizantes y detractores, subieron todo tipo de videos con segmentos que no se vieron al aire, a favor o en contra de determinado participante. El folklore del reality dice que cuando el personaje preferido queda eliminado, los fanáticos acusan a la producción del programa de fraude. Esto se pudo constatar en la polémica salida de Juliana, que quedó fuera de juego frente a Martín Ku. Un personaje que utilizó la violencia como método de juego, provocó que algunos de sus seguidores se sintieran libres de apedrear a ex jugadores a la salida del canal para manifestar su enojo. Del otro lado, sus haters, argumentaban que era la favorita del canal y por eso se le permitía hacer cualquier cosa dentro de la casa.

El otro rating, el digital, es impactante y es donde queda claro que GH trajo público mucho más joven a ver televisión abierta. La campaña en redes sociales, desde su estreno, acumuló 3,9 billones de visualizaciones y 152 millones de interacciones. En Twitch y YouTube, Gran Hermano alcanzó 14,7 millones de usuarios únicos.

La alianza con DirecTV

Uno de los atractivos de GH es la transmisión 24 horas de sus vicisitudes, que permite a los televidentes no solo seguir de cerca todo lo que pasa en la casa, sino también editar sus propias versiones, mostrar en redes cosas que Telefe decide no emitir y de esta manera seguir generando conversación alrededor del reality. En esta nueva edición, se pudo palpitar el minuto a minuto de manera gratuita a través de la aplicación de DIRECTV, DGo, que además tuvo contenidos y canales exclusivos para mostrar lo que ocurrió en el set.

Fueron 5.016 horas de transmisión constante desde el inicio del reality, con tres cámaras en exclusiva para los abonados. Desde el comienzo de esta edición de Gran Hermano, DGo consolidó un promedio de más de 2.000.000 de usuarios únicos consumiendo contenido, marcando un pico de 2.500.000 durante el mes de enero. A su vez, logró promediar mensualmente más de 120 millones de plays.

Al menos 2.7 millones de personas se descargaron la app y la Audiencias Latinoamérica (ALA) certificó que se triplicó la cantidad de plays mensuales promedio de DGO, la plataforma de TV en vivo y Streaming de DIRECTV, desde la llegada de la Experiencia GH.

El contenido de Gran Hermano fue muy valioso para la audiencia: el canal GH 24 Horas logró ubicarse dentro de las diez señales más vistas durante toda la competencia, logrando más del 3% del share de audiencia mensual. “Propusimos una experiencia multiplataforma sobre Gran Hermano y millones de personas nos eligieron todos los días. Nos fue muy bien, con una enorme receptividad en el público joven”, le comentó Raúl Slonimsky, director de Contenidos de Entretenimiento de DIRECTV LatinAmerica a LA NACIÓN.

Gran Hermano en números: el negocio detrás del reality

“Votá a X al 9009 o escaneá el QR que aparece en pantalla”, fue la frase más repetida en estos siete meses por Santiago del Moro. Y esto tiene un por qué. Si bien los jugadores arman la placa, son los seguidores del programa los que deciden quién se va de la casa con el voto telefónico.

Esta edición de GH convive con el fantasma del rating de la anterior pero hay otro factor que la consagra como el éxito de 2024. El segundo publicitario es el más caro de toda la televisión, exceptuando, por supuesto, La Copa América. En cuanto al negocio de los votos del público, Telefe reveló que, desde su debut, el reality recibió más de 100 millones de votos, esta marca es un récord histórico en el mundo, con un costo promedio de treinta pesos por cada sufragio emitido. Basta hacer números para darse cuenta de los buenos resultados económicos.

Este año el rol de los televidentes estuvo más activo que nunca: los fandoms se organizaron para recaudar dinero y así poder sostener a su candidato dentro de la casa. Y si de fandoms se trata, los furiosos, seguidores a muerte de Juliana Scaglione, se destacaron por sobre el resto: crearon unificaciones para recaudar dinero en un fondo común y decidieron, viendo que su favorita podía quedar fuera de juego, juntar un número similar al del premio mayor para que Furia pueda disfrutar cuando termine Gran Hermano.

Más allá de ella, 28 participantes más despertaron amores y odios que llevaron a los televidentes a gastar su dinero para sacarlos o dejarlos una semana más en la casa. Vía mensaje de texto, con QR o a través de Mercado Pago, todos los que votaron competirán en un sorteo cuyo ganador será acreedor de cinco millones de pesos.

Por otro lado, los ingresos que obtiene Telefe por la publicidad son los más altos de la industria. En el prime time, segmento más caliente de la TV, si una empresa desea tener un spot promocionando su producto, tiene que pensar que el segundo vale alrededor de siete millones de pesos. En una tanda que, por lo general, está cerca de los veinte minutos de duración, grandes marcas decidieron asociarse con el reality. También están los PNTs, popularmente conocidos como chivos o publicidad no tradicional, que se traduce en los diferentes juegos que tuvieron los hermanitos o simplemente anuncios de la mano del conductor.

“Gran Hermano refuerza y construye una grilla sólida variada de entretenimiento. Una vez más significa, junto con otros proyectos como MasterChef o La Voz Argentina, que Telefe es el canal donde la familia encuentra una opción para sentarse y reunirse frente al televisor. Un contenido que genera conversación al día siguiente y que a través de todo nuestro ecosistema de pantallas, más que nunca alcanzamos a todas las audiencias en todas sus franjas etarias y clases sociales”, subrayó Pendino.

Esta noche se sabrá quién es el ganador de esta nueva edición de Gran Hermano. Finalmente, uno de los jugadores originales -Bautista Mascia, Nicolás Grosman o Emmanuel Vich- se alzará con el triunfo y más de 70 millones de pesos, una casa prefabricada, una moto y un año de cerveza gratis. Así lo confirmó esta semana Del Moro, durante la cena qe compartió con los finalistas. Allí también anunció , el segundo puesto recibirá 10 millones de pesos, una moto y bebidas alcohólicas, mientras que el tercero obtendrá 5 millones de pesos, una moto y un año de cerveza gratis. Pese a la algarabía con la que los jugadores recibieron sus palabras, la polémica comenzó a desatarse de inmediato en las redes sociales, al recordar que el conductor les había asegurado en una salida en vivo que el segundo y el tercer puesto también obtendría una casa como parte del premio.

Tras advertir la indignación que el tema generaba fuera de la casa, Del Moro decidió aclarar el tema en su cuenta de Instagram: “Todo listo para la final del domingo. Vale aclarar, para los que me preguntaban por los premios de GH: más allá de los 71 millones para el 1° puesto, la casa, la moto, etc., el 2° y 3° puesto tendrá su moto, premio de cerveza por un año y la posibilidad de elegir el dinero en efectivo o una casa, como se lo comunicamos desde el comienzo”.

Más allá de quien se consagre ganador, Bautista, Nicolás o Emmanuel quedarán en la historia por ser quiénes pasaron encerrados un tiempo récord dentro de una casa que saca lo peor y mejor de cada uno. Las comparaciones con los finalistas de 2022 no tienen demasiado sentido aunque cabe señalar que ninguno de los tres mueve la aguja de los fandoms. Marcos Ginocchio hubo uno solo y el público lo sabe.

Telefe cierra una nueva edición de Gran Hermano demostrando que es el único canal de televisión abierta que está en condiciones de producir un big show de características internacionales. De hecho, el reality recibió un reconocimiento en la última convención que se hizo del formato en Países Bajos, GH fue galardonado con el diploma a mejor temporada extensa del mundo en este 2024.

Quizás llegó el momento de que Kantar Ibope, de una vez por todas, comience a difundir otras métricas porque con el frío número de rating ya no alcanza. GH fue el único programa que se sostuvo con dos dígitos de comienzo a fin, en una televisión donde el 90% de los programas miden por debajo de los cinco puntos. El profesionalismo de Santiago del Moro y el trabajo todo terreno de la producción, encabezada por Martín Borrillo, llevaron al reality a buen puerto, surfeando todos los escollos que encontraron en el camino, dentro de una televisión low cost, en un año muy complejo para la Argentina. La buena noticia para la industria: hay una nueva edición confirmada para 2025, volverán las polémicas y los fanatismos y la maquinaria volverá a empezar.

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