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Música y Libros

'Haremos una primera exploración del galeón San José en marzo’: Ministro de Cultura

Juan David Correa, ministro de Cultura

Juan David Correa, ministro de Cultura

Foto:Mauricio Builes / Ministerio de Cultura

Juan David Correa habla del premio Gabo, de un festival de teatro y de promover el cine nacional.

redacción cultura el tiempoPeriodista cultural
Juan David Correa tiene claras las metas a las que apunta como ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes. Lleva poco más de tres meses en el cargo y entre sus manos tiene la responsabilidad de administrar y ejecutar el presupuesto más grande en la historia del esta cartera, que para el 2024 será de 1,47 billones de pesos, un 83,7 % más de lo que obtuvo el sector este año.

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El asunto va más allá de un cambio de nombre en el ministerio y articula unas ambiciosas ideas de economía solidaria sostenible; la construcción de infraestructura respetando los ecosistemas del lugar; la educación artística y cultural a través de la música; el reconocimiento, con incentivos económicos, de la transmisión de los saberes locales; la conexión con la diáspora cultural colombiana en el exterior, y las formas de resistencia a través del teatro, la música, el cine o la danza de las comunidades afectadas por la violencia.
La idea del editor editorial, escritor, periodista y gestor cultural bogotano es hacer una gestión no solo conectada con la gente, sino que al interior del ministerio se pueda ajustar y optimizar sus funciones.
“Al final, esto no van a ser los logros de Juan David Correa, sino que quiero dejar algo lo suficientemente organizado el ministerio porque yo, mañana o en tres años, cuando quizás esté en la calle, pueda como gestor cultural dirigirme al ministerio con la idea de contribuir desde cualquier otro lugar que esté ocupando en ese momento”.
Correa nos recibe en una sala de juntas del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella (que integra tres salas, un hall de conciertos y el precioso Teatro Colón), en el centro de Bogotá. Acaba de llegar de una breve gira por Europa y de una visita a Santander de Quilichao (Cauca) donde arrancaron los Conciertos por la paz, que llegarán a distintas poblaciones antes de que termine el año.
Tomándose una pausa en su agenda -y a sorbos un café- conversó sobre el futuro del galeón San José, la Ley de Música, el presupuesto de las leyes de cine, un posible Festival Internacional de Teatro y por qué no se volvió a entregar el premio Gabo.

Arranquemos con el galeón San José. El presidente Petro ha expresado la intención de querer extraerlo, pero eso cuesta mucho dinero…

Este es un tema que no terminamos de entender en la dimensión histórica que tiene, porque llevamos 40 años con esta discusión. Lo primero que debemos entender es que el galeón no es un tesoro, como hacían creer las leyendas de piratas y corsarios. El galeón es un pecio arqueológico (restos de una embarcación y su carga, y también los restos históricos y culturales que se encuentran en su entorno) que permitiría reconstruir un momento histórico en el que Colombia estaba colonizada por los españoles. El símbolo del galeón encierra muchas ideas, historias, preguntas y eso es lo que queremos resolver, si es posible extraerlo. Lo primero que queremos es entablar una conversación con España, que ellos nos digan cuál es su deseo de participación en esta investigación. Hay muchos temas de conversación que van más allá de extraer unas piezas para ganar un dinero o pagar unas deudas, que es todo lo que se ha especulado.
Les he pedido a la directora de Patrimonio (Ilona Graciela Murcia) y a la viceministra (Adriana Molano) que organicemos en enero un debate en Cartagena para escuchar a las voces críticas. Aunque hay una decisión del gobierno nacional, que apoya este ministerio por supuesto, es importante considerar todas las voces y que haya un debate, insisto.
¿Qué es lo que vamos a hacer? La idea es tener una primera exploración en marzo del próximo año con la Armada colombiana, con capacidades nuestras, para poder hacer una extracción parcial de algunas cosas para entender la materialidad. Una vez hagamos eso, tendremos unas noticias distintas.
En esta foto se pueden apreciar los objeetos del galeón San José.

En esta foto se pueden apreciar los objeetos del galeón San José.

Foto:Presidencia

Una vez con eso extraído debemos establecer una Alianza Público- Privada (APP) por el costo tan alto que significa una extracción. Ahí tendremos que saber si la extracción la podremos hacer en los tiempos que nos hemos trazado, aunque nada de esto es determinante porque cuando sacas eso, no sabemos cómo va a salir. Si yo te dijera hoy que los tiempos son 1, 2 y 3 y que eso se va a cumplir a rajatabla yo te estaría diciendo mentiras y le estaría diciendo mentiras al país. Lo que hay es una intención muy firme de parte del presidente de que se proteja ese patrimonio y que no se deje a merced y que no se dé la señal de que vamos a desproteger este lugar, y si una alternativa es la extracción, tenemos que hacerlo con cuidado, con capacidades técnicas suficientes.

¿Lo que ocurra en diciembre con el tribunal de arbitramento cambia en algo los planes del Gobierno?

No. Es un litigio que Colombia tiene que enfrentar, estamos muy tranquilos porque la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado (Andje) está en manos de la doctora Martha Lucía Zamora, que es de altísimas calidades profesionales. Entendemos que estos asuntos internacionales son objetos de materia de discusión legal, política, técnica, histórica, científica, y este gobierno lo que quiere decirle a la comunidad es que estamos dispuestos a tener esas conversaciones difíciles, que no les tenemos miedo a esas conversaciones, y que queremos trazar una hoja de ruta cierta para que el galeón encuentre una forma distinta de estar en la discusión de los colombianos, porque esto se repite de una manera sistemática y cíclica que va y viene en cada gobierno.

¿Este comité técnico que se había planteado integraría a la parte académica?

En la mesa intersectorial están el Icanh, la Armada, la Andje, la dirección de Patrimonio del Ministerio y estoy yo también. Lo que viene es la reunión en enero; en marzo queremos bajar con la Armada a ver qué podemos extraer y ver cómo sale, y hacia mayo o junio lanzar la APP, si todo conduce a que ese sea el camino.

Hablemos de la Ley de música, que ya avanzó a su segundo debate en la Cámara. El cine tiene unas leyes muy robustas detrás, pero tal vez los demás brazos de la cultura no tanto…

La Ley del cine supuso un cambio de paradigma en la manera en que enfrentamos la política cultural en Colombia, y lo que ha logrado en 20 años es muy potente. Este país es pionero y tiene una ley del libro, de 1993, que queremos repensar y proponer algunos cambios, para eso vamos a instalar el Consejo Nacional de Libro y la lectura desde la Biblioteca Nacional. Tenemos, por supuesto, la Ley General de Cultura, de 1997, que también queremos reformar para proponerle al país, incluir a ciertas poblaciones, territorios, sensibilidades, que no están ahí. Tenemos la ley de Espectáculos públicos, que también es muy importante para el sector cultural, y que hoy le devuelve dineros de los espectáculos musicales a las salas de teatro del país, a las diversas secretarias de Cultura y a las oficinas de Cultura de las Alcaldías. Y tenemos la ley Pepe Sánchez, que es la ley de los actores.
Reactivación musical a cargo de la Fundación Batuta. La Escuela Lucho Bermúdez (foto).

Reactivación musical a cargo de la Fundación Batuta. La Escuela Lucho Bermúdez (foto).

Foto:Ministerio de Cultura

Pero es que este país está en deuda con sus músicos…

Sí, siento que nuestra responsabilidad frente a los músicos hoy es fundamental, estaban un poco olvidados, y yo celebro que exista esta ley, creo que a los músicos hay que empezarlos a incluir, necesitan garantías para existir en este país, es un sector precarizado.
Lo primero es que esa ley quiere tener una discusión con Sayco sobre los derechos de autor en Colombia, quiere promover que la ley de espectáculos públicos pueda apoyar también a los músicos. Yo ya se le he propuesto a la Cámara de Comercio Bogotá para empezar, y se lo quiero proponer a todas las cámaras de comercio de las ciudades grandes, y es crear un estímulo -no sé cómo, eso hay que verlo con Hacienda- que consista en que los restaurantes que programen música en las noches puedan tener exenciones o que el ministerio, para empezar, pueda hacer un plan de subsidio para que los músicos tengan lugares dignos donde trabajar.
La música para nosotros es fundamental, acabo de estar en una reunión con Batuta, que es una fundación que apoyamos decididamente desde el Ministerio de Cultura y que hace unos proyectos increíbles, está muy presente a través del programa Sonidos para la Construcción de Paz, y en el proyecto de fortalecer las agrupaciones nacionales como la Orquesta Sinfónica Nacional y en dar apoyo a orquestas departamentales como la Orquestra de EAFIT (de Medellín), la Orquestra de ProArtes en Cali, la Orquestra de Manizales, la Orquestra Filarmónica de Bogotá y la Orquestra Binacional Sinfónica que tenemos con Venezuela.

Ministro, ¿qué pasa con las piezas patrimoniales que se repatriaron? ¿Siguen en manos del Icanh?¿Irán a un museo?

Esa repatriación ha estado a cargo de la Cancillería. Las piezas están en custodia del Icanh, en una bodega especial. Estamos analizando cómo hacer una exposición, hay conversaciones con el Museo del Oro, con el Museo Nacional, pero eso será el próximo año cuando haremos un anuncio al respecto. Pero también tenemos que empezar a reivindicar lo que sucede en las regiones: el caso más plausible y cercano es el de Tumaco, allá encontramos una colección arqueológica de la cultura La Tolita Tumaco, y cuando ves esas piezas, resguardadas en un pequeño cuarto, cerca del aeropuerto, realmente sientes que en este país nos falta dignificar y reconocer esa potencia de la arqueología y de las piezas de las culturas de los pueblos originarios.
Así que le propusimos a la Escuela Taller –lugares de artes y oficios que dependen del ministerio y la Cooperación Española en 11 lugares de Colombia construir un segundo piso para hacer un museo arqueológico en Tumaco. Tenemos que dejar de pensar con una lógica tan centralista, y empezar a convencer a las entidades territoriales de que empiecen a pensar un destino para eso, en Pereira ya hay un proceso adelantado de tratar de construir un museo arqueológico y de la memoria en la ciudad, yo creo que nos corresponde como Ministerio interpelar a los alcaldes para que apoyen a sus artistas y gestores, y para que emprendan proyectos de infraestructura cultural. Queremos proponer planes de infraestructura amables con el medio ambiente, para albergar este tipo de colecciones, que no todo se quede en Bogotá o en Medellín.
Estas son las dos máscaras Kogui, dos de los objetos más preciados que regresaron.

Estas son las dos máscaras Kogui, dos de los objetos más preciados que regresaron.

Foto:cortesía Cancillería

De eso, precisamente, se quejan mucho en las regiones.

Ya se contrató una nueva coordinadora del grupo de infraestructura y estamos trayendo arquitectos que están, digamos, conscientes de que este país no puede seguir construyendo infraestructuras -llámense museos, bibliotecas, casas de la cultura, casas de los saberes-, solamente con la lógica centralista, de ladrillos, tejas, ventanas. Hay que construir con palafitos en el Pacífico, con las lógicas de la selva, en la selva y del altiplano en el altiplano. Para eso hay gente maravillosa en este país, una generación de arquitectos que ha hecho trabajos fantásticos: Juliana Ramírez, Ana María Gutiérrez, Simon Hosie, Antonio Yemaíl, por nombrar cuatro de esas personas que han visto en los materiales y en las posibilidades territoriales formas de construir, no sólo espacios, sino comunidades.
Si ves la biblioteca de Inza, en Cauca, que es una biblioteca construida en pura guadua, eso es un prodigio; si tú ves el trabajo de Ana María Gutiérrez haciendo malocas y centros de pensamiento en este país, es un prodigio. Tenemos que empezar a descifrar nuevas relaciones con el territorio, acciones más prontas y más rápidas que se puedan hacer por las propias manos de las comunidades y dejar de pensar un poco en esas lógicas grandilocuentes de que hasta que no tengamos un museo de 10 pisos no podemos mostrar nuestras piezas arqueológicas.

¿Habrá algún tipo de ayuda si revive el Festival Iberamericano?

El teatro tiene una gran tradición en la política cultural colombiana, a través de su proyecto de salas concertadas, por ahí reinvertimos una buena parte de los recursos públicos, pero aún no es suficiente. La idea es decirles a las comunidades que las salas de teatro que hay en el país se pueden volver una un lugar de formación por fuera de la escuela, que allí se haga educación artística y cultural.
Sobre el Festival de teatro hemos tenido un par de conversaciones lideradas por el representante Juan Carlos Lozada, que ha insistido en que Bogotá necesita tener un festival de nuevo. El Festival Iberoamericano fue la posibilidad de ponernos en contacto con el mundo y el prestigio que alcanzó fue muy importante, lamentablemente tuvo un final, y algunas personas siguen teniendo el nombre e intenciones de mantenerlo. Es una empresa que tiene unas deudas y yo no quisiera participar de esa discusión hasta que eso se solucione.
Mientras, se acercaron al Ministerio a proponer un Festival Internacional de Teatro en el mes de octubre del próximo año, de unas dimensiones grandes, liderado por Fabio Rubiano y Octavio Arbeláez. El ministerio puede aportar la tercera parte de ese festival, pero está atado a que el Distrito aporte el 33% y los privados el otro 33%. Solo en ese triángulo, el Ministerio de Cultura apoyará un festival internacional teatro.
Sala Delia Zapata, del Centro Nacional de las Artes.

Sala Delia Zapata, del Centro Nacional de las Artes.

Foto:Cortesía Ministerio de Cultura

Lo que ha sucedido con el Centro Nacional de las Artes es meteórico...

Hoy por hoy es la infraestructura para las artes vivas más importante del país. Lo que está ocurriendo aquí de la mano de su directora, Xiomara Suescún, y su curador, Iván Benavides, me parece que es una revolución, ver la gente en las calles los sábados y los domingos ante estos mappings, los músicos populares en el hall de la entrada… el Centro Nacional de las Artes hizo algo muy inteligente en este año de funcionamiento y es que en vez de encerrarse se abrió, y con cosas fantásticas en la programación. Hemos tenido privilegios como Patti Smith, los grupos del Chocó, los grupos del Pacífico Narinense, eventos de todas las especies.
Lo que está pasando aquí es muy importante, pero no nos consideramos únicos, estamos sacando adelante un proyecto con el Teatro César Conto de Quibdó, estamos trabajando para abrirlo, y creemos que hay un proyecto sostenible -esto es un anuncio que es más un sueño pero yo me permito soñar en voz alta- y es convertir los grandes teatros de las ciudades (el Pablo Tobón, de Medellín, o el Amira de la Rosa, de Barranquilla), en corresponsales del Centro Nacional de las Artes, que esta programación pudiera trasladarse a esos lugares.

Una de las alianzas más potentes del Ministerio es con el Teatro Mayor.

Tenemos la mejor relación con el teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, su director Ramiro Osorio, es alguien muy cercano a mí, y yo celebro lo que ha hecho ese teatro por el norte de la capital, es una alianza público-privada que nos interesa; creo que tenemos que seguir insistiendo en fortalecer el Teatro de los Sueños, en Ciudad Bolívar, con la Alcaldía de Bogotá, creo que tenemos que propender por crear espacios en lugares distintos.

Volviendo a las leyes de cine, hace un tiempo hubo revuelo porque se iban a quedar sin presupuesto. ¿Estos dineros están garantizados?

Absolutamente. Nosotros no nos vamos a meter con los fondos del cine, creemos que es el mecanismo ideal para seguir promoviendo la producción de cine. Creemos que sí nos tenemos que meter en conversaciones difíciles como la exhibición. Yo quiero proponerle a Cine Colombia una conversación sobre la posibilidad de que el gobierno colombiano intente subsidiar las películas nacionales por lo menos en parte de su taquilla para que estén promovidas y sean programadas en, por lo menos 10, 15 o 20 salas a nivel nacional y que no les pasen la guillotina con la lógica de la taquilla general.
cine colombiano

cine colombiano

Foto:Yomaira Grandett / Archivo EL TIEMPO

A principios del Gobierno hubo también protestas del sector del cine con el tema de los tiempos de trabajo y la Reforma Laboral.

Los miembros del sector sentían que había unas discusiones que no estaban claras, aquí hay sindicatos muy organizados dentro del sector de cine, y de alguna forma tenían ansiedad por descifrar qué era lo que iba a pasar en la reforma laboral con ellos, porque sus regímenes de trabajo son distintos y no podemos someterlos a la lógica de las ocho horas. En el cine se trabaja de noche o en fines de semana, entonces lo que hay que armar es una legislación que contemple todas estas diversidades de trabajo, de formas de empleabilidad, de lógicas de horario para llegar a unos acuerdos. Ya hemos hecho muchas mesas con ellos, y los metimos en la reforma laboral. Yo hablé con la ministra Gloria Inés Ramírez al respecto y ella está muy comprometida con el sector cultural. Yo voy a ir a España entre el 10 y el 13 de diciembre a tener un par de reuniones con la gente del Ministerio de Cultura, porque allá lograron el estatuto del artista en la pasada legislatura y pueden enseñarnos un camino para que podamos tener esta discusión de una manera sosegada aquí. ¿Qué temas difíciles además de la exhibición en el cine, quiero tener y también consultar en España? Los derechos de autor de las obras de quienes escriben o dirigen películas en Colombia para grandes plataformas y que hoy se ceden a perpetuidad.

Cómo así: ¿si yo escribo una película o serie para una plataforma, ellos se quedan con los derechos de por vida?

Sí. Eso no pasa en la industria editorial, si alguien publica un libro con Planeta, alquila los derechos por cinco años, y al final de ese tiempo decide si sigue o se va, o yo como editor le devuelvo el libro porque no me resultó rentable. Las prácticas de los derechos de autor en España y Francia ya se están regulando y yo quiero que en Colombia empecemos a tener esa conversación. ¿Vieron lo que está pasando en Hollywood? Tenemos que dejarle de tener miedo a la palabra sindicato, el mundo está cambiando y está pidiendo unas condiciones más justas de trabajo porque humanamente no podemos continuar de la misma manera.

¿Qué pasó con el premio Gabo? ¿Piensan revivirlo?

Para mí no es una prioridad, era un premio de un valor muy alto, de 100.000 dólares en un país que necesita o tiene otras urgencias. Una de ellas, por ejemplo, que es otro sueño que digo en voz alta y que no se comparan a ese valor, pero si yo pensara en el mundo bibliográfico, la Biblioteca Nacional necesita una ampliación, la construcción de una mediateca, y el lote del lado puede servir para ese proyecto. Nosotros quisiéramos dejar, por lo menos, diseñado o planteado ese proyecto hacia el futuro.
REDACCIÓN CULTURA EL TIEMPO
@CulturaET

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