Un regalo para Feijóo
Lo que no se atrevió a hacer Feijóo, lo hizo Abascal. Romper los gobiernos de coalición. El líder de la extrema derecha cumple su amenaza, a pesar de la contestación interna y de que un sector de Vox se resistía a su decisión. Es lo que tiene el carguito, la paguita, el silloncito: que los que eran castos, puros y venían ligeros de equipaje no querían hacer las maletas ni dejar de pisar la moqueta, por mucho que digan que no tienen apego más que a los principios. Al final se impuso la bravata de quien trata de demostrar que sólo Vox defiende a España y a Europa de la invasión migratoria. Con mentiras, con bulos y con la furia que desprende el verbo siempre llameante cada vez que Abascal pontifica.
El divorcio, que no es de mutuo acuerdo, llegará a Aragón, Valencia, Castilla y León, Extremadura, Baleares y Murcia. Sólo en los gobiernos autonómicos. Nada se ha dicho hasta el momento sobre los más de 140 ayuntamientos donde ambas formaciones gobiernan en coalición. La excusa: el reparto por las diferentes Comunidades Autónomas de los inmigrantes menores no acompañados que el partido de extrema derecha se niega a aceptar y que los de Feijóo han asumido a regañadientes, y con un acuerdo de mínimos con el Gobierno de España.
122